Didion y Vonnegut sobre el (self-respect) respeto por uno/a mismo/a

Imagen: A riderless Dessie in Kempton Park. Tw: @CDChistory 20/12/2020 – ver también: https://en.wikipedia.org/wiki/Desert_Orchid. El texto de Vonnegut que se comenta en el post evoca algunas imágenes de las carreras de caballo con obstáculos, el llamado steeplechase.

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Joan Didion y Kurt Vonnegut sobre el «self-respect» – el respeto por uno/a mismo

Selección y comentario de José Pérez de Lama

Joan Didion, nació en 1934. En 1961, cuando escribe la pieza, On Self Respect, una de sus más famosas, tenía 26 o 27 años. Kurt Vonnegut, nació en 1922 y murió en 2007. En 1996, cuando escribió la pieza que aquí se recoge, en su libro Timequake, tenía 73 o 74 años.

Lo del self-respect, literalmente respeto por uno mismo, me parece que no es una expresión tan habitual en español-castellano como en inglés. Aquí quizás hablemos más de «amor propio«, «quererse a uno mismo», «autoestima»… en otros tiempos, quizás, «honor»… tal vez esta acepción pudiera ser más parecida a la que le da Vonnegut… O igual no.

Joan Didion

Para sus seguidores es conocido que ésta es una pieza que escribe para la revista <Vogue, y que además lo hace deprisa y corriendo, para rellenar el espacio de un artículo que no había llegado a tiempo. Y que, a pesar de eso, se convierte en unas de sus piezas más importantes y recordadas. En mi opinión empieza de forma algo convencional, y luego al final, toma bastante más intensidad. Aquí una cita de esta parte final:

To have that sense of one’s intrinsic worth which, for better or for worse, constitutes self-respect, is potentially to have everything: the ability to discriminate, to love and to remain indifferent.

Traducción: Tener ese sentido del propio valor, que, para bien o para mal, constituye el respeto por uno/una mismo/misma, es tener potencialmente todo: la capacidad de discriminar, de amar y de mantenerse indiferente.

Joan Didion, 1961, On Self Respect. Texto completo en inglés aquí: https://www.vogue.com/article/joan-didion-self-respect-essay-1961

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Kurt Vonnegut

1998 [1997], Timequake, Vintage, Nueva York; capítulo 55, pp. 182-185.

[Paradoxes of self-respect]

Nota preliminar del traductor: A Vonnegut, siempre, y quizás incluso más en esta novela, le encanta jugar con el lenguaje, usar modismos varios, coloquiales y más artísticos. Traducirlo bien-bien tal vez sea imposible. Aún así me gusta mucho hacerlo. Casi en casa párrafo he añadido una nota que tiene que ver con la traducción. Esto para muy aficionados…

Mientras que la primera mitad del texto de Vonnegut se centra bastante en su idea de self-respect, la segunda se van transformando en un cierto delirio sobre el tema – así es la mayor parte del libro, y no lo digo de forma peyorativa, sino al contrario, pues es uno de mis libros preferidos.

Sigue mi prueba de traducción – con las notas en azul:

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Conocí al escritor Dick Francis en el Derby de Kentucky hace ya años. Sabía que había sido un jinete campeón de steeplechase [carreras en pista con obstáculos – se suelen llamar en España también por su nombre en inglés]. Le dije que era un tío mucho más grande de lo que había esperado. Me contestó que se necesitaba un hombre grande para mantener a un caballo de una sola pieza [*] en un steeeplechase. Creo que esta imagen se me quedó tan claramente grabada en la memoria, durante tanto tiempo, porque la vida misma se puede parecer un montón a algo así: un asunto de hacer lo necesario para mantener firme y de una sola pieza, para que no se descomponga, en lugar del caballo, el respeto por uno mismo, pues es de esperar que el respeto por uno mismo tenga que pasar bastantes vallas y setos y charcas.

Me parece que Lily, mi querida hija de trece años, habiéndose convertido en una bonita adolescente, como la mayoría de los adolescentes estadounidenses, está manteniendo su respeto por sí misma lo mejor que puede en un steeplechase bastante complicado.

* La afortunada expresión en inglés es hold a horse together — cuya traducción no me satisface en exceso. El texto en inglés dice así: He replied that it took a big man to “hold a horse together” in a steeplechase. This image of his remained in the forefront of my memory so long, I think, because life itself can seem a lot like that: a matter of holding one’s self-respect together, instead of a horse, as one’s self-respect is expected to hurdle fences and hedges and water.

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Hace unos años dije a los nuevos graduados de la Butler University, no mucho mayores que Lily, que aunque los estuvieran llamando la Generación X, a dos clicks del final, – eran tan Generación A como lo habían sido Adán y Eva. ¡Qué tontería!

Esprit de l’escalier! [*] ¡Más vale tarde que nunca! Sólo en este preciso momento en 1996, cuando estoy a punto de escribir la siguiente frase, me he dado cuenta de lo insensata que tuvo que sonar para aquella joven audiencia la imagen del Jardín del Edén, – en un mundo tan poblado de gente secretamente asustada como ellos, y tan saturado de trampas explosivas, naturales y fabricadas por el hombre.

Esta es la siguiente frase: Tendría que haberles contado que eran como Dick Francis cuando Dick Francis era joven y estaba subido a un animal lleno de orgullo y de pánico, en el cajón de salida de un steeplechase.

* Dice la querida Wikipedia: L’esprit de l’escalier (en español: el ingenio de la escalera) es una expresión francesa que describe el acto de pensar en una respuesta ingeniosa cuando ya es demasiado tarde para darla. Fue acuñada por Denis Diderot, el enciclopedista francés, en su Paradoxe sur le comédien.

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Y algo más: Si un caballo de carreras renuncia una y otra vez a saltar los obstáculos, se lo retira y se lo manda a pastar. En Estados Unidos, el respeto por uno mismo de la mayoría de la gente de clase media, de mi edad o mayor [KV nació en 1922] y que todavía sigue viva, está ahora pastando; no es mal sitio para estar. Masticando. Rumiando.

Si el respeto por uno mismo se rompe una pierna, la pierna nunca puede recuperarse. Su dueño tiene que sacrificarlo de un tiro. Mi madre y Ernest Hemingway y mi antiguo agente literario preferido y Jerzy Kosinski y mi renuente director de tesis en la Universidad de Chicago […] todos ellos me vienen a la mente. [*]

Pero no Kilgore Trout. Su indestructible respecto por sí mismo es lo que yo admiraba más de Kilgore Trout. [**] […]

* Todos los mencionados, familiares, amigos y conocidos del autor, se suicidaron; la mayoría de sus historias se han contado previamente en Timequake, el libro que se está citando.

** Kilgore Trout, novelista de ciencia ficción y vagabundo, y en buena medida alter ego del autor, que aparece en diversas novelas de KV y que es uno de los protagonistas, quizás el protagonista principal, de Timequake.

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Mucha gente fracasa porque sus cerebros, sus «esponjas de tres-libras-y-media-empapadas-en-sangre», sus «desayunos-de-perro», [*] no funcionan suficientemente bien. El motivo del fracaso puede ser simplemente ese. Alguna gente, aún esforzándose todo lo que puede, ¡nunca podrán satisfacer lo que se espera de ellos! [**]

¡Es así! Tenía un primo de mi edad al que le iba fatal en Shortridge High School, [el instituto de su barrio en Indianapolis]. Era un enorme primera línea [de fútbol americano], y muy amable. Llevó a casa una cartilla de notas horribles. Su padre le preguntó, «¿Que significa esto?» Mi primo le respondió como sigue: «¿No lo sabes, Padre? Soy tonto, soy tonto».

* Expresiones que podríamos llamar «absurdistas» que le gustan a Vonnegut, y en fin, en este caso podríamos llamarlas «inmanentistas» o muy escépticas, posiblemente atribuidas a Kilgore Trout, y que KV repite de vez en cuando a lo largo del libro.

** Some people, try as they may, can’t cut the mustard! — expresión ésta última de la mostaza que significa algo así como «tener éxito, o menos ambiciosamente, llegar a cumplir con lo que se espera de ellos».

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Pon esto en tu pipa y fúmatelo: Mi tío-abuelo materno Carl Barus fue uno de los fundadores y presidente de la American Physical Society. Un edificio en la Universidad de Brown llevá su nombre en su honor. Tío Carl Barus fue profesor allí durante muchos años. Yo nunca lo conocí. Mi hermano mayor sí que lo conoció. Hasta el verano de 1996, Bernie [su hermano, prestigioso científico en estudios sobre el clima] y yo siempre lo habíamos imaginado como alguien que había contribuido serenamente, con modestas pero ordenadas aportaciones, al entendimiento humano de las leyes de la Naturaleza.

El pasado junio, sin embargo, se me ocurrió pedirle a Bernie que me contara algún descubrimiento concreto, aunque fuera pequeño, que hubiese hecho nuestro distinguido tío-abuelo, cuyos genes Bernie había heredado de manera tan sobresaliente. La respuesta de Bernie fue cualquier cosa menos rápida, cualquier cosa menos inmediata. A Bernie le hizo gracia darse cuenta después de tanto tiempo que el tío Carl Barus, que le había hecho atractiva la idea de hacerse físico, nunca le había contado nada de lo que él mismo había logrado.

«Tengo que mirarme lo de Tío Carl, a ver qué es lo que hizo», me dijo Bernie. ¡Agárrense a sus sombreros!

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Escuchen: Tío Carl, en 1900 o por ahí, experimentó con los efectos de los rayos X y la radiactividad sobre la condensación en una cámara de niebla, un cilindro de madera lleno de niebla que él mismo había confeccionado. Concluyó, y así lo publicó como cosa cierta, que la ionización era de relativamente poca importancia para la condensación.

En torno a la misma fecha, amigos y vecinas, el físico escocés Charles Thomson Rees Wilson llevó a cabo experimentos similares con una cámara de niebla hecha de cristal. El taimado escocés probó que los iones producidos por los rayos X y la radiactividad tenían mucho que ver con la condensación. Criticó a Tío Carl por ignorar la contaminación derivada de las paredes de madera de su cámara, por su tosco método de generar las nubes y por no proteger su niebla del campo eléctrico de su aparato de rayos X.

Wilson fue más allá: por medio de su cámara de niebla hizo visibles a simple vista las trayectorias de las partículas cargadas eléctricamente. En 1927, compartió el premio Nobel de Física por haber hecho aquello.

¡Tío Carl debió sentirse «como algo con lo que se había drogado el gato»! [*]

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* Alternativa a esta última frase… ¡Tío Carl debió sentirse como algo que había arrastrado el gato! Uncle Carl must have felt like something the cat drug in! – dice el original. Diría que es un juego de palabras que KV repite múltiples veces en Timequake. Dice en el capítulo 5, página 16, que era una de las expresiones preferidas de Kilgore Trout. La expresión original de la que parte la cosa parece que sería, «Look what the cat’s dragged in» – «¡Mira lo que trajo el gato!», como cuando un gato trae un pájaro muerto o cualquier cosa así rara que se haya encontrado. Esta primera expresión se dice cuando aparece por ejemplo una persona inesperada a la que hace mucho que no se veía. Otra variante, “It looks like something the cat dragged in” – Y esta parece que podría ser la que KV convierte en “drug in,” que deja de tener sentido literal, pero que, creo, que a la vez no deja de entenderse, pero introduciendo una cierta confusión y ambigüedad, que, al menos a mí,me hace reír. Entonces la traducción que propongo, por lo absurda, me parece que está bien.

1 comentario en “Didion y Vonnegut sobre el (self-respect) respeto por uno/a mismo/a

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