Dewey sobre tecnopolíticas – bueno… sobre cultura material, artefactos, herramientas… y los conflictos con los idealismos varios…
Transcripción parcial y traducción de: John Dewey (1941) – Lessons from the War in Philosophy – vídeo-audio: https://youtu.be/cuFbnohnWp4 | accedido 15/07/2020
José Pérez de Lama
Introducción
John Dewey, uno de los grandes filósofos pragmatistas clásicos, habla aquí sobre las ciencias y las técnicas, en el contexto de la guerra, y cómo, no ya sólo en la guerra, sino en general, se habían convertido en el factor más importante de su tiempo transformando las relaciones sociales y las formas de vida. Y cómo los idealismos varios — de la religión puede uno pensar a la llamada «autonomía de la política» impedían comprender y usar estas virtualidades. No puede uno dejar de pensar que alguien tomó nota de las sugerencias de Dewey — o que ese pensamiento estaba ya presente, y que se desarrolló, tanto en los años inmediatos de la guerra como en las décadas siguientes.
En tiempo de Dewey «los malos eran los alemanes», que había comprendido, planteaba, como usar los poderes derivados de las ciencias físicas, pero también de las sociales, para promover su proyecto político de dominio. Hoy, en un contexto diferente, podemos pensar en otros actores que comprenden mucho mejor que los demás el funcionamiento y el poder de lo tecnológico.
El vídeo, que más bien es sólo audio. Leyendo estos días Experience and Nature del autor (1925-29), me resultó emocionante poder oír su voz, con argumentos que se desarrollan en bastante mayor detalle en el texto escrito, a la edad de 81 u 82 años…
Sigue la transcripción. Saludos!
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John Dewey (1941) – Lessons from the War in Philosophy, audio de la conferencia; extracto, mins. 19:24 a 30:30.
[19:24] Ahora, la idea general que acabo de presentar tiene su efecto concreto […] en el hecho de que tanto las ciencias naturales como todas los métodos industriales, el amplio campo que tiene que ver con lo económico, tiene que ver que los antiguos filósofos condenaron llamándolo materia, material – considerándolos, la materia y lo material, como algo inherentemente bajo y pobre en cuanto a su valor comparado con las cosas elevadas que tenían que ver con los ideales y lo espiritual.
Entonces, lo que estoy diciendo viene a ser lo siguiente: que el mundo moderno no ha hecho realidad todo lo que habría podido lograr, para el avance de una vida, una sociedad más justa, más equitativa, más amable y más amistosa, de un desarrollo más rápido, porque no ha aprovechado las posibilidades, los recursos de las ciencias naturales, y de todos nuestras nuevas tecnologías y métodos industriales … porque la filosofía heredada, la filosofía que recibimos del pasado ha hecho lo que llamo desanimar, o por lo menos menospreciar estas cosas como inferiores: son cosas materiales y porque lo material se contrasta con todo lo que yo describo como lo espiritual … y es un gran prestigio el que se asocia a lo espiritual.
Hay un sentimiento muy fuerte en el fondo de la mente de la gente, que es más de lo que pensamos un depósito de filosofías del pasado, que considera que al final las ciencias sociales son importantes de forma puramente material, puramente física, y que no tienen demasiado que hacer con las más serias valores de la vida […]
[22:51] Vi que la oradora de hace dos semanas, hablando desde el punto de vista de lo que la Antropología tenía que aprender de la guerra, dijo que una cosa, una cosa fundamental de esa visión de la situación, era que los países totalitarios habían reconocido el poder del que disponían que las técnicas de las ciencias sociales habían hecho posible. Con el Estado totalitario, por supuesto Alemania es el gran ejemplo con su gran poder de organización, había utilizado todos los recursos de las ciencias sociales para promover y avanzar sus ideas particulares … Y que las otras naciones, que llamamos democráticas, nunca habían puesto lo mejor[?] de sus mentes, su atención sobre la cuestión de qué es lo que las ciencias sociales pueden sugerir para promover las ideas, los objetivos y valores que sostienen los países democráticos.
Pienso que esto no sólo es correcto, sino que podemos ir más allá; – los países totalitarios no sólo se han dado cuenta de que las ciencias sociales sino también de que las ciencias físicas y las técnicas de las ciencias físicas pueden ser utilizadas para hacer avanzar unos objetivos sociales particulares, precisamente, los nacionalistas y raciales de estos países. […] Otras filosofías, nuestras filosofías liberales han tomado una actitud muy de laissez faire, no sólo en el campo de la economía sino también en el de las ciencias. [25:58] No digo con esto que los juicios morales de bueno y malo sean tampoco introducidos en las ciencias físicas o sociales. Lo que sí quiero decir es que a través de inventos y nuevas tecnologías, el control de las energías naturales, la industria tratando con estas cosas que han sido llamadas materiales y materia, [26:05] mientras nuestro nuestro arte mágico [?] es incapaz de usar las fuerzas que de hecho están teniendo mayor influencia social, mayor efecto, mayores consecuencias sobre las relaciones entre seres humanos, entre unos y otros, que ninguna otra cosa en el mundo.
Ahora, sea lo que sea lo que pensemos de los países totalitarios y lo que pensemos de sus políticas, al menos, tiene que haber un reconocimiento: que es posible recurrir a las conclusiones de las ciencias físicas y de las ciencias sociales, para organizarlas y usarlas para un fin social. Y después pienso que tenemos que aprender, si no nos gustan, como presumiblemente no nos gustan, los fines para a los que estos países están organizando y utilizando los resultados de la ciencia, que la filosofía, y cuando digo ahora esta filosofía me refiero a toda la gente inteligente y [?], tiene que considerar algo que tiene el carácter de una revolución. Mi entendimiento de esto es que habiendo producido todo este conocimiento científico, habiéndolo producido mediante el uso de métodos que el mundo antiguo desconocía completamente, ahora tenemos que enfrentarnos a la cuestión de cómo estas cosas van a ser sistemáticamente organizadas y usadas para fines humanos.
Y para hacer esto, tenemos que hacer, como he sugerido, considerables eliminaciones, purgas, purgas críticas de las ideas del pasado que nos han hecho rechazar las conclusiones de las ciencias naturales y los procesos de la industria, simplemente porque trataban con cosas a las que en algún momento se les había dado el nombre de materia, material.
[29:09] Ahora, otro aspecto de la misma cosa estrechamente conectado, el mantenimiento de ideas del pasado debido a hábitos, costumbres, instituciones, tradiciones que también se han mantenido, – me gustaría decir que todo el poder de las cosas que llamamos ideal, ha debilitado [al] hombre sólo porque las cosas llamadas ideales, espirituales se han puesto por encima de todo, en un mundo aislado, y en las mentes de un número indefinido de personas ha sido consideradas como sobrenaturales y con autoridad sobrenatural y situándolas por encima y en contraposición de las cosas naturales y de todas las cosas que podemos aprender de la experiencia. [30:30]