Carta al rey mago Subirats (ministro de Universidades)

Imagen: Escena en clase de Análisis de Formas Arquitectónicas en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura Universidad de Sevilla curso 1998/99. Fotografía de Daniel Espada. Era «mi clase con Antonio Sáseta», y pesar de los años pasados recuerdo bien a casi todxs lxs que están en la foto, e identifico a tres compas que ahora son doctorxs.

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José Pérez de Lama, 24/12/2021, Sevilla

Con tres o cuatro años mi padre me dijo que los Reyes Magos eran mi madre. Y es que era partidario de tratar de decir la verdad siempre y pensaba que se empezaba con la educación y las relaciones entre p/madres e hijos. Aquello le dio un disgusto importante a mi madre, entonces con veintisiete o veintiocho años, bastante más «monarco-maguista» y romántica que mi padre. En fin que, como consecuencia de aquello lo de los «Reyes» me lo tomo con discreto entusiasmo y tibia fe. Además tengo la sospecha de que el ministro tampoco debe creer demasiado en los reyes. Pero aún así usaré la fórmula para proponerle algunas cosas: al ministro y a su equipo. Y aprovecho de camino para desearles suerte: entre otras razones ¡porque su buena fortuna en este trabajo será la de todxs!
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Breve sobre el ministro saliente

El ministro Castells piensa uno que hizo más de lo que quieren hacer ver ciertos comentaristas:  recuperó significativamente las becas, y redujo las tasas a los estudiantes (y sus familias), y acometió el tema de los contratos precarios, lo más visible aquí el caso de los llamados «falsos asociados»: más o menos, el uso de personal temporal para tareas que no lo son – no se con exactitud , sin embargo, cuánto se avanzó en este sentido. También planteó la recuperación de las llamadas «tasas de reposición» del 100% o incluso el 110%, es decir, que por cada profesor(a) que se jubile las universidades puedan contratar otro profesor nuevo, o incluso 1.1 profesores nuevos 🙂 – se me entenderá, espero. Viniendo de donde veníamos son cosas de gran importancia.

Personalmente pienso que su discreción con los medios de comunicación, aunque de nuevo criticada como ausencia, fue un excelente ejemplo. Hablar cuando se tienen cosas que decir.

En contra de la gestión del ministro saliente, en mi superficial y personal valoración, estaría que siguió sin plantear una crítica clara a los modelos del «capitalismo cognitivo» para el sistema científico-tecnológico, inspirado en las grandes universidades anglo-norteamericanas, que España/ Europa parece que viene tratando de emular al menos desde principios del siglo XXI.

Expuesto este somerísimo comentario, paso a hacer tres propuestas al nuevo ministro, a quien tuve ocasión de saludar una vez en Barcelona, en la presentación del libro de un colega común al inicio del ciclo municipalista.
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Universidades y emergencia climática

La primera de las propuestas tiene que ver con la emergencia climática y la transición verde. Uno es de los que cree, con el IPCC y buena parte de la comunidad científica global, que se trata de una verdadera emergencia para la civilización y la biosfera tal como las hemos conocido en los últimos 20 o 30 siglos. La propuesta sería, entonces, que el sistema universitario, y las universidades se plantearan esta cuestión como una prioridad para los próximos 25-30 años (los horizontes 2030 y 2050): para la reforma de sus instalaciones, que se convertirían así en prototipos-ejemplos de edificios-ciudades de «carbono-cero» y demás.  El conocimiento, — público, importante subrayar esto –, generado en estos procesos, piensa uno que además contribuiría a una cierta prosperidad y a la necesaria reconversión de la economía y el sistema productivo «Esp».

Esto se puede desarrollar mucho, y algo he escrito ya en este blog (ver referencias al final). Citaré hoy dos ejemplos que creo que son ilustrativos: con motivo de la reciente COP26 se difundió la noticia de un sistema público escolar en EEUU que ha construido un sistema propio de producción energética renovable, dando lugar a importantes ahorros, que se gastaron en mejorar la docencia, el sueldo del profesorado y cosas así. [Climatewire, 2020 y otros]. leo estos días que Amazon, el fenómeno empresarial global, tiene instalada en España una potencia de 1.15 GW de energía solar para abastecer sus propias instalaciones. Para hacernos una idea, 1.15 GW de potencia de energía solar sería suficiente para abastecer de energía una provincia mediana-pequeña de nuestro país (entre 200.000 y 1.000.000 de viviendas, leo aunque diría que 1.000.000 es una cantidad muy exagerada) [ver referencias: Amazon 2021; Yu 2021]. Como en el caso de Google, que estudiábamos en otra ocasión, que también construye plantas de energías renovables para el autoconsumo de sus propias instalaciones, el ejemplo hace pensar que se trata de una iniciativa de interés, y no solo la ocurrencia de un «arbitrista» aburrido.

Sobre este tema puede verse una propuesta con mis estudiantes de 2017 para la Universidad de Sevilla recogida en este mismo blog [ver en sección de referencias al final: Pérez de Lama, 2017 & 2017b].

Universidades y transición digital

La segunda de las propuestas tiene que ver con lo que se viene llamando «transición digital». Ya he argumentado sobre esto anteriormente en este mismo blog en diversas ocasiones [Pérez de Lama 2020; 2015], pero me permito reiterarlo. La transición digital en las universidades, como en el caso anterior, se debería plantear, a mi modesto juicio, como una ocasión para avanzar en la soberanía tecno-científica [Padilla, 2020]: a nivel conocimiento, desarrollo tecnológico, infraestructuras, de la creación de lo que alguno llamaría una ecología de las prácticas, que no nos haga totalmente dependientes de los actuales productores de estas tecnologías: EEUU, quizás próximamente China, tal como ocurrió, y sigue ocurriendo, durante la etapa del petróleo y las energías fósiles, por ejemplo. La última vez que estudié estos datos (2017), durante otra etapa de precios altos del petróleo y el gas, el gasto en importación energética se situaba en torno a los 50.000 millones, cantidad que era del mismo orden que los ingresos por la industria turística. Básicamente, desde una perspectiva macro, estábamos depredando nuestros territorios y ciudades, generando empleo basura, para poder pagar la energía. Este comentario conecta con el punto anterior, por cierto.

La propuesta general aquí sería emplear a los investigadores de la decena larga de escuelas de Ingeniería Informática del sistema universitario español, y otras relacionadas, quizás en alianza con socios europeos u otros, para desarrollar tecnologías e infraestructuras propias. Complementariamente también se podría pensar en  crear o reforzar una especie de nuevo CSIC centrado en estas cuestiones, una RedIRIS ampliada, o lo que corresponda. Aparte de las estrecha relación entre los sectores público y privado en los EEUU, algunos ejemplos que estimo de interés en este sentido, son los del mítico proyecto Cybersyn en el Chile de Allende [Medina, 2011], que algunos conocerán, o más modestamente, quizás, el de la Sociedad del Conocimiento y las redes públicas en Extremadura, con financiación europea, durante la década 1995-2005 (fechas aproximadas) [Pérez de Lama, 2006: pp. 26-31].

Y en este sentido, la propuesta también sería la de crear una red de «eco-media-fab labs» – laboratorios digitales, en las diferentes universidades, en donde experimentar, investigar, etc. con estas tecnologías — redes de laboratorios abiertos, en la tradición del mítico Medialab de MIT de hace ya csi 40 años, o de la más reciente red de fab labs [1]. Tenemos en este sentido las sugerencias de Mariana Mazzucato sobre el papel de lo público en la tecnociencia y la innovación [Mazzucato, 2013; véase también, Patiño, 2018]. Las propuestas del movimiento del conocimiento libre, los commons intelectuales, sobre las que releía estos días en el importante libro de Kate Raworth, Doughnut Economics [2017: pp. 165-167]… Los debates sobre lo que algunos vienen llamando General Intellect o inteligencia general como nueva clave de la producción de valor en las sociedades tecnocientíficas… [Mason, 2015; véase también en este blog: Pérez de Lama, 2018]. Tantas cosas.

Estos labs o laboratorios o talleres podrían desarrollarse conjuntamente con las ciudades o comunidades autónomas, y funcionar como lo que Juan Freire en alguna ocasión llamó «laboratorios abiertos», siendo lugares de colaboración entre universitarios y jóvenes profesionales, que una vez titulados tienen dificultades para aportar su energía y sus saberes al mundo universitario — o viceversa –  y con el tejido productivo y creativo emergente, más en general.

Por último en este área, plantearía no hacer lo que vengo llamando «segunda digitalización de las universidades españolas» tan solo mediante un proceso de arriba-abajo sino hacerlo simultáneamente con una organización de abajo-arriba, o desde el medio hacia arriba y abajo, organizando en red las decenas o cientos de iniciativas de equipos, profesores, estudiantes y PAS para compartirlas y generar ecosistemas tecnológicos, ricos, diversos y democráticos. Algún proyecto del Medialab UGR (Universidad de Granada) que me comentó recientemente por Esteban Romero, su director, o «Frena la curva», el movimiento coordinado desde Zaragoza como respuesta colectiva y bottom-up a a las situaciones generadas por la pandemia de COVID, son ejemplos de mucho interés a este respecto.

La Universidad y el capitalismo cognitivo

La tercera propuesta tiene que ver con la Universidad y la hegemonía del «capitalismo cognitivo» construida durante las últimas décadas. Me invitaron hace unas semanas a dar una charla en una de las escuelas de Arquitectura de Chile, en el marco de una reflexión sobre el posible futuro de la Universidad en el nuevo proceso constitucional, y propuse entonces a los asistentes que se considerara críticamente el modelo anglo-norteamericano, el de sus grandes universidades, cada vez más hegemónico. Algunas cosas buenas y admirables tendrá, no cabe duda, pero también muchas no tan buenas. Señalar, quizás que, si bien brevemente, estudié y he investigado en algunas de estas universidades muy destacadas.

Esto que muchos llamamos «capitalismo cognitivo», en relación con las universidades y a trazos bastante gruesos, se puede concretar en concebir la ciencia y la tecnología, y la ínclita innovación, antes que nada, como «productos» – o en términos más antiguos y técnicos, «mercancías». Y en la aspiración general de transformar  las universidades en pseudo-empresas, y a los universitarios en lo que algunos vienen llamando desde ya hace tiempo «empresarios de sí mismos». La vida universitaria convertida en una rat-race (una «carrera de ratas» que dicen los angloparlantes con ironía), el profesorado como «hacedor de papers», y a la vez, aunque parezca contradictorio, la proliferación de los «bullshit jobs» de David Graeber para tener a la peña ocupada y distraída, cuando no están con los papers. La transformación de la figura de los/as profesores e investigadores universitarios desde hace 20 años ha sido rotunda, pero no es éste el lugar de desarrollarla. Algunas tendencias podrían ser lo que vengo llamando un «nuevo academicismo», y quizás contradictoriamente, la tendencia, debida a la excesiva especialización y la hiperactividad que se les exige, a una cierta «analfabetización» del profesorado: que cada vez son más gente que lee poco más que artículos científicos y medios de comunicación — y ve series, eso sí. Este análisis con sus múltiples versiones será bien conocido para aquellos/as que se hayan interesado por el asunto. De entre mis aproximaciones preferidas: la de alguien tan importante, para algunos como yo, como es Isabelle Stengers [2018] que he comentado en este blog [Pérez de Lama, 2020]. Estos días, también como otra especie de carta a los reyes-magos para el nuevo ministro ha aparecido un documento público que sintetiza algunas de estas cuestiones de manera interesante [Uni-Digna, 2021].

La propuesta aquí, – muy modesta pues ya habrá muchas otras propuestas sobre esto –, es la de generar espacios alternativos / complementarios a los del capitalismo cognitivo en la vida universitaria. La idea es hacer esto con un criterio que me gusta llamar pragmatista (de los filósofos pragmatistas-pluralistas clásicos), que defendieron la experimentación y las prácticas minoritarias en razón de su capacidad de generar lo nuevo, de hacer crítica de lo existente, de contener lo que en el futuro sean verdades aceptadas por todxs … y esas cosas (v.g., los casos del ecologismo, los feminismos que han pasado de prácticas minoritarias a formar parte del debate público y los nuevos sentidos comunes).

La propuesta concreta sería la de instaurar un programa de extensión universitaria inspirado en el que estableciera el gobierno de Lula en Brasil, por el cual una parte significativa del tiempo de los universitarios se debía dedicar a proyectos sociales, en colaboración con movimientos sociales, sociedad civil… Sirviendo estos trabajos tanto para la formación de los estudiantes (parte de su curriculum regular), como para los profesores (dedicación laboral, investigación o transferencia reconocidas como criterio de promoción). Entre otras cosas, estas actividades podrían relacionarse con los dos primeras propuestas, la transición verde y la transición digital, aunque en contextos de lo que Iván Illich hubiera llamado de mayor convivencialidad). Sobre esto de la Extensão universitária en Brasil, aprendí con colegas brasileñas, una de ellas, Diana Bogado, basó su tesis doctoral que hizo conmigo en su trabajo de Extensão que la llevó a desarrollar con vecinos de Río de Janeiro un Museu das Remoções o Museo de los desalojos – aunque aquello, siendo interesante y bastante diferente de los intereses más convencionales y respetables de lxs arquitectxs, es solo una posibilidad. Creo que sería una cuestión que sería muy interesante experimentar.

Esta tercera propuesta y las precedentes, me hacen pensar en el filósofo pragmatista John Dewey, quien decía que «la escuela no tiene que ser un espacio diferente del mundo, sino que precisamente tendría que ser el propio mundo que como sociedad queramos construir» – citando libremente. Se puede pensar sobre el asunto. Pero no me parece una mala guía. Y quizás si fuera así, como decía mi rector recientemente, la sociedad podrá ser lo que sea su universidad.

Coda

Esto que escribo aquí son poco más que unas ideas apenas esbozadas – aunque creo que oportunas. Como aportación a un debate que no acaba de existir — o quizás sí que existe y soy yo el que no se acaba de enterar. En cualquier caso, estoy seguro de que, si se quisieran estudiar, habría gente sabia y capaz, que podría desarrollarlas y sin duda matizarlas y enriquecerlas y plantear posibles planes para ponerlas a prueba. Uno, como todo el mundo estos días, anda superocupado, pero por supuesto, si alguien lo considerara necesario también intentaría echar una mano.

Salud y aire.

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Notas

[1] En la Escuela de Arquitectura de Sevilla acabamos de aprobar la transformación del Fab Lab con el que empezamos en 2008 en Eco-Media-Fab Lab, que además se trasladará al antiguo pabellón polideportivo, un espacio cuatro veces mayor que el actual — y que además pasará a llevar el nombre de Félix Escrig, un señalado profesor de la Escuela, que murió hace pocos años. Cuyo último libro tuve el honor de presentar en la Escuela por invitación suya. Algunos trabajos de Félix, por cierto, pueden verse en la nueva colección permanente del Reina Sofía, no si ciertas disonancias a mi juicio, por la sección en que se muestran: pero eso, si me animo, será tema de otra entrada del blog más adelante.

Estos días (14-15 de diciembre de 2021) pude asistir al seminario Nuevos laboratorios del conocimiento, organizado por mis dos co-editores de este blog, Teresa Duarte-Atoche y David Patiño, que actualmente forman parte del equipo decanal de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla, que estudian plantear un proyecto en este sentido. Entre otros ponentes participó Marcos García, ex-director del Medialab Prado en Madrid, que está empezando a trabajar en esta dirección en el sistema universitario de la Comunidad de Madrid.

Referencias

Amazon, 2/12/2021, Amazon supera los 1,15 GW de capacidad renovable en España con cuatro nuevos proyectos de energía solar en Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid, en: https://www.aboutamazon.es/sostenibilidad/amazon-supera-los-1-15-gw-de-capacidad-renovable-en-espa%C3%B1a-con-cuatro-nuevos-proyectos-de-energ%C3%ADa-solar-en-extremadura-castilla-la-mancha-y-madrid | accedido 24/12/2021

Diana Bogado Correa da Silva, 2017, «Museu das remoções» potencia de resistencia creativa y efectiva como respuesta sociocultural a Río de Janeiro en mega eventos, tesis doctoral Universidad de Sevilla. Departamento de Historia, Teoría y Composición Arquitectónicas, Sevilla

Climatewire, 2020, This Arkansas school turned solar savings into better teacher pay, disponible en: https://energynews.us/2020/10/16/this-arkansas-school-turned-solar-savings-into-better-teacher-pay/ | también: Generation 180, 2020, Brighter Future Report 2020. A Study on Solar in U.S. Schools, disponible en: https://generation180.org/brighter-future-2020/ | accedido 24/12/2021

Paul Mason, 2015, Postcapitalism. A Guide to the Future. Penguin. Random House, Londres

Mariana Mazzucato, 2014 [2013], El Estado Emprendedor, Mitos del sector público frente al privado, RBA, Barcelona.

Eden Medina, 2011, Cybernetic Revolutionaries. Technology and Politics in Allende’s Chile, The MIT Press, Cambridge

Marga Padilla, 2020 [2017], Margarita Padilla: Soberanía tecnológica ¿De qué estamos hablando?, disponible en: https://arquitecturacontable.wordpress.com/2020/09/17/margarita-padilla-soberania-tecnologica-de-que-estamos-hablando/ | accedido 26/12/2021

José Pérez de Lama Halcón, 2006, Devenires cíborg. Arquitectura, urbanismo y redes de comunicación, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, Sevilla

Kate Raworth, 2017, Doughnut Economics. 7 Ways to Think Like a 21st Century Economist, Chelsea Green Publishing, White River Junction

Isabelle Stengers, 2018, Another Science is Possible. A Manifesto for a Slow Science [traducción del francés de Stephen Muecke], Polity, Cambridge & Medford

Uni-Digna, 2021, Por una evaluación universitaria al servicio del bien común y de una ciencia abierta, en: https://www.change.org/p/por-una-evaluaci%C3%B3n-universitaria-al-servicio-del-bien-com%C3%BAn-y-de-una-ciencia-abierta | accedido 25/12/2021

Pei-Hua Yu, 7/1/2021, What does 1 GW of installed solar energy mean? How many houses can it power?, en: https://peihuayu.medium.com/what-does-1-gw-of-installed-solar-energy-mean-how-many-houses-can-it-power-bb32ea6cc19 | accedido 24/12/2021

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Entradas en este blog mencionadas en el texto:

David Patiño, 2018, Comentario sobre El Estado Emprendedor de Mariana Mazzucato, disponible en:  https://arquitecturacontable.wordpress.com/2018/07/12/comentario-a-el-estado-emprendedor-de-mariana-mazzucato/ | accedido 26/12/2021

José Pérez de Lama, 2021, «Tener madera de investigador», de Isabelle Stengers (2/3): el casto asceta y el sonámbulo fóbico, disponible en: https://arquitecturacontable.wordpress.com/2021/07/24/tener-madera-de-investigador-stengers-2-asceta_sonambulo/ | accedido 26/12/2021

____, 2020, Nuevas sugerencias para la segunda digitalización de las universidades en España, disponible en: https://arquitecturacontable.wordpress.com/2020/08/06/nuevas-sugerencias-para-la-segunda-digitalizacion-de-las-universidades-en-espana/ | accedido 26/12/2021

____, 2017, Ciencia ficción: transición energética en la Universidad de Sevilla, sostenibilidad, ahorro económico y nuevo modelo productivo, disponible en: https://arquitecturacontable.wordpress.com/2017/03/14/ciencia-ficcion-transicion-energetica-en-la-universidad-de-sevilla-sostenibilidad-ahorro-economico-y-nuevo-modelo-productivo/ | accedido 26/12/202

____, 2017b, Sobre aire acondicionado, calor en las aulas y cambio climático, disponible en: https://arquitecturacontable.wordpress.com/2017/06/15/sobre-aire-acondicionado-calor-en-las-aulas-y-cambio-climatico/ | accedido 26/12/202

____, 2015, Propuesta Fab Lab / Fab Center para Altadis, Sevilla, disponible en: https://arquitecturacontable.wordpress.com/2015/08/14/propuesta-fab-lab-fab-center-para-altadis-sevilla/ | accedido 26/12/202

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