Un comentario de lo que, según mi criterio, deparó la I Tertulia Arquitectura Contable, que tuvo lugar el 1 de junio pasado…
Imagen: Mapa 96. Cartografía General de Anatolia, (hacia 1905), de la obra de Elisee Reclus, geógrafo, educador y miembro de la Comuna de París. Fuente: http://books.openedition.org/enseditions/574
David Patiño Rodríguez
Con algún retraso, un grupo de compañerxs y sin embargo amigxs, nos reunimos para debatir sobre el papel que debe tener la universidad en la sociedad actual y española en particular. De este modo cumplíamos nuestro plan de trasladar al mundo real la filosofía que tratamos de impregnar en nuestro blog. En concreto, nos pudimos reunir los tres editores, @tduarte, @osfa_11 y yo mismo @davidpati y otrxs compañerxs, todxs ellxs universitarixs @charochg, @natacharena, @currovillarejo y Manuel González en un ambiente muy relajado y agradable.
Después de dar gracias a los amigos que nos ayudan a seguir adelante con proyectos como éste, comenzó Jose poniéndonos en situación mediante un resumen crítico del texto que habíamos elegido para orientar el diálogo que, si aún no habéis leído, lo tenéis en este post.
La conversación se inició aceptando la idea de Garcés de que la universidad ya no cumple su papel de agente emancipador de los individuos. Remarcamos que el tipo de conocimientos que se enseña en las universidades se ha ido limitando a un cúmulo de técnicas que únicamente permiten, en el mejor de los casos, favorecer la incorporación en el mercado de trabajo, pero que no permite adoptar la capacidad crítica que implica la emancipación. La infantilización o banalización de los conocimientos que se enseñan en la universidad se apuntaron como una causa en la búsqueda de ciudadanos acríticos y sumisos. Se apuntó al proceso mercantilizador que viene experimentando la universidad y que ha transformado la totalidad de la institución. Esa transformación incluye lo que hacen los profesores, lo que investigan y los métodos que emplean lo que les ha infantilizado también y les dirige hacia investigaciones acríticas y conservadoras, en un sentido amplio de la palabra. Se apuntó al proceso de Bolonia como responsable del proceso, aunque hubo cierto consenso de que la dinámica trasciende a una concreta reforma universitaria. En realidad estamos ante un proceso universal presente en todas las realidades y que además, lejos de ser novedoso se viene gestando desde hace tiempo como muestra la cita de Ferrer-i-Guàrdia del texto analizado.
Se apuntó el proceso que ha llevado a la universidad a un progresivo, y en este momento total, alejamiento de los sectores sociales más dinámicos. La innovación social no se produce en las universidades en este momento. Los investigadores no generan un conocimiento que revoluciona el mundo, sin embargo el mundo se está revolucionando totalmente al margen de la universidad. La universidad ha montado un sistema produce una docencia e investigación mercantilizada e inútil, que no interesa al resto de la sociedad. Obviamente urge que los profesores modifiquen ese sistema y hubo una reflexión sobre las pautas que se necesitan para poder hacerlo desde abajo. Durante un tiempo estuvimos reflexionando cómo se puede casar la vida diaria en una universidad mercantilizada con la función social que tiene el profesor de universidad y con la apertura a otros sectores de la sociedad.
Igualmente se reflexionó sobre la situación de los estudiantes integrados en la universidad actual. Los estudiantes no se emancipan tras su paso por la universidad pero además, el sistema se ha diseñado de modo que los estudiantes no buscan eso en la universidad. El sistema se ha diseñado para que los estudiantes busquen en la universidad conseguir una inserción laboral rutinaria. Ello ha llevado a que la universidad se haya trasformado en un sitio dónde se obtiene un diploma válido para encontrar trabajo y ello implica una universidad-academia que prepara la superación de exámenes. Pero además, desde hace tiempo la universidad ya no es efectiva en la consecución de favorecer la inserción laboral con lo que vislumbramos una insatisfacción por la desaparición de función alguna, aunque fuera una con base tan poco sólida.
La última parte de la tertulia la dedicamos a reflexionar sobre cómo conseguir que la universidad actual evolucione hacia otra, engranada con el resto del entorno, que sea un generador de conocimientos útiles para mejorar la realidad que viven las personas. Especialmente analizamos el modelo brasileño de transferencia a la sociedad. @natacharena describió el sistema que originalmente se establecido en Brasil en los tiempos de Lula. Los universitarios tienen la obligación de devolverles a la sociedad la inversión que ésta ha realizado en ellos, por lo que están obligados a dedicar parte de su tiempo a realizar transferencia a la sociedad. La transferencia a la sociedad es entendida como realización de actividades que redundan en la mejora del bienestar social de modo directo. Los presentes en la tertulia consideramos que el primer paso para transformar la universidad y convertirla en vanguardia social debe empezar por un compromiso con la sociedad similar a los principios que inspiran el sistema brasileño. Y el esfuerzo de resolver problemas concretos de la sociedad, a su vez, posibilitará que la sociedad se acerque también a la universidad. Incluso aunque el cambio de actitud no sea mayoritario, o siquiera generalizado, en la universidad se consideró que debería formar parte del cúmulo de actuaciones rutinarias de los universitarios, o al menos de los que quisieran constituir la élite de una institución que genere cambios sociales relevantes.
Para finalizar tuvimos una llamada de atención para nosotros mismos al ser conscientes de que constituíamos un grupo de profesores reunidos en un seminario de una facultad. Entre risas, nos dimos cuenta de que habíamos caído en el mismo aislacionismo con tufillo académico que estábamos criticando duramente. Como propósito de enmienda nos emplazamos a desarrollar actuaciones en la línea planteada y en concreto a dar continuidad a la tertulia, tratando de integrar nuevos temas y nueva gente, especialmente procedentes de sectores alejados de la academia y poner así las bases para conseguir el melting pot que reclamábamos.