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«Apuntes sobre arquitectura bioclimática», entrevista para el Topo Tabernario

Entrevista realizada por Jose Sánchez-Laulhé  a José Pérez de Lama, «osfa» para la revista sevillana El Topo Tabernario, sobre el origen, evolución y actualidad de la arquitectura bioclimática en la emergencia climática — en homenaje a uno de sus promotores, el recientemente fallecido Jaime López de Asiain.

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¿Cómo definirías la «arquitectura bioclimática»?

AB es una denominación que surge a finales de la década de 1970 para describir una práctica arquitectónica preocupada por el ahorro energético, las relaciones más amplias entre medio construido y medio ambiente más en general y el desarrollo de unos modelos de vida más ecológicos, en mayor armonía con la naturaleza, o quizás los flujos naturales de materia y energía. El aspecto más destacado en los inicios era la intención de usar lo que se llamaba «sistemas pasivos» que consistían en tratar de lograr el acondicionamiento ambiental – temperaturas en verano e invierno, iluminación… – mediante el propio diseño arquitectónico y la selección de materiales y sistemas constructivos. Se trataba de recuperar en estos aspectos las prácticas de la arquitectura tradicional o «vernácula», actualizada con los nuevos materiales y recursos tecnocientíficos cuando fuera necesario.

¿Cómo se ha transformado el concepto de AB en estos cuarenta años?

En las publicaciones fundacionales del Seminario de Arquitectura Bioclimática (grupo de investigación de Jaime López de Asiain el promotor de todo esto en Sevilla y recientemente fallecido) el énfasis se situaba en dos cuestiones, el tema energético y el desarrollo de una arquitectura — y luego una ciudad — más ecológica, en mayor armonía con la naturaleza y la cultura local. El «bio» de bioclimática pretendía hacer referencia a eso, a otra forma de vida, podría haberse llamado climática solo y plantear soluciones ultratecnológicas, pero no era el caso. Desde la perspectiva actual me parece que el verbo «bioclimatizar» funciona mejor que el sustantivo: climatizar aprovechando, modulando, los flujos naturales, pero también en el contexto de las culturas locales.

Hoy en día con el cambio climático la cuestión se ha hecho mucho más urgente, y poco a poco se está generando una preocupación más general sobre el asunto, entre la gente y entre las autoridades. Ya no es un problema de ahorro o de recursos escasos en un futuro no demasiado preciso. Por otra parte, la crisis ambiental se ha revelado en estas décadas como mucho más multifacética: no sólo es el cambio climático, sino que hay otros ocho o diez procesos que están llevando la biosfera a posibles cambios cualitativos. Y, por no extenderme demasiado, creo también que en estas décadas se ha ido poniendo cada vez más de manifiesto las estrechas relaciones entre crisis ambiental y capitalismo y crecimiento.

¿Cómo fue recibido el tema del «bioclimatismo» en la Expo 92? Desde la perspectiva del olvido actual — hasta muy recientemente — parece que hubiera sido un tema menor.

En su día creo que fue objeto de bastante interés, tanto por parte de los gestores de la Expo, como del público y los medios de comunicación, como de los especialistas. Yo creo que frente a las críticas muy evidentes que se podían hacer a la exposición universal, aquello fue una gran contribución tanto a la escena científica como a la urbanística y ciudadana. Quizás el sector que lo recibió como más suspicacia fue el de los propios arquitectos consolidados, que lo veían, como era en parte, una crítica a su forma de hacer arquitectura.

Ocurrió que luego la cosa se difuminó bastante. Situándonos en Sevilla, incluso quizás Andalucía, — y me cuesta expresarlo — me parece que hemos carecido de liderazgo y audacia política y estratégica: tanto la Junta como el Ayuntamiento como la Universidad, las instancias que uno puede observar, se limitan a implementar normas, recomendaciones y políticas que vienen de fuera. Siempre detrás. El horror o la incapacidad de tomar la iniciativa y a la experimentación. ¡Una pena!

Ahora bien, resulta interesantísimo cómo está resurgiendo el interés en estas cuestiones con la creciente preocupación por el cambio climático. Me encanta la idea de que la presión de una asociación de madres y padres de estudiantes, «Escuela de calor», haya logrado estos últimos años la aprobación en el Parlamento Andaluz de una Ley de Bioclimatización, para el acondicionamiento térmico natural de colegios e institutos. Aunque me cuentan los responsables que la Junta no la está implementando debidamente…

¿Qué pasa con la emergencia climática y qué podemos esperar de las formas de abordarlas?

Uno tiende a creer en que efectivamente está sucediendo, principalmente como resultado de la acción humana, y que efectivamente se trata de una emergencia. La instancia que parece liderar todo esto, el IPCC ,es una institución que recopila y evalúa el trabajo de cientos o quizás miles de científicos y sus conclusiones actualmente son para preocupar, y que todxs más o menos conocemos… Es una situación rara, no cabe duda, ya que la mayoría de la población no podemos comprender los modelos computacionales en que se basa el diagnóstico. Pero tenemos que confiar en la comunidad científica.

En estos momentos se puede esperar cualquier cosa. Durante un tiempo me obsesionaba la idea de que técnicamente, incluso financieramente, parece ser viable, y desde luego deseable para la mayoría, hacer la transición energética, incluso civilizatoria. Pero los únicos que se toman el asunto como algo grave y urgente, jóvenes y una minoría de científicos, por ejemplo en torno a Extinction Rebellion son considerados como radicales. Por ello, el escenario más probable que imagino es uno en el que una minoría convertirá todo esto en un negocio, como están haciendo las energéticas, y se atrincherarán en sus guetos privilegiados y bien acondicionados, dejando que la mayoría de la población sufra los peores efectos del cambio.

Entre las propuestas recientes me atrae la que Donna Haraway viene haciendo con el término, un poco en broma, del Chthuluceno, donde se relacionan prácticas de hacer mundo – worlding dice la autora – y se componen de formas nuevas humanos, no humanos, máquinas, recursos, lugares… en experimentos locales que valen por sí mismos además de su posible valor general… Sin desesperación, aunque tampoco sin un exceso de esperanza. Nec spe, nec metu … La vida misma…

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Enlace al Topo 55, 11.2022: https://eltopo.org/wp-content/uploads/2022/11/eltopo55.pdf

Recientemente publicamos un artículo sobre López de Asiain y la Expo 92: José Pérez de Lama, José Sánchez-Laulhé & Rafael Herrera Limones, 2022, Recordando los trabajos para el acondicionamiento bioclimático de la Expo92 en Sevilla. Y a Jaime López de Asiain, su principal promotor, Revista Tiempo y Clima Vol. 5 Núm. 78: Octubre 2022 [Publicado: 2022-10-29] Edición digital. ISSN: 2340-6631 pp. 32-37 https://doi.org/10.30859/ameTyCn78p32

¿Cuánto CO2 emite su vivienda, Mr Foster?

Imagen: Philippe Rahm, 2010, Convective Apartments. Fuente: urbannext.net/philipperahm/

Por José Pérez de Lama _ entrada en construcción

Recordando a mi padre, que murió hace aproximadamente un año y nueve meses, que me inculcó el interés por el conocimiento de los «grandes números» de los temas que queremos estudiar. A él quizás le venía de Aguirre, uno de sus profesores preferidos en la Escuela de Caminos de los años 50 en Madrid. Mi padre no era un convencido radical del calentamiento global, pero tras múltiples conversaciones en sus últimos años sí que asumió el «principio de precaución» de Jonas: es algo posible y más vale actuar en consecuencia. También tengo que decir que hacia 1982 encargó -entonces como delegado del MOPU (Ministerio de Obras Públicas) en Sevilla- el primer proyecto de vivienda social bioclimática del que tengo conocimiento, las 128 viviendas en Osuna (Sevilla) de López de Asiain, Domínguez, Alberich y el Seminario de Arquitectura Bioclimática de la Universidad de Sevilla. Muy visionario en este aspecto, me permito afirmar.

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«¿Cuánto pesa su edificio, Mr Foster?» es la pregunta que hizo el ingeniero y polímata Buckminster Fuller hacia finales de los 70 a un  joven Norman Foster, -hoy famosísimo arquitecto, incluso reconocido como «Sir» en el Reino Unido. Era la época del inicio del estilo «high tech» y personajes como Fuller consideraban la ligereza como una virtud principal. Pasados cerca de 50 años, vengo diciendo que la pregunta que habría que hacer hoy, en lugar de la de Fuller, es la que da título a estos párrafos, «¿Cuánto CO2 emite su edificio, Sr. Foster?», cuestión que denotaría la virtud -y tal vez la belleza, como dice Philippe Rahm- de un edificio contemporáneo.

¿Cuánto CO2 emite su vivienda, Mr Foster? Unos números muy generales

Según el proyecto Entranze financiado por la UE en España la vivienda media consume entre 100 y 200 kWh / m2 / año.

Para una vivienda de 100 m2 (supongamos que construidos) esto supondría entre 10.000 y 20.000 kWh/año / vivienda.

Para estimar las emisiones de CO2 correspondientes a este consumo encontré una web de la Generalidad de Cataluña. El supuesto que es toda la energía sea de procedencia eléctrica. Dice esta web que para el mix eléctrico de 2020 (combinación de diferentes fuentes de producción típicas) las emisiones son de 250 gCO2/kWh.

Usando estos datos nos daría un rango de emisiones para la vivienda que hemos considerado típica, de 100 m2 de superficie, entre 2.5 T de CO2 / año y 5 T de CO2 / año.

Las emisiones globales anuales son del orden de 30-40.000 millones de toneladas de CO2 (o 30-40 GT). Las emisiones de España se estimaban en 2020 en torno a los 200 millones de T de CO2 / año o 0.2 GT (hay que considerar quizás que el 2020 fue el año del COVID y hubo un descenso global en el consumo de energía y por tanto de las emisiones). Las emisiones per cápita de España para 2020 se estiman en torno a las 4.5 T de C02 /persona/ año; hacia 2005 habían alcanzado un máximo superior a 8 T de CO2 /persona/ año. Fuente: https;// ourworldindata.org/

Contrastando estos datos teóricos con el consumo real de una vivienda en Sevilla (España) -de unas facturas que tengo a mano- se observa que no están demasiado desviados; las cantidades de la factura real son ligeramente inferiores, pero se trata de una vivienda que cuenta con gas natural además de electricidad. Y cabe señalar que las necesidades de calefacción en Sevilla -parte principal del consumo de energía típico de una vivienda- en Sevilla son inferiores a la media de España.

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Otros datos relacionados que propone Philippe Rahm

Rahm es un arquitecto suizo-francés con una obra muy experimental y artística centrada en las relaciones entre el clima y la arquitectura (imagen al principio del post). En un libro titulado Escritos climáticos, de reciente traducción al español, ofrece los siguientes datos que me parecieron de gran interés. Aunque los datos térmicos de edificios concretos pueden por supuesto calcularse con los múltiples programas de eficiencia o certificación energética (Hulc y BREEAM, Verde, Leed [EEUU], Passivhaus [Alemania] … Ladybug, Diva, etc.), estos requieren un proceso más o menos complejo, más bien esotérico para los no iniciados, y lo interesante de Rahm es su capacidad de simplificación, y como decíamos al principio, de darnos una idea del orden de magnitud de la cuestión. Cito y resumo a  continuación (Rahm, 2021: 93-98):

[…] la arquitectura y la construcción son responsables de aproximadamente el 40% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Un tercio de este porcentaje se libera durante la construcción del edificio -en este porcentaje- se incluyen los materiales de construcción empleados y su huella de carbono. Los otros dos tercios provienen de la energía consumida en el funcionamiento del edificio durante toda su vida últil. Esto ocurre principalmente al calentar el edificio en invierno y refrigerarlo en verano. El 84.7% de la energía que alimenta la calefacción y el aire acondicionado de un edificio provenían en 2018 [en Francia, suponemos] de fuentes de energía a base de carbono. Para extraer de ellas la energía se precisa una combustión que desprende un gas de efecto invernadero, el CO2 -este porcentaje se correspondería con lo que en el punto anterior incorporábamos como el «mix eléctrico» […]

Durante los últimos años, se han llevado a cabo numerosos trabajos de rehabilitación energética que, en esencia, consisten en forrar los muros de fachada de las viviendas existentes, así como las cubiertas y forjados de planta baja, por medio de un material de alta capacidad aislante (fibra de vidrio, lana de roca, celulosa, cáñamo, etc.) y un espesor entre 10 y 24 cm. En Francia estas intervenciones comenzaron en 1974 […] a consecuencia de crisis del petróleo de 1973. En aquel momento el objetivo era reducir el consumo energético de los edificios por debajo de los 225 kWh/m2/año. Se estima que los edificios construidos entre 1950 y 1970 consumían unos 300 kWh/m2/año […]

Antes de 1974 los edificios carecían de cualquier tipo de aislamiento térmico […] y es fácil entender que que el frío invernal atravesaba sin demasiada dificultad [las fachadas de la época] para llegar al interior de la vivienda, pues la transmitacia térmica de estas fachadas era bastante pobre, del orden de 4.5 W/m2 ºK.

Las normativas térmicas francesas posteriores, de 1978 y 1980 [en España la norma CT-1979], contemplarán la colocación de verdaderos materiales aislantes, escogidos específicamente para esta función, como el poliestireno, al que apenas se daba un espesor de 3 cm y que se superponía a los materiales de la estructura […] Fue un gran paso […] porque fue la primera vez desde finales del siglo XIX que se recubrían los muros de los edificios con un material no portante […] como se hacían antaño con los tapices, las cortinas o las alfombras. Se estima que la transmitancia térmica U [de los edificios] en este período rondaba los 1.05 W/m2 ºK.

A partir de 1974 se fue aumentando progresivamente el espesor del aislamiento [siempre en Francia] hasta rondar los 10 cm necesarios para conseguir un valor de U de 0.5 W/m2 ºK estipulado [actualmente] en la normativo francesa. […]

Desde 1970, el consumo energético [de las viviendas] en Francia se ha dividido por seis, y en Suiza por ocho y medio. El objetivo anunciado para la [nueva] normativa francesa consiste en alcanzar los 12 kWh/m2/año, lo que supondrá dividir por 25 el consumo energético respecto a 1970. La nueva normativa francesa debería estar a la altura de los mejores estándares europeos, como Minergie en Suiza o Passivhaus en Alemania, que imponen un espesor de aislamiento de 20 cm para alcanzar una transmitancia térmica de 0.12 W/m2 ºK.

Puede verse un cuadro resumen con los datos expuestos por Philippe Rahm al final del post.

Hasta aquí Rahm. Hago a continuación, para terminar, algunas consideraciones adicionales.

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Viviendas «net-zero» y de energía positiva

Eficiencia energética + producción de energías renovables. Siendo bien interesante esto de la eficiencia energética conviene no olvidar cuál es la razón principal de que nos preocupemos por el asunto. El consenso general [IPCC] es que habría que mantener 1.5ºC el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 1.5ºC — y la cosa es que desde que se formulé ese objetivo en 2015 ya subió entre 1.2 y 1.3ºC. Para lograr no superar los 1.5ºC se supone que para el año 2050 habría que haber transformado el sistema en su conjunto, incluida la edificación, en un sistema net zero de emisiones, ese decir que las emisiones netas de CO2 sean igual a cero. Hay unas ciudades europeas que incluso han firmado un compromiso para transformarse en net zero para el 2030 — lo creamos o no Sevilla es una de ellas, aunque la declaración, como siempre tiene sus trucos…

Para lograr este objetivo los edificios, y kas viviendas en particular, tendrían que ser también net zero o incluso producir más energía (renovable, eso sí) de la que consumen. A eso es a lo que se llama edificios de energía positiva. Por tanto, para alcanzar el objetivo 1.5ºC no sólo habría que ahorrar energía por medio de la eficiencia energética -según comentamos arriba- sino que habría que hacer la transición del recurso predominante a las energías fósiles -87% era el dato de Rahm, como referencia- al un uso de energías renovables. Cabe señalar, eso sí, que como ocurre con tantas cosas, la producción de energía para las viviendas puede hacerse en un amplio rango de escalas, desde la producción en la propia vivienda (vg con paneles fotovoltaicos en cubierta), a la producción comunitaria más o menos local (para las viviendas colectivas, tal vez asociadas con espacios urbanos libres o equipamientos), a la producción más convencional en grandes instalaciones de escala comarcal o regional. Y todo eso para antes del 2050…

Financiación. Me preguntaba cuando buscaba los datos y preparaba las notas ¿cómo habría que financiar todo esto? Para empezar las obras para forrar todas las viviendas con 10-20 cm de aislamiento… Y se me ocurre que sólo se podrá hacer con un pago directo por parte de los gobiernos… una especie de renta básica energética… contra la que habría que ver las posibles contraprestaciones por las ayudas de los particulares a lo público… Igual era una ocasión para transformar el mercado inmobiliario… pero eso se lo dejo a los colegas economistas y de políticas públicas… Si es una emergencia (climática), es una emergencia, pero ya se ve que la mayoría no se lo acaba de creer…

Formación, escuelas y facultades. Como tercera y última observación es la de las escuelas de Arquitectura. No me parece tampoco que en su mayoría se estén tomando en serio lo de la «emergencia». Uno pensaría que habría que priorizar todas estas cosas en la formación de los arquitectos y arquitectas, al menos de aquí a 2030-40. Así se lo vengo diciendo, sin demasiado éxito, a los colegas y responsables actuales de la mía… Pero ya que el blog se llama «arquitecturaContable» igual es algo que tendría que hacer otras facultades y escuelas, por ejemplo, la de Económicas. Y seguro que unas cuantas más.

Aquí lo dejo por hoy. Vale.

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Agradecimientos

Entre otros a José Sánchez-Laulhé por recomendarme y prestarme el libro de Philippe Rahm que comento. Y a Antonio Abellán y los colegas de Nomad Garden, por una conversación que tuvimos sobre Rahm a principios del verano.

Referencias

Entranze, 2013-2022, Total unit consumption per m2 in residential (at normal climate), disponible en: https://entranze.enerdata.net/total-unit-consumption-per-m2-in-residential-at-normal-climate.html | accedido el 22/08/2022

Gencat Cambio Climático, [actualización 2022], Factor de emisión de la energía eléctrica: el mix eléctrico, disponible en: https://canviclimatic.gencat.cat/es/actua/factors_demissio_associats_a_lenergia/ | accedido el 22/08/2022

IDAE, 2015, Calificación de la eficiencia energética de los edificios, disponible en: https://energia.gob.es/desarrollo/EficienciaEnergetica/CertificacionEnergetica/DocumentosReconocidos/normativamodelosutilizacion/20151123-Calificacion-eficiencia-energetica-edificios.pdf

[De la nota introductoria] Jaime López de Asiain, 1996, Vivienda social bioclimática. Un nuevo barrio en Osuna. Y 38 viviendas en Arboleas. Proyectados y construidos desde el enfoque bioclimático, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, colección Textos de Arquitectura núm. 4, Sevilla

Our World in Data, 2022, varias páginas del sitio web, https://ourworldindata.org | accedido el 22/08/2022

Philippe Rahm, 2021, Escritos climáticos, Moisés Puente editores

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Tabla resumen datos de Ph. Rahm

Período Consumo energético (kWh/m2/año)«U-value» vivienda (W/m2 ºK)
1945-19733004.50
1978-792251.05
2020-objetivo futuro próximo120.12
Evolución características térmicas de las viviendas en Francia 1945-2020, según Ph. Rahm (2021)

Pequeña contribución a «Becoming»: pabellón de Esp en la Bienal de Venecia 2018

Imagen: Melissa Espaillat Bencosme, 2017, La mesa como lugar (TFM); fragmento del póster incluido en la muestra Becoming, Venecia, 2018 . Fuente: http://b-e-c-o-m-i-n-g.com/)

Estos días se inauguró la nueva edición de la Bienal de Venecia – de Arquitectura. La exposición del Pabellón de España comisariada por Atxu Amann con la colaboración de María Mallo (Zuloark o ex-Zuloark) y otros, se titula «Becoming». Se trata de una producción «coral» con muchos proyectos y obras, y breves contribuciones teóricas, si no lo entiendo mal, en torno al trabajo de las escuelas de Arquitectura en Esp. María Mallo, me invitó a escribir 500 palabras sobre el término «sostenible» – no elegido por mí, aunque no me pareció mal. ¡Gracias María y equipo! Entre otras razones, porque (me) resulta algo difícil navegar la web (http://b-e-c-o-m-i-n-g.com/)- seguro que es mi navegador libre o algo… – recojo aquí mi aportación.  A veces, casi siempre, es más difícil escribir poco que mucho, y ahora me parece que la cosa quedó  un poco «empaquetada», pero aún así me parece que no quedó mal del todo… (A los lectores habituales del blog les sonará la mayoría de lo que aquí se recombina.)

Sostenible

José Pérez de Lama

Igual que existe una ecología de las malas hierbas existe una ecología de las malas ideas. Gregory Bateson [*] (There is an ecology of bad ideas, just as there is an ecology of weeds.)

Sostenible es hoy una palabra mucho menos sexy de lo que lo fuera hace dos o tres décadas. Como es conocido, el adjetivo se presentó a la sociedad global con el Informe Brundtland de 1987, que definía el desarrollo sostenible como aquel que “satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Desde entonces un cierto abuso ha llegado a desacreditar – un poco – el término. Y sin embargo, lo sostenible nos sigue planteando preguntas, paradojas y conflictos fundamentales para las sociedades contemporáneas habitantes de la biosfera terráquea.

Gregory Bateson propuso que la unidad de supervivencia evolutiva (unit of evolutionary survival) no la constituían el organismo o la especie aislados, tal como había planteado hasta entonces el darwinismo, sino que era el organismo-más-su-entorno (organism plus environment): un organismo que destruye su entorno termina por destruirse a sí mismo. Llamamos metabolismo al conjunto de procesos mediante los cuales un ser vivo – organismo, comunidad, ciudad… – intercambia materia y energía con su entorno para mantenerse vivo. Bateson llamó mente (mind) al proceso mediante el cual una entidad percibe e interactúa con su entorno, en ciclos de prueba y error, dando lugar a patrones de adaptación (aprendizaje) con el fin de asegurar su preservación y la de su entorno. Esta situación propia de la vida, por la cual un conjunto de organismos y su medio co-evolucionan a través de procesos de aprendizaje y adaptación, es a lo que llama ecología de la mente (ecology of mind). En sus últimos escritos, el autor californiano describía la crisis ambiental-planetaria del final de la era industrial como una crisis de la ecología de la mente.

Desde una perspectiva complementaria, María Puig de la Bellacasa, – en diálogo con Donna Haraway -, define los cuidados (care) de la siguiente manera: “todo aquello que hacemos para mantener, dar continuidad y reparar nuestro mundo de manera que podamos vivir en éste tan bien como sea posible. Éste nuestro mundo incluye nuestros cuerpos, nuestros yo-es (selves) y nuestro entorno, todos los cuales tratamos de entrelazar en una red compleja que sostiene de la vida.» (Everything that we do to maintain, continue and repair our world so that we can live in it as well as possible. That world includes our bodies, our selves, and our environment, all of which we week to interweave in a complex, life-sustaining web.)

Transformar la práctica de la arquitectura en el proyecto, la (re)construcción y el mantenimiento de “redes complejas que sostienen la vida”, en las que nos entrelacemos seres vivos, lugares y máquinas, podría ser un buen programa para la era de la pos-sostenibilidad. Cuidar, habitar, pensar. (Caring, dwelling, thinking)

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[*] Cita introductoria de Las tres ecologías, Félix Guattari, 2000 [1989], Pretextos, Valencia

#referencias

Gregory Bateson, 1970, Form, Substance, and Difference, 19ª Conferencia anual en memoria de Korzybski, General Semantycs Bulletin, No 37, 1970; reproducida en G.B, 2000, Steps to an Ecology of Mind, The University of Chicago Press, Chicago, pp. 454-471
Donna Haraway, 2016, Staying with the Trouble. Making Kin in the Chthulucene, Duke University Press, Durham

María Puig de la Bellacasa, 2017, Matters of Care. Speculative Ethics in More Than Human Worlds, University of Minnesota Press, Indianapolis

United Nationes, 1987, Report of the World Commission on Environment and Development: Our Common Future (Informe Brundtland), disponible en: http://www.un-documents.net/wced-ocf.htm | accedido 01/02/2018

Ciencia ficción: transición energética en la Universidad de Sevilla, sostenibilidad, ahorro económico y nuevo modelo productivo

Este post va sobre la transición energética, que en España y en la actualidad, parece algo de ciencia ficción… Grandes corporaciones contra cooperativas ciudadanas, «pagar por el sol», centros de vanguardia en investigación sobre renovables que se cierran por maquinaciones financieras, viejecitos que se mueren de frío en invierno porque no pueden pagar la electricidad, bueno, y el cambio climático y el Antropoceno, y cosas así… El género concreto de la pieza que sigue toma la forma de un informe técnico-económico, con algunas notas arquitectónicas… Siempre me gustó mucho la ciencia ficción, sobre todo la que llaman especulativa. Se dice que es una manera de pensar sobre el presente, además de sobre el futuro. Mis preferidos en literatura: el primer William Gibson, Neal Stephenson, Marge Piercy, Douglas Adams, Ian McDonald, Kurt Vonnegut, Bruce Sterling, J.G. Ballard, Thomas Pynchon [?], y alguna cosa, no todas, de Richard Powers…

José Pérez de Lama y equipo

Imagen: conjunto de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Edificación con potenciales superficies en cubierta para la captación solar fotovoltaica. Elaboración propia.

Estudio para la rehabilitación ambiental de la Universidad de Sevilla – campus de Reina Mercedes: energía fotovoltaica | 2017 v.0.1 beta

José Pérez de Lama, Álvaro Gómez Chica, Belén Rey Álvarez, Rafael Herrera Limones; con la colaboración de María Jiménez, Irene Machuca y Benito Sánchez-Montañés

0/ Resumen ejecutivo

Cambio climático y sostenibilidad

La realidad del deterioro del planeta producido por las actividades humanas, – cambio climático, destrucción de la biodiversidad, drástica reducción de los recursos que dejaremos a futuras generaciones… -, hacen que el avance hacia modelos de producción y consumo sostenibles se haya constituido en una de las principales prioridades de nuestras sociedades. Consideramos, por tanto, que ésta preocupación también debería ser una prioridad destacada para las universidades públicas.

Objetivos UE 2020:
20% energías renovables y 20% mejora de la eficiencia energética

Tanto las Naciones Unidas, con sus 17 objetivos para el desarrollo sostenible, como la Unión Europea con las Estrategias 2020, 2030 y 2050, refrendan la urgencia de las acciones a tomar. En concreto, la Unión Europea, en su estrategia de clima y energía estableció el objetivo de alcanzar para el año 2020, un 20% de producción de energía a partir de fuentes renovables, así como un 20% de mejora de la eficiencia energética. Para 2030, los objetivos plantean lograr un 27% en el uso de energías renovables y en la mejora de la eficiencia energética. La Universidad de Sevilla ha hecho avances en el campo de la eficiencia energética (12.5% de mejora entre 2009 y 2014), pero casi nada en el campo de las renovables. Consideramos que la Universidad de Sevilla tiene la responsabilidad de asumir estos objetivos. Seguir leyendo Ciencia ficción: transición energética en la Universidad de Sevilla, sostenibilidad, ahorro económico y nuevo modelo productivo

Los árboles y el bosque y el horizonte: algunas notas sobre trabajo, buen vivir y capitalismo

Discutimos apasionadamente sobre pactos, partidos, políticos y a veces incluso programas con hipotéticas medidas legislativas y de gobierno… Pero me da la sensación de que a veces perdemos de vista cuales son las razones de fondo para este tratar de reorganizar la vida en común y el mundo… Siguen unas breves reflexiones sobre cuales podrían ser algunos de estas razones que, tal vez, no deberíamos dejar de perder de vista como referencia para orientar estos conflictos y debates… Y de camino establecer las pautas de la investigación y la innovación tecno-científica, social y política…

Google-Crabot
¿Un futuro robótico, pero para qué? Hmm… Imagen: En 2015 se publicó que el nuevo campus de Google, un proyecto en proceso de los estudios de Bjarke Ingels y Thomas Heatherwick, se construirá con la ayuda de sistemas robóticos – crabots los llaman – que facilitarán la construcción,  favoreciendo la precisión y la calidad de la puesta en obra… Fuente de la imagen: http://www.equipmentworld.com/a-team-of-robotic-cranes-or-crabots-will-help-google-build-its-new-hq/

José Pérez de Lama / 03/07.2016

The best we can do is to aim for “good-enough” worlds, where “good-enough” is always imperfect and under revision.

Anna Tsing, 2015. The Mushroom at the End of the World. On the Possibility of Life in Capitalist Ruins

Quizás se echan de menos reflexiones más sencillas sobre lo que necesitaría el mundo y lo que necesitaríamos sus habitantes y por qué no está bien lo que hay ahora. Algo así como el «pan-techo-trabajo» de las Marchas de la dignidad, o las 11 reivindicaciones del levantamiento zapatista de 1994 [0]… La gente escribe larguísimos y complejos libros sobre lo que pasa y qué habría que hacer. Parecería que hay que ser un tremendo intelectual simplemente para saber qué podríamos desear… Y por otra parte las discusiones y luchas apasionadas se centran en torno a soluciones muy precocinadas – comunismo, socialdemocracia, libre mercado… – o incluso en cosas mucho más concretas como la ley tal o la medida económica cual, olvidándonos de lo que serían quizás los objetivos en el fondo de todas estos debates.

Piensa uno a veces que igual la cosa tendría que ser mucho más sencilla. O por lo menos, que de vez en cuando habría que pararse un poco a mirar con detenimiento aquello por lo que luchamos o debatimos con tanta apasionada intensidad.

Si tomamos como referencia el capitalismo en su forma actual como sistema que organiza el mundo, los problemas principales podrían ser bastante sencillos de identificar. Se me ocurre enunciarlos así: por un lado a nivel de la vida personal y social, tendríamos (0) que existe la necesidad de producir las cosas que nos hacen falta para vivir bien, producción en torno a la cual se organiza gran parte de la sociedad y (1) cómo se organiza el acceso a estas “cosas” que necesitamos, acceso que para la mayoría se produce a través del dinero obtenido como retribución del trabajo, __ el cual ocupa una gran parte de nuestras vidas, esfuerzo y preocupación. En otro nivel tal vez más general estaría (2) la cuestión del consumo de los recursos limitados del planeta, que nos lleva a deteriorar el propio entorno en el que vivimos, con la posibilidad de que acabemos más pronto que tarde por hacerlo inhabitable – para los humanos y para el resto de seres vivos con quienes compartimos la Tierra… Esta cuestión está ligada a la necesidad de crecimiento permanente del sistema socio-económico con que se viene resolviendo la producción de bienes desde hace aproximadamente 200-300 años, el sistema económico capitalista-industrial. [1]

El nudo del trabajo asalariado
Durante el siglo 20, pensadores tan poco sospechosos de radicalismo como Keynes o Galbraith – dos de los economistas implicados en los gobiernos más poderosos del mundo, – el primero en el Reino Unido entre 1915 y 1945, y el segundo en Estados Unidos entre 1940 y 1970 -, imaginaron un mundo en el que producción y trabajo llegarían a transformarse profundamente, para hacer la vida de la mayoría del planeta mucho más llevadera, incluso para que desde el punto de vista material tod*s tuviéramos asegurada una buena vida. Especialmente Galbraith, en The Affluent Society, reconocía que las sociedades avanzadas producían ya mucho más de lo que realmente se necesitaba para vivir bien – y que buena parte de las cosas que se seguían produciendo lo eran, ya no por necesidad, sino para mantener un sistema económico que no funciona sino mediante el continuo crecimiento.

Keynes y Galbraith pensaban que todo lo necesario para el buen vivir de toda la población se podría producir con la ayuda de las tecnologías, – la automatización, etc. – con mucho menos trabajo humano, y que en consecuencia cabía imaginar un mundo en el que todos tuviéramos, por un lado, acceso mucho más fácil a lo que necesitamos para un buen vivir, y por otro, que lo tendríamos trabajando mucho menos – 15 horas a la semana, especulaba Keynes -, y que así dispondríamos de mucho más tiempo para dedicar a actividades más libres que las del trabajado asalariado, relacionadas con la vida social, la experimentación, los cuidados, la cultura o las artes. Keynes se atrevía a sugerir, incluso, que en ese mundo futuro que imaginaba, la gente demasiado preocupada por ganar dinero o hacer negocios sería considerada con un cierto desdén.

Teóricamente, como vienen señalando muchos otros autores, – a mí como ya sabéis me gusta recordar a Félix Guattari –, esto ya debería ser posible hoy. Y en realidad hay una cierta parte de la población que vive así desde siempre: parte de las aristocracias, celebrities, rentistas, artistas, incluso cabría decir que los profesores universitarios que no se dejan llevar por el espejismo productivista… Aquí cabe señalar que frente a la idea de no trabajar, que a muchos plantea la duda de qué es lo que haría la gente, mi perspectiva es más bien la de William Morris: se trataría de recuperar un trabajo vivo autónomo, no esclavizante, no alienante, etc. a través del cual la gente pueda dar también un cierto sentido a su existencia.

Para mí, esto debería ser uno de los objetivos prioritarios de la investigación y la innovación, y no el desarrollo de nuevos productos que en realidad no se necesitan, de fármacos para hacer tolerable una vida que no nos hace felices o de nuevas armas para matar mejor, por citar tres ejemplos sin demasiada reflexión. Una investigación que tendrá que ver, entonces, tanto con cuestiones científico-técnicas – automatización, optimización de procesos, logística… – como seguramente con mayor importancia con cuestiones de organización social, innovación institucional, cooperación, comunicación, convivencialidad de los sistemas…

La cuestión ecológica
Sobre la tercera cuestión que señalaba, y que aún no he tratado, la de los recursos y la preservación de la vida en el planeta, se han hecho extraordinarios avances respecto de los tiempos de Keynes y Galbraith. Diría con bastante certidumbre que ya están planteadas las soluciones tecnológicas para que las actividades humanas sobre el planeta pudieran resolverse de manera que en lugar de seguir consumiendo recursos limitados y continuar con la degradación del planeta, nuestras actividades pudieran ser beneficiosas para el mundo. A este respecto, la imagen de McDonough y Braungart me parece muy ilustrativa: casas como árboles y ciudades como bosques. Para esto es necesario rediseñar la mayoría de materiales y procesos industriales, sustituir los combustibles fósiles por energías renovables, etc. Todo esto, que está en muchos aspectos en avanzado proceso de desarrollo, debería ser el otro gran objetivo de las sociedades, de nuevo, con un papel fundamental en la investigación y la innovación. [2]

Participar en la transformación del mundo en este sentido sería desde luego algo mucho más emocionante, que discutir si Pablo Iglesias debe o no ser el líder del partido de izquierdas, o si es el partido de los de abajo y no de la izquierda, o si el Partido Socialista Obrero Español es efectivamente socialista, obrero o incluso de izquierdas. Los obstáculos son grandes, y no hace falta siquiera comentarlos, pero estimo que no está mal tener estas ideas o deseos en nuestro horizonte…

#notas

[0] En el documento que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, publicó acompañando el levantamiento de 1994, la llamada Primera Declaración de la Selva Lacandona, los zapatistas enunciaban sus «sencillas» reivindicaciones: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Puede verse aquí: http://www.nodo50.org/pchiapas/chiapas/documentos/selva.htm#marca1

[1] Una vez que producimos, como conjunto de los humanos, lo suficiente para vivir bien, la necesidad del crecimiento es en realidad mucho más arcana de lo que parece. Está inscrita en «las instrucciones de funcionamiento» de la máquina capitalista-financiera, pero muy bien podría no estarlo. Me aventuro a decir que se parece más al papel de Dios en la Edad Media que a una necesidad «real». El debate planteado entre otros por los decrecentistas – Serge Latouche y compañía – va en esta línea.

[2] Cabe señalar que en el modelo optimista de McDonough y Braungart, que ahora viene caracterizándose como economía circular, la abundancia o superproducción ya no sería un problema, ya que las materias primas y auxiliares serían permanentemente reutilizadas o recicladas. Su modelo es el de la propia naturaleza…

#referencias

John K. Galbraith, 1999 (edición original de 1958), The Affluent Society, Penguin, Londres

Félix Guattari, 2000 (edición original en francés 1989), Las tres ecologías, Pre-Textos, Valencia

John Maynard Keynes, 1930, Economic Possibilities for our Grandchildren, en: J.M. Keynes, 1963, Essays in Persuasion, New York: W.W.Norton & Co., pp. 358-373; disponible online en: http://www.econ.yale.edu/smith/econ116a/keynes1.pdf

William McDonough, Michael Braungart, 2013, Upcycle. Beyond Sustainability – Designing for Abundance, North Point Press, Nueva York

Anna Tsing, 2015, The Mushroom at the End of the World. On the Possibility of Life in Capitalist Ruins, Princeton University Press, Princeton

Otros:
Nancy Caldwell Sorel, 1996, When JK Galbraith met JM Keynes, en: http://www.independent.co.uk/arts-entertainment/when-jk-galbraith-met-jm-keynes-1341178.html | accedido 03.07.2016

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OSCE-Day(s) 2016 Sevilla / 10 junio 2016 / programa preliminar

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Documento de trabajo / actualizado 09/06/2016

El próximo viernes 10 de junio de 2016, de 10:00 a 14:00 h, celebraremos una jornada para incorporarnos al evento internacional OSCE-Days, Open Source Circular Economy Days [https://oscedays.org/ | https://oscedays.org/seville-2016/].

El evento tendrá lugar en espacio-RES (Avenida de la República Argentina 25, 9ª planta, Sevilla).

El programa preliminar es el siguiente:

9:30 a 10:00 / Recepción de asistentes

10:00 a 11:00 / Presentación y píldoras introductorias

  • Bienvenida: Carlos Lora, Lilian Weikert o Pablo García espacio-RES (por confirmar)
  • Guadalupe García, red OSCE / OSCE Days la red europea
  • David Pino, Director Innovación y Economía Social Ayto de Sevilla / Sevilla Circular en el marco de la economía social
  • María Pérez, UPO, patrona Fundación Economía Circular España / Economía circular
  • José Pérez de Lama, US, Fab Lab Sevilla / Tecnologías libres y open source
  • Ecove, Luis Morales (red de empresas e iniciativas verdes)

11:00 a 12:15 / Desayuno circular / networking

En esta sesión se presentarán brevemente los equipos de una docena de proyectos relacionados con la economía circular, que estarán presentes durante un desayuno informal (ecológico, km0) para explicar sus proyectos a los interesados y hacer conexiones entre sí. Participantes definitivos por confirmar en los próximos días. Entre otros están confirmando:

  • Som Energía (coopeartiva de energías renovables)
  • Guifi.net  Sevilla (redes libres de comunicación)
  • Coop57 (finanzas alternativas)
  • Daniel Melendro, La Medina Coop
  • p-minfab, Miguel A. López Navarro / Fab Lab Sevilla (plataforma impresoras 3D educativa)
  • OSPSD, Nacho Domínguez-Adame / radarq / Fab Lab Sevilla (plataforma diseño mobiliario urbano open source)
  • Homeless Nap Box, Antonio Figueroa, JM Viloca, JoseM Hernández; Antonio García y Javier Terrados, profs. (vivienda mínima portátil de fabricación digital)
  • El milagro de los peces, colectivo Verdes del Sur (acuaponía en Polígono Sur, Sevilla)
  • Impact 3D, José Manuel Debén (reciclaje de plástico para impresión 3D)
  • Proyecto Aura / Solar Decathlon, US (vivienda social sostenible / por confirmar)
  • María José Molina, Andaraje e Hipotenusa, UPO (sostenibilidad y makers)
  • Michelle Levorino, Resilient Design, Granada
  • Eco-Crowd Innovation, Beatriz Real (innovación para la sostenibilidad)
  • Ciclogreen, Gregorio M. Toral (movilidad sostenible)
  • Rodrigo Carrasco  (huertos urbanos y Arduino)

12:15 a 13:00 / Mesas de trabajo sobre retos OSCE en Sevilla

En esta sesión los asistentes trabajaremos en tres mesas centradas cada una de ellas en un reto relacionado con la economía circular. El plan es que los asistentes roten sucesivamente por las tres mesas (15 min). Cada una de ellas contará con un moderador que posibilite la continuidad y facilite la redacción de unas breves conclusiones. En paralelo se desarrollará un proceso de mapeo de los diferentes proyectos e iniciativas de economía circular en Sevilla. Los retos serán los siguientes:

  • Sevilla ciudad circular (moderación Lilian Weikert / La Plasita / espacio-RES)
  • Fab Labs verdes y circulares (moderación J. Pérez de Lama / Fab Lab – ETSA, Universidad Sevilla)
  • Modelos de negocio economía circular, verde y open source (moderación Luis Morales, Ecove.org)
  • Mapeo de iniciativas (reto transversal / facilitado por Pablo García @enreda)

13:00 a 13:25 / Plenario puesta en común

Moderación de la sesión a cargo de Rosario Gómez-Álvarez (FCEyE-US, Red de Economía del Bien Común)

  • Presentación de resultados mesas.
  • Síntesis de ideas, red, iniciativas, proyectos, recomendaciones sobre políticas públicas nodo OSCE Sevilla 2016/17.

13:30 a 14:00 / Clausura de la jornada

  • Clausura oficial del acto por parte de Carmen Castreño Lucas, Primera Teniente Alcalde, Economía, Comercio y Relaciones Institucionales, del Ayuntamiento de Sevilla y  Esperanza Caro Gómez, Directora General de Economía y Comercio del Ayuntamiento de Sevilla.
  • Foto de grupo

 

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2016_ciclos

Boceto de un nuevo diagrama en que se trata de mostrar un conjunto de ciclos más o menos acoplados a los dos ciclos de producción material (biológico y técnico) habitualmente descritos por la economía circular: dinero/capital, trabajo/vida, conocimiento/data…

 

Ciclos: vida, ecosistemas, fiesta, capital, cibernética … y algunas ideas sobre «economía circular»

Botticelli-primavera_recorte
S. Boticelli, 1482, Primavera (detalle); fuente: https://en.wikipedia.org (recorte inspirado por: https://copperbeechschool.com)

Algunas divagaciones sobre ciclos

Pueden apreciarse dos maneras de ver la forma en que se despliegan la vida y el mundo, la una lineal, la de la irreversibilidad, la de la Historia, y la otra cíclica, la de ciertas aproximaciones de la mentalidad mítica, pero también de la ecología, los estudios de los diversos metabolismos – biológicos o urbanos – o incluso de la economía y la cibernética…

Últimamente ando fascinado con esto de los ciclos. No se exactamente por qué, aunque en parte sin duda por cosas relacionadas con el llamado metabolismo urbano. También por la circulación del capital y por la cibernética… Haré entonces algunas divagaciones sobre esto, para luego comentar sobre el nuevo movimiento que se ha dado el nombre de economía circular.

Quizás de las primeras veces que me interesé por estas cosas fue una época en que leía sobre la mentalidad mítica – en particular a Mircea Eliade. Leo últimamente, – Graeber, creo recordar -, que en antropología su pensamiento se considera superado, o que ya no está de actualidad – pero nunca me afectaron demasiado esos juicios. La vida, en muchos aspectos tiene  que ver con ciclos: día-noche (estar despierto y dormir-quizás-soñar y la repetición cotidiana de nuestras actividades), la luna y las estrellas, destacadamente las estaciones – con el renacimiento anual de la vegetación -,  etc [0].; ciclo del agua (evaporación, lluvia, fertilización de la tierra, plantas y animales, ríos, océanos…), que la Permacultura, uno de los saberes de referencia para mí, toma como paradigma… También podemos ver la vida de una persona como repetición en cierto modo de la de sus padres – nacimiento, juventud, procreación, madurez, ancianidad y muerte, – para que la siguiente generación pueda volver a empezar… La fertilidad de las mujeres, el ritmo-repetición de las comidas, el descanso semanal… Los antiguos, con sus mitos y ritos, construyeron el sentido de la vida en torno a este eterno retorno; las fiestas, para los acontecimientos singulares como el nacimiento, las bodas, la muerte, y con motivo de los momentos especiales como el verano y el invierno (solsticios, cosechas) o la primavera (el nuevo comienzo de la vida…). – Meto aquí una digresión dentro de la divagación: la mentalidad dominante actual, algo simplona-positivista, con su incapacidad de conectar con estos aspectos más intemporales de las fiestas tradicionales, creo que se pierde mucho… o incluso nos está haciendo perder mucho a todos… Para pensadores como Eliade, efectivamente, las fiestas eran, entre otras cosas, una manera de dar sentido al mundo, a la muerte, a las relaciones entre cultura y naturaleza, que no parece que hayan sido superadas por la tv, el productivismo o el consumismo… Ni me parece a mí que tampoco por el laicismo más o menos socialista… [1] Seguir leyendo Ciclos: vida, ecosistemas, fiesta, capital, cibernética … y algunas ideas sobre «economía circular»

Hacemos la ciudad y la ciudad nos hace a nosotros…

Ishigami-Blending-Environment-p.66_small
Junya Ishigami, 2012, Blending Environment, p. 66. Source: http://arpc167.epfl.ch/alice/WP_2012_SA/meystre/?attachment_id=10

Sobre la ciudad. Tratado de la metrópolis para el uso de las jóvenes generaciones
versión 1.0 / 24.12.214

Por José Pérez de Lama, aprendiz de maquinista guattariano. Dedicado provisionalmente a CH, y a mis estudiantes de 5º curso de este año 2014 con los que he trabajado algunos de los temas que aquí se plantean.

Es difícil construir una casa cuyos cimientos estén hechos de tristeza @missvenenno (Twitter), 2014

Introducción. Hacemos la ciudad y la ciudad nos hace a nosotros…

La ciudad, la metrópolis (que sería otra forma de llamar a la ciudad subrayando su modernidad o más precisamente su carácter contemporáneo o actual [1]), es para muchos de nosotros uno de los principales lugares a los que sentimos que pertenecemos. También sentimos que la ciudad, en cierta medida nos pertenece… Mi ciudad es Sevilla diremos muchos con orgullo cuando estamos fuera; soy de Madrid, de “Ca’i-Ca’i”. Aunque cada vez menos sea así, – debido a la creciente movilidad y también a las tecnologías de la información – la ciudad, el barrio son uno de los principales componentes con los que construimos nuestra identidad, o nuestra subjetividad [2]; que nos ayudan a construir quienes somos. Soy de Triana, o de la La Macarena; o mi barrio es El Porvenir, el Polígono San Pablo; El Cerro; o vivo en Pino Montano, en Valdezorras, en Sevilla Este… (barrios de Sevilla). Este aspecto de las ciudades que traigo aquí en primer lugar tendría que ver con las comunidades que se forman en los barrios, con formas características de vivir, con el tipo de vida que se ha ido desarrollando a lo largo de la historia o los años en estas zonas de la ciudad, con los estilos de vida de los vecinos, con la belleza o al menos el carácter o idiosincrasia de sus calles, plazas, parques, incluso de sus bares y comercios; y edificios públicos; de sus fiestas y ritos más o menos profanos; con los amigos de la calle o del colegio de la infancia y la juventud… Parecería indudable que el paso del tiempo, la historia incluso, – la vivida y la transmitida a través de múltiples vías -, tienen que ver con este hacerse juntos de los habitantes y de la ciudad. Seguir leyendo Hacemos la ciudad y la ciudad nos hace a nosotros…