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Elogio de Epicuro (y de Maite Larrauri)

Estancia exterior de la casa de Bernard Rudofsky en Frigiliana, Málaga; años 60-70. Diapositiva quizás del propio arquitecto, que procede de los trabajos de investigación de Mar Loren.

Elogio de Epicuro —- y de Maite Larrauri

José Pérez de Lama

Eat, drink, and be merry, for tomorrow we die. ____ @Kurt_Vonnegut

Sumergió sus dedos en el desierto / y con el agua del espejismo / escribió un poema. ____ Diván de poetisas/poetas árabes contemporáneas; de alguna ocasión en Twitter de la que no tomé nota detallada…

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Empiezo por el elogio de Maite Larrauri. Releía en su librito, La amistad según Epicuro, que las comunidades epicúreas de la Antigüedad se reunían los días 20 de cada mes para filosofar – y que podemos imaginar que lo harían en un jardín y en torno a una comida. (Librito por la extensión y el tamaño que no por su valor). Se me ocurrió comentarlo a Salas Mendoza y Sergio Rodríguez, mis amigos de Nomad Garden, – andábamos buscando desde hacía algún tiempo un pretexto para reunirnos de vez en cuando -, y surgió hacer nuestro primer encuentro epicúreo hace un par de días. El encuentro, al que asistieron bastante improvisadamente otros cuatro «activistas-artistas-epicúreos», fue al atardecer, entre el parque de las Delicias y el de María Luisa, – Sevilla, sí -, y entre dos terraza clásicas de bonitos nombres, el Líbano y Bilindo.

Me llevé dos libros de mi biblioteca epicúrea, uno de ellos el de Larrauri, y me sorprendió que los amigos no conocieran la maravillosa colección. Mucho la recomiendo: es una serie de textos breves, que tiene su origen en charlas de introducción a la filosofía para un grupo de mujeres del barrio de esta profesora de filosofía – acompañados en cada ocasión por los dibujos de Max. Y siendo sencillos de leer diría que no por eso renuncian a la profundidad. La profundidad no está reñida con la accesibilidad – esa sería una de las consecuencias que yo saco de esta colección. Mis dos preferidos son los de Spinoza y Deleuze, pero éste de Epicuro también es muy bonito. La colección, piensa uno, denota una cierta aproximación a la filosofía: que tiene muy presente el cuerpo, podría calificarla ahora de un materialismo o naturalismo sensual. Y que como en el caso muy específico de Epicuro, considera que el objeto principal de la filosofía – recordemos que filósofo/a era el/la amante del saber o de la sabiduría – es contribuir mediante el pensamiento a una vida mejor; —- la filosofía que parece interesar a Larrauri, al menos en esta serie, es la que se identifica con una sabiduría de la vida. Gracias, entonces, a Maite Larrauri por esta maravillosa serie de libros, – que sin duda alguna cuento entre mis preferidos. ¡Os la recomiendo a tod8s! Seguir leyendo Elogio de Epicuro (y de Maite Larrauri)

Sobre dar clases en la Universidad – las clases de Deleuze según Maite Larrauri


Imagen: Deleuze en clase años 70 (*)

José Pérez de Lama

Dedicado a Wenceslao Machado de Oliveira Júnior y colegas, que me invitaron hace algunos años a hablar sobre Deleuze y Guattari, cartografías y arte. También a Antonio Sáseta, nuestro Sócrates-Deleuze particular.

Preparando estos días un concurso para la promoción en la Universidad tengo que escribir entre otras cosas un documento con mi Proyecto docente; y entre los contenidos más o menos formales (que a veces están en el límite de hacerse burocráticos en el sentido peyorativo del término), por suerte, uno se pone a recordar cosas como ésta que aquí reproduzco. No es que me crea Deleuze ni mucho menos, pero sí que es este mundo que evoca Maite Larrauri (más abajo) el que hizo que uno sintiera deseos de ser profesor, de dedicarse a la vida universitaria… Supongo que tienes que conocer y te tienen que gustar este tipo de emociones para pensar la universidad de una cierta manera. No es que la vida universitaria sea así cada día, pero sí está bien que algo de este orden sea uno de los horizontes a los que se aspira… supongo que conociéndose también a uno mismo y sus propias circunstancias y limitaciones, y el lugar en que está dentro del mundo más general del conocimiento y la historia…

La colección de libros de Maite Larrauri y Max, Filosofía para profanos, por otra parte, una maravilla, – una de mis preferidas de siempre. Entre otras cosas por su uso de un lenguaje sencillo, y unas ideas que se exponen con claridad, y nos invitan a profundizar en los autores que ella introduce, o quien sabe, a algunos locos a enamorarse de esos libros e historias… Seguir leyendo Sobre dar clases en la Universidad – las clases de Deleuze según Maite Larrauri