Cartografiando controversias (urbanas), unas notas sobre la práctica latouriana


Imagen: Iconoclasistas, 2014, imagen del proceso de mapeo colectivo con La Tribu, radio y proyecto cultural comunitarios, Buenos Aires. Fuente: http://www.iconoclasistas.net/barrio-y-comunidad/

Cartografiando controversias (urbanas), unas notas sobre la práctica latouriana

José Pérez de Lama

* Notas un poco rápidas por necesidades docentes… pero que aún así aprovecho para compartir aquí.

Tengo algunos estudiantes (proto)investigando para sus Trabajos Fin de Grado (también en doctorado) sobre temas polémicos ciudadanos, entre otros la polémica sobre el proyecto de “rascacielos” en el puerto de Málaga. Hemos comentado sobre el método de cartografía de la controversia (mapping controversy) de Bruno Latour y colegas. Pongo unas breves notas que he repasado sobre el asunto.

Latour, originalmente en el campo de los Estudios de la Ciencias y la Tecnología (STS en inglés) planteó que el estudio de los procesos de controversia previos a la consolidación de lo que luego nos aparecen como hechos/verdades cuasi-irrefutables nos permitía entender cómo estos no era tanto verdades, hechos, matters of fact, como matters of concern (objetos de controversia podríamos decir un poco libremente), acerca de los cuales se había alcanzado un acuerdo provisional, más o menos consensuado, más o menos fruto de las relaciones de fuerzas puestas en juego para su definición (esta segunda parte quizás sea más mía que de Latour).

El espacio en que tienen lugar y en el que se resuelven (settle) estas controversias es el de una red o conjunto de redes de actores (que dan nombre a la escuela de la que Latour es miembro destacado, ANT: Actor-Network Theory, que a la vez significa hormiga…). Una red que, por mencionar sólo algunos cuestiones destacadas, 1) es más bien un espacio socio-técnico que convencionalmente político; 2) cuyos actores “no son sólo humanos o grupos de humanos sino también elementos naturales y biológicos, productos artísticos y tecnológicos, instituciones económicas y de otros tipo, artefactos científicos y técnicos, etc.” (Venturini, 2010), todo aquello que hace que las relaciones entre unos y otros y aquello que se produce, sean diferentes a como lo serían si no existieran; 3) los actores son a la vez todos aquellos que están concernidos y están afectados por la controversia y participan en ésta de diferentes modos; 4) finalmente, unas redes que no son estructuras superiores o preexistentes sino que se configuran en el despliegue de la propia controversia y/o los efectos de los objetos de ésta (Latour, 2007).

Centrada inicialmente en el campo de los STS, como decía, el interés de este método hizo que se extendiera a otros campos como por ejemplo el de los estudios urbanos.

De manera simplificada, la cartografía de las controversias supone el estudio detallado del objeto de controversia en sí mismo, de los actores implicados en la controversia – de sus argumentos, posturas, alianzas y de los medios que ponen en juego; la evolución en el tiempo de las controversias, y en la versión más propositiva de Latour, el diseño de herramientas – parlamentos – para su abordaje con mejores elementos de conocimiento, racionalidad y democracia. (ver: Latour, 2012, https://www.youtube.com/watch?v=qnDFCtvPxL0).

Albena Yaneva (Manchester School of Architecture) es una de las investigadores que ha usado el método en el ámbito de las controversias urbanas. “Podemos preguntarnos como deberíamos representar las múltiples y diferentes exigencias y opiciones de los múltiples y diferentes afectados/concernidos (stakeholders) por/con nuestros proyectos ya sean usuarios, comunidades de vecinos, conservacionistas, clientes o representantes gubernamentales o autoridades municipales […] Las técnicas de cartografía de la controversia se vinculan a la idea de que las “cosas” (things) generan espacios objeto de disputa (contested spaces), en los que un artefacto es producido como consecuencia de una plétora de consideraciones materiales y subjetivas. Los edificios son “cosas”, en cuanto que aparecen como resultado de un prolongado proceso que implica múltiples intereses y preocupaciones (concerns) […] Un edificio será entendido como una “navegación a través de un paisaje de datos (datascape) controversial, una colección animada de trayectorias entrecruzadas de inestables definiciones y conocimientos expertos.” (http://www.msa.ac.uk/mac/Main/HistoryOfTheConcept).

Cómo estudiar las controversias arquitectónicas

Además de lo explicado por el propio Latour en el vídeo antes citado, me parecen de interés para el caso más específico de lo urbano las recomendaciones del equipo de la web de la Escuela de Manchester (http://www.msa.ac.uk/mac/Main/HowToStudyArchitecturalControversies):

“Cómo estudiar las controversias arquitectónicas»

«Seguir una controversia requiere se capaz de trazar las dinámicas de la controversia en el tiempo (línea de tiempo): los actores (individuales, grupos o instituciones), sus argumentos, las diferentes posiciones y cómo cambian y avanzan a lo largo del tiempo, los espacios en los que tienen lugar, las muchas maneras de cerrar y reabrir los debates, el grado de implicación y participación pública en el proceso.»

«Para documentar una controversia: recopilar diferentes materiales y compilarlos en un dossier de investigación que incluya recortes de prensa, imágenes, entrevistas con arquitectos, clientes, inversores, organismos públicos, ciudadanos implicados y usuarios; incluir materiales y extractos de publicaciones relacionados con otros edificios similares; buscar información de documentos oficiales y archivos; examinar y compilar planimetría, imágenes y diagramas arquitectónicos (o urbanos).»

Para cartografiar/mapear (analizar y visualizar): presentar el desarrollo cronológico de la disputa que rodea un edificio, proyecto o plan urbanístico, pero también representarlo visualmente; aprehender la dinámica, visualizar la línea de tiempo, la cronología de las controversias, el peso de los diferentes actores. Ofrecer una visualización de cómo sus posiciones divergen o convergen, y de cómo un posicionamiento personal pudiera modificar toda la configuración o discusión, y el despliegue en el tiempo y el espacio de estos argumentos. Así, cartografiar significa ser capaz de visualizar y analizar un espacio argumentativo, un espacio orientado en torno a un objeto de debate, desencadenado por el objeto arquitectónico controversial que puede ser un edificio, artefacto, propuesta de diseño, máster plan o red urbana…”

¿Instrumentos para sociedades pluralistas?

Volviendo a Latour. Parte de lo que revelan estas cartografías, según Latour, es que (casi) nunca hay un sí y un no perfectamente claros y distintos, ni tampoco dos bandos perfectamente homogéneos. Existen siempre múltiples argumentos y posiciones que son interesantes desvelar para comprender mejor las situaciones y sus posibles soluciones. En este sentido, algunos críticos de Latour y de su escuela, achacan a Latour una cierta falta de compromiso político: describiendo los procesos, como él mismo dice, en plan hormiga (ANT), sus elementos, procesos, relaciones desde una perspectiva interior, local, concreta, pueden perderse otras perspectivas como las de las relaciones de poder más tradicionales, o los contextos más generales en que suceden los acontecimientos… Algo así como una distancia entre el investigador y el objeto de estudio que otras aproximaciones consideran que lleva a no cuestionar en demasía el statu quo, o a la producción de un conocimiento poco transformador. Sí parece favorecer a mi juicio un espíritu pluralista en el sentido deweyano (John Dewey) del término: reconocimiento de la multiplicidad de interpretaciones, un cierto cuestionamiento de las visiones propias, un cierto respeto por las ajenas, apertura a la aún por conocer y a la experimentación. En cualquier caso, la cartografía de controversias y la interpretación de la vida pública en tanto que controversias que se van estabilizando encontrando estados más o menos de equilibrio en un campo social me parece relevante. Aunque también me gusten los estudios más militantes, la investigación-acción o los panfletos…

Lo interesante de este método de la cartografía de las controversias es que muchos de los problemas que nos planteamos encajan bastante bien en el concepto latouriano. Somos capaces de ver, que en casi todos las problemáticas urbanas actuales – más generales como la turistificación o la gentrificación, por ejemplo – o más concretas, como en el caso del proyecto de “rascacielos” de Málaga, que existen múltiples actores implicados y afectados, que ponen en juego diferentes intereses, preocupaciones y recursos, y que el resultado del proceso dependerá de las estrategias, tácticas, alianzas, dispositivos, potencia… que unos y otros pongan en juego. Estas cartografías – en un sentido amplio – podríamos entenderlas como instrumentos democráticas, que nos sirvan como herramientas de comunicación y difusión frente a lecturas/interpretaciones simplificadoras o esquemáticas.

#referencias

Bruno Latour, 2012, Qué es una controversia (vídeo introduciendo la metodología cartográfica), en: https://www.youtube.com/watch?v=qnDFCtvPxL0 | accedido 24/05/2018

____, 2007 [primera edición en inglés de 2005], Reassembling the Social. An Introduction to the Actor-Network Theory, Ofxord University Press, Oxford – Nueva York

Tommasso Venturini, 2010, Diving in magma: how to explore controversies with
actor-network theory, en: http://spk.michael-flower.com/resources/DivingInMagma.pdf | accedido: 24/05/2018

Manchester School of Architecture (Albena Yaneva et al), sf (2009-13), Mapping Architectural Controversies, en: http://www.msa.ac.uk/mac/Main/MappingArchitecturalControversies | accedido 24/05/2018

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