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¿Cómo afectan los sesgos psicológicos a la economía pública?

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Howard Miller, J (1942): We Can Do It!, cartel publicitario de Westinghouse, estrechamente relacionado con Rosie the Riveter, poster usado por  la War Production Co-ordinating CommitteeDesde una copia perteneciente al National Museum of American History, Smithsonian Institution. La modelo podría ser Geraldine Doyle (1924-2010) o Naomi Parker (1921-2018). Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Rosie_the_Riveter

David Patiño Rodríguez

Este post fue publicado originalmente en el  Blog de Fueros y Huevos del Diario Expansión el 15/10/2019

En las dos últimas décadas se ha asistido a la popularización de la Economía del Comportamiento hasta el punto de que el psicólogo Kahneman en 2002 y más recientemente, en 2017, el economista norteamericano, asesor de Obama, Richard Thaler; fueron galardonados con el premio Nobel. El enfoque se caracteriza por aplicar métodos y evidencias de otras ciencias sociales, como la sociología, la antropología y, sobre todo, la psicología. Con este instrumental ha dado explicaciones a fenómenos para los que la economía neoclásica convencional no tiene explicación o la que suministra es insatisfactoria. Su análisis se basa en el reconocimiento de que las limitaciones cognitivas de los individuos para entender la información económica y los sesgos psicológicos que poseen les llevan a adoptar frecuentemente decisiones que difícilmente pueden ser catalogadas como racionales. En general, más que contradecir a la economía neoclásica asume que las personas quebrantan sus supuestos de modo frecuente y cometen errores en su comportamiento, que pueden ser identificados. Los primeros desarrollos se basaron en el estudio de comportamientos disfuncionales como la adicción a las drogas o la obesidad, para extenderse al análisis de problemas económicos tradicionales tales como el ahorro, la inversión financiera o la oferta de trabajo. Más recientemente, se ha aplicado al estudio de las políticas económicas acuñándose la etiqueta Behavioural Public Economics, para referirse al estudio de sus efectos sobre el comportamiento y el bienestar.

La Economía del Comportamiento ha definido tres amplias categorías de sesgos psicológicos que pueden provocar comportamientos alejados de los supuestos por la economía convencional: optimización imperfecta, autocontrol limitado y preferencias no convencionales. La optimización imperfecta implica que los individuos no adoptan, necesariamente, decisiones óptimas bien porque no los identifican, porque poseen capacidades limitadas para hacer cálculos mentales o deciden empleando puntos de referencia, por ejemplo, otorgando más relevancia de la que objetivamente tienen a eventos que han tenido lugar cerca de ellos en el espacio o en el tiempo. En cuanto a las preferencias no convencionales se ha constatado que los individuos lejos de ser egoístas se preocupan por el bienestar de los demás, por tomar decisiones justas y equitativas, responden con reciprocidad a los demás, sienten empatía, son patriotas, siguen normas sociales, están influidos por el contexto social en el que se desenvuelven o, como diríamos ahora, por el relato de los acontecimientos. El autocontrol limitado se manifiesta en la discrepancia entre las intenciones de los individuos y su comportamiento efectivo. Es decir, planean comportarse de una manera determinada, pero acaban haciéndolo de otra porque procrastinan, modifican sus elecciones en función de su estado emocional o pequeñas barreras le suponen impedimentos significativos a su acción (Patiño y Gómez-García, 2019).

Las premisas de la Economía del Comportamiento pueden ser útiles para la Economía Pública. La visión convencional supone que los individuos son los mejores garantes de sus propios intereses y saben elegir qué mejorará su bienestar, pero esto no está asegurado si tienen sesgos en sus comportamientos. Si el decisor político ignora dichos sesgos puede adoptar instrumentos de política económica equivocados. Además, justifica la intervención del gobierno en el mercado en supuestos distintos a los basados en los fallos del mercado tradicionales: si mucha gente tiene sesgos cognitivos o ausencia de autocontrol los individuos pueden no liberarse por sí mismos de sus errores de decisión y el papel del gobierno no debería limitarse al de estado mínimo. Si los individuos no optimizan, incluso en mercados que funcionan bien, puede haber posibilidades para obtener ganancias de bienestar si las acciones del gobierno ayudan a que los individuos mejoren sus decisiones individuales. De cara a diseñar actuaciones públicas, es fundamental conocer estos aspectos de manera detallada pues la diferencia entre la intención de los individuos y sus acciones puede variar en función de cambios muy pequeños en el contexto de su elección (Madrian and Shia, 2001). Igualmente, la Economía del Comportamiento plantea también soluciones de política económica novedosas o determina valoraciones diferentes de las que se aplican habitualmente. Por ejemplo, cuando se producen discrepancias entre el comportamiento deseado y el efectivo puede ser necesario algún nudge (Thaler and Sunstein, 2008) que empuje a los individuos a adoptar decisiones que estén en línea con sus propios intereses, en lo que se ha denominado paternalismo libertario. No obstante, esto abre la puerta a la arbitrariedad por lo que incluir esta perspectiva en el diseño de las políticas públicas requiere evaluar, sin género de duda, el grado en el que las utilidades experimentadas por los individuos difieren de las decisiones que adoptan.

El auge de la Economía del Comportamiento ha impulsado la evaluación empírica de las políticas y la búsqueda de medidas que actúen sobre los sesgos cognitivos o los marcos mentales en los que los individuos adoptan sus decisiones que constituyan nudges efectivos para lograr los objetivos perseguidos. Especialmente se buscan intervenciones efectivas de bajo coste presupuestario. Es ya frecuente que las administraciones tributarias de numerosos países traten de elevar el cumplimiento fiscal a través de medidas que inciden en los aspectos no cognitivos que lo explican. En concreto, exploran medidas como el envío de cartas a los contribuyentes que inciden sobre distintos sesgos de su comportamiento cuantificando el grado de éxito en diferentes grupos de población. O también ha llevado a cuestionar las soluciones habituales que se han dado a los problemas tradicionales. Campbell et al. (2011), por ejemplo, han cuestionado la efectividad de la provisión de información obligatoria en presencia de externalidades si los consumidores no entienden dicha información, creen que no es relevante o no saben cómo acceder a ella o usarla. Este marco también se emplea en el diseño de impuestos o de incentivos fiscales y ha llevado a estudiar con detenimiento las opciones por defecto. Éstas, según la visión convencional, no deberían influir en las decisiones pero se ha constatado que conducen a resultados muy diferentes en ámbitos como la donación de órganos o la cantidad que los trabajadores aportan a planes de pensiones. Sesgos como la aversión a las pérdidas de los individuos o la preferencia por el statu quo explican muchas situaciones en las que se ralentizan en el tiempo la adopción de reformas o se obtienen resultados anómalos, por su inconsistencia con el comportamiento racional. Por ejemplo, el efecto del papel atrapamoscas de las finanzas locales sugiere que los fondos públicos se asignan en función al uso original que se les asignó y no en función a dónde sean más útiles o la ilusión de la deuda pública de Buchanan que hace que los individuos no la perciban como impuestos del futuro como predice la racionalidad de la equivalencia ricardiana o la tradicional ilusión fiscal que Puviani puso de relieve hace ya más de un siglo.

 

REFERENCIAS

Campbell J. Y., Jackson, H. E., Madrian, B. C. y Tufano, P (2011), “Consumer Financial Protection”, Journal of Economic Perspectives, 25(1): 91-114.

Madrian B. C. y Shea, D. F. (2001), “The Power of Suggestion: Inertia in 401(k) Participation and Saving Behavior”, Quarterly Journal of Economics, 116(4): 1149-1187.

Patiño, D. y Gómez-García, F. (2019), “Do Quasi-Hyperbolic Preferences Explain Academic Procrastination? An Empirical Evaluation”, Hacienda Pública Española, 230-(3/2019): 95-124.

Thaler, R. H. y Sunstein, C. (2008), Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness, Yale University Press, New Haven, CT.

El Plan De Estabilización De 1959 No Creó Las Bases De La Democracia

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Lucio Fontana, , 1966, ‘Concetto spaziale, Attese’. Fundación Lucio Fontana SIAE. Fuente: http://belengache.net/caramelosdevioletas/wp-content/uploads/fontana1.jpg

David Patiño

Una de las ideas más extendidas sobre nuestra historia reciente es la importancia vital que supuso el Plan de Estabilización del 59 del siglo pasado. Un grupo de jóvenes técnicos, dirigidos por Fuentes Quintana, desarrollaron un plan para modernizar y liberalizar la economía española y sacarla del colapso al que la autarquía y la inflación la habían llevado. Los resultados fueron espectaculares, poniendo las bases del desarrollismo con que se inició la década de los 60 que generaron una España próspera y de clase media y al que algunos analistas se refirieron como “milagro económico español”. Los profundos cambios sociológicos que provocó, posibilitarán la llegada de la democracia un par de décadas después. Este relato de los hechos, ha sido asumido, siquiera de modo tácito, incluso por las élites intelectuales de la izquierda. En esta breve entrada pretendo mostrar algunas razones por las que pienso que es totalmente falso y que en el fondo, es la forma más elaborada, por su factibilidad, de revisionismo franquista.

Uno de los aspectos que hace creíble esta visión se asemeja a una situación ampliamente debatida por los economistas que han estudiado la convergencia de economías. Buena parte de los estudios que la “demuestran” adolecen de un sesgo de selección. En realidad, parten de un grupo de éxito como la OCDE, y siguen su evolución histórica… hacia atrás. Al seleccionar el éxito se pone las bases de lo que se quiere demostrar. En el relato oficial, se parte de un éxito, la democracia española plenamente consolidada, y se buscan sus “causas históricas” que se encuentran en el Plan de Estabilización. Además, la estrategia que permite enlazar los dos acontecimientos históricos consigue a la vez romper lazos con acontecimientos anteriores a aquél, haciendo de una especie de tapón de la historia. Seguir leyendo El Plan De Estabilización De 1959 No Creó Las Bases De La Democracia

Propuesta Fab Lab / Fab Center para Altadis, Sevilla

Nota sobre el posible desarrollo de un makerlab / fablab / laboratorio de fabricación digital en el edificio Altadis de Sevilla

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Imagen1: Fab Lab de Vestmannaeyjar, Islandia, hacia 2014. Imagen elegida por la red global Fab Lab para representar cómo es un Fab Lab (aunque cabe señalar que faltan mujeres, que sí abundan en otros laboratorios de la red)

08.2015
José Pérez de Lama,
Fab Lab Escuela Técnica Superior de Arquitectura Universidad de Sevilla
AA/ Solicitud de propuestas del equipo municipal de ParticipaSvq

El documento que sigue a estas páginas introductorias es una propuesta en proceso para la creación de una red de Fab Labs a escala urbana (Sevilla), como red de apoyo a la innovación y el desarrollo de un #NuevoModeloProductivo

Se describe en qué consiste un Fab Lab, se justifica su interés social y tecnológico y se relacionan los equipos, personal y presupuestos necesarios para su funcionamiento, entre otras cuestiones.

De especial interés para el desarrollo de esta red en la ciudad de Sevilla serían cuestiones como:

– Apoyo al desarrollo del «ecosistema tecnológico» de Sevilla
– Contribución al desarrollo de un nuevo modelo productivo en Andalucía, mediante el apoyo al sector STEM (Science Technology Engineering and Mathematics / Ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas)
– Apoyo a la creación de spin-offs y emprendimiento en general
– Servicios a empresas y profesionales
– Difusión de actvidades tecnológicas y científicas a la sociedad en general
– Apoyo a la formación en educación primaria y secundaria, FP y universidades, y reciclaje profesional. Seguir leyendo Propuesta Fab Lab / Fab Center para Altadis, Sevilla

MÓNICA ORIOL: “SIN FILTRO… SIN PENSAR Y A LO LOCO”

One Woman Show (1975). Suzanne Lacy
«One Woman Show» (1975). Suzanne Lacy.

Teresa Duarte

La Sra. Oriol presume en su página web de los siguientes principios para con sus empleados y empleadas: «Nos preocupa la motivación, seguridad y formación de las personas que trabajan con nosotros», pero ha tenido que sufrir manifestaciones de sus trabajadores y trabajadoras porque han visto como durante los últimos años se producía agresiones sobre sus derechos y condiciones laborales.

Las movilizaciones de sus empleados y empleadas no es la única prueba de que la Sra. Oriol miente descaradamente en su página web, ya que las últimas declaraciones ponen de manifiesto la aversión que les tiene y más concretamente a las mujeres entre 25 y 45 años: “prefiero una mujer de más de 45 años o de menos de 25, porque como se quede embarazada nos encontramos con el problema”, ésta ha sido una de sus últimas perlas que ha “soltado” dentro de un contexto muy controvertido como es la regulación que protege los derechos laborales de la mujer. Pues bien, la Sra. presidenta del círculo de empresarios cargando las tintas sobre el exceso de regulación en favor de la mujer afirma que las madres dejan de ser productivas y la ley las blinda, siendo el empresario el desprotegido en este caso. En realidad, la gran polémica no debería estar centrada en ese pensamiento-declaración de esta Sra. sino en aquello que no dijo: desregular, desproteger a las mujeres embarazadas y entonces se cumplirá el que parece ser su gran sueño que consiste en despedir sin impedimento legal a las mujeres cuando se queden embarazadas. Este sueño empresarial no solo es machista, sino además atenta contra el progreso económico del país.

Supongo que la Sra. Oriol habrá oído hablar del peligro demográfico que atenaza a España, que la pirámide demográfica inversa se agravará de tal forma que en la próxima década (2013-2023) la pérdida de población se concentrará en el tramo de edad entre 20 y 49 años, que se reducirá en 4,7 millones de personas (un 22,7%). Además, el descenso de la natalidad provocaría que en 2023 hubiera casi un millón menos de niños menores de 10 años que en la actualidad (un 20,4% menos)  1. Sin embargo, la población se incrementaría en la mitad superior de la pirámide de población. Si a estas previsiones le añadimos un nuevo ingrediente, es decir, que los empresarios españoles no contrataran a mujeres entre 25 y 45 años o no se protegieran a las mujeres embarazadas del despido ¿qué pasaría con la tasa de natalidad? Podemos vaticinar que caería hasta unos niveles que, actualmente, nos parecerían pura ficción. En las últimas décadas las mujeres hemos logrado grandes avances socioeconómicos a los que no estaríamos dispuestas a renunciar, afectando directamente a la natalidad y suponiendo ese escenario un fracaso económico y social que llevará a España a una situación de involución.

¿Qué implicaciones socioeconómicas tendría el envejecimiento de la población? Existe una extensa literatura académica que analiza las implicaciones sobre las pensiones, el mercado laboral, la sanidad, las políticas de dependencia y sociales, entre otros aspectos.

Así que le aconsejo a la Sra. Oriol que piense en qué país quiere que vivan sus 6 hijas e hijos, en una España donde no exista discriminación y aversión a los empleados y empleadas, que existan políticas de igualdad, que se respeten los derechos laborales, que las políticas económicas propicien el progreso económico que permita la existencia de un verdadero Estado del Bienestar y así esté asegurada la paz social, o una España donde los conflictos laborales, movilizaciones, desigualdades económicas y sociales, el paro lleven al país a un conflicto y ruptura social que puede a su vez iniciar un cambio en el estatus quo a través de una revolución, ¿para la toma de poder? No, apenas algo más difícil: crear un mundo nuevo 2.

1 http://www.ine.es/prensa/np813.pdf

2 Carta del Subcomandante Insurgente Marcos a Gaspar Morquecho, 2 de febrero de 1994. Citado por Alejandro Raiter e Irene Muñoz (1995)