Green New Deal y finanzas públicas
o cómo vamos a pagar por una transición energética justa
Reseña del libro de Ann Pettifor, 2019, The Case for the Green New Deal, Verso, Londres
José Pérez de Lama / versión beta, revisado 15/03/20
Como otras veces, os dejo unas notas más o menos rápidas tras la lectura del libro, con las primeras impresiones; un libro que me gustaría que leyera mucha gente… entre otras cosas para poder comentarlo…
Aunque hice unas cuantas revisiones, me quedé con la sensación de que esta reseña ha resultado una de las más caóticas que he escrito… Le echaremos la culpa al desasosiego ocasionado por el Coronavirus. Jeje.. Queda el post por aquí, en cualquier caso, como unas notas de trabajo … que espero animen a algun*s a leer y comentar el libro … y/o a tratar de profundizar en el tema por otros medios.
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Pettifor: pensando en el asunto desde 2007
El libro de Ann Pettifor, en esta ocasión sobre el Green New Deal, tiene múltiples aspectos de interés. Uno, quizás el primero, es que Pettifor es una de las promotoras iniciales de este idea del Green New Deal: desde 2007; habiendo publicado con su equipo uno de los primeros documentos rigurosos sobre el asunto (The Green New Deal Group, 2008). No es alguien que se ha subido al carro porque se haya puesto recientemente de moda. Es una de las que lo han promovido desde el principio hasta llegar adonde ahora estamos.
Otro, que su especialidad son las finanzas globales, las políticas financieras y las políticas públicas; y que es una persona de referencia en las aproximaciones críticas a estas cuestiones, rescatando y reinterpretando el legado de Keynes — a este respecto puede verse su libro The Production of Money. How to Break the Power of Banks (2017) y si a alguien le pudiera interesar su reseña en este mismo blog (enlace al final, en #referencias). Su posicionamiento en esto, coincidente con el de Keynes, es que «podemos pagar todo aquello que seamos capaces de hacer». Esta afirmación se basa en su teoría del dinero tal como funciona en la actualidad, que reitera en este nuevo libro, porque constituye un elemento importante de su argumento: «El dinero es y siempre fue una forma de tecnología social; una forma que hace posible que individuos, empresas y gobiernos hagan negocios, comercien, compren y vendan. […] El sistema monetario de una sociedad, igual que lo pueda ser su sistema de saneamiento, […] es un gran bien publico» (p. 14).
Un tercer aspecto que destacaremos por ahora es que Pettifor es una activista financiera; además de conocer la teoría tiene experiencia de las cosas sobre las que escribe. Entre otras cuestiones, fue una de las organizadoras a lo largo de la década de 1990 de la campaña del Jubileo 2000, que logró que para aquella fecha las instituciones globales y los países más ricos cancelaran 100.000 millones de dólares de deuda a los 35 países más pobres del planeta (2019, p. 166). Aunque, ahora, la transformación radical de la economía global sea un objetivo mucho más ambicioso y complejo, aquel éxito en un ámbito parecido hace que Pettifor tenga confianza, relativa, en que pueda lograrse…
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Yo no te pido la Luu-na-a…
En el prefacio, cita la autora un discurso de John Kennedy, como presidente de los EEUU, en el que anunciaba el proyecto de ir a la Luna. El discurso lo hizo en 1962 — me llamó la atención recordar este dato, porque fue el año en que yo nací. Para el 69 se logró llegar a la Luna, gracias a un enorme esfuerzo económico y científico, que Pettifor y otras autoras como Mazzucato citan como ejemplo de que es posible plantearse y alcanzar objetivos como aquél, — el proyecto de ir a la Luna se propone así como un posible antecedente del Green New Deal (GND). — De 1969 sí que tengo ya el recuerdo, como un niño de 7 años, viendo la llegada a la Luna en una televisión en blanco y negro que teníamos en una casa de campo donde pasábamos las vacaciones de verano; el aparato de televisión colocado arriba en una esquina del salón donde solíamos estar con los mayores. Sirva la anécdota personal para explicar que es algo que está en la memoria relativamente reciente, no «una historia de los griegos o los romanos» (2019, pp.xvii-xviii).
El libro es bastante breve, se lee bien y en su mayor parte transmite entusiasmo y optimismo. En la parte que a mí más me costó, aproximadamente el tercer cuatro, se centra en cuestiones de finanzas públicas, que no siendo experto en la materia me cuesta bastante seguir. A ver si logro que alguno de mis colegas economistas me lo explique en algún momento…
Contaba Iván Illich en una entrevista (acerca de su libro Tools for conviviality / La convivencialidad): «Quería restablecer el arte de escribir panfletos a nivel intelectual. No quería escribir crítica social o reflexiones filosóficas. Desde un comienzo, dije que quería escribir un panfleto que pudiera hacer que la gente discutiera el asunto…» (Calle, 2012). Lo de panfleto como dice Illich no es por quitarle mérito, sino al contrario; — La convivencialidad será seguro uno de los libros más importantes de su tiempo, — y aún del nuestro –, para muchos entre los que me cuento. El libro de Pettifor creo que funciona también así, como un estímulo para pensar sobre el tema y como una invitación para discutir sobre las diferentes preguntas que plantea y las interpelaciones que nos hace. —- Por dar una idea de la conversación propuesta, algunas de las principales invitadas al debate explícitamente interpeladas en el texto son Alexandria Ocasio-Cortez, unas de las principales promotoras políticas del GND en los EEUU, y Mariana Mazzucato, la profesora de Economía que viene impulsando la idea del «estado emprendedor».
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El GND es (o podría ser) técnica, financiera y políticamente viable
Entonces… diría que el libro trata fundamentalmente de convencer a los lectores de la viabilidad de la transición a un mundo y una economía sostenibles, lo que sería el objeto del Green New Deal. Y también, de que sería viable hacer esta transición en el corto plazo, en los diez o doce años que los científicos que han venido estudiando el cambio climático estiman que tenemos, para que los cambios en la biosfera no lleguen a hacerse demasiado catastróficos e irreversibles.
A la cuestión de la emergencia climática, no se le dedica demasiado y los argumentos presentados son más bien simples; esto hay que buscarlo en otros lugares. La autora cita en varias ocasiones a Greta Thunberg, lo cual me resulta curioso — tal vez la considera una especie de oráculo a través del que se expresa la comunidad global preocupada por el cambio climático; así lo he interpretado yo. También menciona en repetidas ocasiones el movimiento Extinction Rebellion. A la parte de la viabilidad tecnológica ambiental, energética, de transportes, urbana, arquitectónica, de materiales y reciclaje, etc. tampoco se dedica nada o casi nada. Se asume que será tecno-científicamente viable. Para una aproximación relativamente divulgativa sobre estos temas podríamos leer, por ejemplo, a Rifkin (2011, 2014); y seguro que entre los libros recientes habrá otros de interés. El último de Rifkin, de 2019, que dedica ya específicamente al GND, aún no lo leí; no dudo de que será también interesante y estará bien escrito.
¿En que se centra entonces Pettifor? Se centra, diría uno, en dos grandes temas: el primero sería el de la gestión de los recursos económicos y las estrategias financieras; el segundo, el de la capacidad de llevar a cabo un cambio de dimensiones tan extraordinarias en tan poco tiempo. [1]
Cabe señalar para enlazar con lo que explicaré a continuación, el énfasis de la autora en que sólo podremos detener el cambio climático y construir un mundo en el que ese riesgo deje de estar presente llevando a cabo cambios «estructurales» o sistémicos, — para los que no bastará, insiste, con actitudes individuales y prácticas comunitarias, como las que la autora piensa que han venido defendiendo la mayoría de los movimientos ecologistas.
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¿Pero cuáles serían los objetivos del Green New Deal?
Una steady state economy
El primer objetivo, evidentemente y como ya hemos dicho, sería detener el cambio climático, para lo que sirven de referencia a Pettifor los objetivos planteados por el grupo de expertos sobre cambio climático de la ONU, el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change): reducir a la mitad las emisiones de carbono en el horizonte de 12 años – 2018-2030 -, y que para el 2050 logremos «descarbonizar» completamente nuestras sociedaes, esto es, que fundamentalmente hayamos hecho la transición a un sistema energético independiente de carbón, petróleo y relacionados (2019, p.xii).
Aquí, la necesidad de concentrarse en otras cosas hace que el discurso de Pettifor sea un poco ingenuo, hablando en varias ocasiones de la supervivencia de los humanos o de la civilización, cuando cada vez nos resulta más claro que no es exactamente así. En el caso de catástrofe climática, lo más probable será que sobrevivan los grupos humanos más poderosos o más ricos, y que incluso la crisis sea aprovechada como una nueva y excelente oportunidad de negocios para algunos, — mientras que habrá muchos que efectivamente podrán — o podremos — morir y otros muchos que quizás sobrevivan, pero que lo harán en condiciones muy deterioradas.[2]
En un segundo nivel, entonces, aparece otro objetivo, que también puede entenderse como medio, que es uno de los elementos diferenciales y más importantes para el debate de la propuesta de Pettifor: para conseguir esto, argumenta la autora, el objetivo sería construir una steady state economy; una economía estable o de estado estacionario, que sería además una economía proporcionada a la capacidad del planeta.
Esto evidentemente es una manera indirecta de decir que es necesario decrecer. La autora explica, sin embargo, que no quiere usar los términos «decrecimiento o «post-crecimiento, por no tomar como referencia de su discurso aquello respecto de lo que querría plantear una alternativa. Si el capitalismo desde su origen se basa en el crecimiento, la steady state economy (SSE) tendrá que ser otra cosa. Como referencia teórica de la SSE cita la autora a Herman Daly, discípulo de Georgescu-Roegen, quien se suele mencionar como fundador de la economía ecológica. Cabe destacar, no obstante, la idea de que se trataría de una economía intensiva en trabajo, que supliría la mayor potencia de las energías fósiles (y seguramente nuclear) respecto de las renovables, y en la medida en que el pleno empleo, en la tradición keynesiana, constituiría uno de sus objetivo principales. La autora describe a grandes rasgos cómo sería este tipo de economía-sociedad. No es la parte más «sexy» del libro, quizás por no haberle dedicado tanto tiempo como a otras cuestiones. Sería austera en recursos materiales, pero rica en otros recursos, de tipo social, cultural, de cuidados, de tiempo… A mi este plan epicúreo, como vengo comentando en este blog, me parece estupendo.
A lo largo del libro Pettifor repite el dato de que el 1% de la población más rica es responsable del 50% de las emisiones de CO2. Con este dato sugiere por un lado que reducir las emisiones rápido y en un alto porcentaje podría ser relativamente fácil; pero también, estimo, que nos da una idea de que el cambio de vida hacia una mayor austeridad, para la mayoría de la población, será relativamente viable. Nacida en África, Pettifor repite también que la transición tiene que significar diferentes cosas en los países más ricos y en los más pobres, una estrategia que recibe el nombre de CBDR (Common But Differentiated Responsabilities). Los países más ricos somos mucho más responsables del actual deterioro climático y ambiental, y por tanto tendríamos que serlo también de su «reparación».
Una cuestión importante de la propuesta de Pettifor, el UK GND como ella lo denomina, es que no tiene por objetivo la activación de un nuevo ciclo de crecimiento económico, tal como estimo que plantean, – me atrevería a decir -, las de Sanders, Ocasio-Cortez y Varoufakis con DiEM25 (ver referencias al final), y desde luego como lo hace la de Rifkin, que lo plantea como su principal objetivos tras la cuestión ambiental. Este crecimiento estaría determinado por la necesaria reconstrucción de todas las infraestructuras y el reciclaje de todo el parque inmobiliario, incluso a la transformación de todos los procesos industriales — lo que vendría a suponer un nuevo ciclo de inversión descomunal en capital fijo, como ocurriera, primero, con el ferrocarril y tecnologías asociadas a mediados del XIX, y después, con el automóvil y la electricidad y tecnologías asociadas en el siglo XX (véase por ejemplo, Rifkin, 2011).
No. Pettifor plantea el GND como un medio para superar el sistema capitalista. Cambio de sistema, no cambio climático, es el título de uno de los capítulos.
Aún así, diría que Pettifor no se expresa dogmáticamente sobre esto, anque sí nos deje claro que es un tema fundamental para pensar y debatir. Y que podría ser la clave para que la transición que plantea sea una transición a un sistema más justo e igualitario.
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Someter el mundo de las finanzas al interés común
Reitera aquí Pettifor, en buena medida, los argumentos de su libro precedente. El primer paso para hacer viable este GND equitativo que propone, sería someter — o según sus argumentos — volver a someter las finanzas globalizadas al interés público o común. Argumenta aquí, quizás en mayor extensión que anteriormente, que los estados, y los taxpayers, los ciudadanos que pagan impuestos, tienen mucho más poder del que parece. El caso de la dependencia del sistema financiero de los bonos soberanos, los bonos emitidos por los principales países, que son usados como garantía en una parte muy importante de las operaciones financieras, es una de las razones de este poder que explica en cierto detalle. Otro razón evidente es la disponibilidad y la capacidad de los estados para rescatar el sistema financiero cuando está en dificultades, según se demostró en la crisis de 2007-8 y años siguientes. Estas y otras razones que expone son las que permiten afirmar a Pettifor que el sistema financiero es o debería ser un bien público; un bien público del que se han apropiado algunos para ponerlo fundamentalmente a su propio servicio.
En función de este poder, los estados, con el apoyo de los votantes, tendrían que modificar la regulación financiera global, — también para retornar los capitales off-shore a los diferentes países. Todo esto, en realidad, lo desarrolla en mayor extensión en el libro anterior.
Quizás lo nuevo en esta ocasión sea un cierta explicación histórica, en la que se muestra el tira y afloja entre estados y capitalistas a lo largo del siglo XX para controlar el sistema financiero; los primeros para que funcione como un bien y un servicio público; los segundos para ponerlo al servicio de su propio interés. Esto se desarrolla en el capítulo 2, titulado Winning the Struggle with Finance (Ganando la lucha con la finanzas; pp. 33-61). Los principales episodios de este forcejeo histórico serían los acuerdos de 1919 tras la I Guerra Mundial, el New Deal de Roosevelt de 1932, los acuerdos de Bretton Woods de 1944 (en los cuales participa J.M. Keynes, gran referencia de Pettifor) y la eliminación del patrón oro en 1971 y su sustitución de hecho por el dólar estadounidense, que ya se había establecido como moneda de referencia internacional en 1944. Mi narración del asunto es muy pobre — como siempre será mucho mejor leer el libro — y la historia en cualquier caso es bastante conocida para las aficionadas a estas cuestiones. Pero la consecuencia o el aprendizaje interesante que nos propone Pettifor aquí es mostrar que este sometimiento de las finanzas al bien público ya se logró en varias ocasiones durante el siglo pasado, dando lugar a los períodos de relativa prosperidad y estabilidad como el del New Deal en EEUU o las décadas posteriores a la II GM a escala global, — aunque una y otra vez los capitalistas volvieran a tomar una posición de privilegio, que es la que actualmente sostienen. Pensemos con Pettifor que vuelve ya a tocar cambio.
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Lo que tendría que hacer una ministra de finanzas
Para hacer posible el GND habría que acometer primero este sometimiento de las finanzas. Si bien este sometimiento tendría necesariamente que tener una dimensión global, las economías en la propuesta de Pettifor se continuarían organizando, sin embargo, de manera descentralizada, esto es, a la tradicional escala nacional. Esta opción estimo que se basa, entre otras cuestiones, en que la steady state economy tiene entre sus principios organizativos el de la re-localización. (La forma en que se enuncia, por cierto, me recordó a la manera en que lo hace el proyecto Fab City: información y conocimiento globales — materiales y energía locales; Díez et al, 2016).
Una vez propuesta esta escala nacional como base para el desarrollo de los diferentes GNDs, la autora plantea una manera sugerente de seguir adelante, contándonos qué deberían hacer las ministras — nacionales — de hacienda, economía y finanzas; una especie de manual para ministras — (el femenino es el del original y es de suponer que aquí representa a hombres y mujeres).
La ministra tendría que tener bajo su autoridad al banco central del país en cuestión además de la política económica, financiera y fiscal, nos dice Pettifor. Y ya sabemos que esto en Europa es de momento diferente y más complicado, la cuestión del banco central… Siguiendo las pautas de Pettifor tendríamos que pensar en un GND europeo, o en una reforma de las instituciones europeas… Pero continuemos a pesar de esta grave dificultad…
No vamos a recorrer todo este manual, que es bien sugerente, tratando de prioridades, estrategias y calendarios, pero sí señalaremos algunos puntos.
Aunque Pettifor vuelva a recodar la máxima keynesiana de que «podemos permitirnos (pagar) todos lo que podamos hacer,» el asunto no deja de necesitar de una importante ingeniería financiera; en este caso, no la ingeniería financiera de lo que podríamos quizás llamar rogue corporations , — y cuenta aquí la autora algo del caso Enron –, sino una «ingeniería de las finanzas públicas», – eso lo digo yo -, en la que intervendrá la creación de dinero bancario – público y privado -, la deuda, el interés, la fiscalidad… La autora lo enuncia literalmente así:
«Una vez que las políticas monetaria y fiscal se apoyen mutuamente, podemos asumir que, como en una situación de guerra, habrá cuatro fuentes de financiación para un gobierno del GND. Ampliamente categorizadas pueden ser definidas como crédito (creado una vez más por los bancos) y ahorros (como puedan ser los depósitos, consecuencia de la creación de crédito o ya existentes)».
«La primera fuente de financiación para un gobierno es la creación de crédito monetario (la provisión de préstamos o posibilidad de descubierto [overdraft facilities] por parte del Banco de Inglaterra (banco central diríamos en otra circunstancia) o incluso por parte de bancos comerciales). La segunda es la financiación mediante créditos (loan-finance), que se generan a partir de los ahorros existentes por medio de la emisión de bonos por parte del Tesoro y la Oficina de Gestión de Deuda (traducción literal del original). La tercera fuente son los ingresos por impuestos – con la salvedad de que los ingresos por impuestos son generalmente la consecuencia de la inversión pública, no la fuente de las finanzas. Cuarto, un gobierno del GND podría recurrir al exceso de recursos de los ahorradores garantizando bonos emitidos por medio de un banco nacional de inversiones / banco verde o similar». (pp. 132-33)
Estas propuestas son desarrolladas a continuación por la autora haciendo énfasis en el dinero monetario o bancario y en los ahorros. Me gustaría que algún colega experto me explicara más sobre estas propuestas. Para mí, como aficionado, como ya escribía más arriba, me ha resultado la parte más difícil de entender del libro, no tanto en la idea general, aunque sí en los detalles concretos.
Sí me ha llamado la atención que la autora dedica un apartado específico a explicar las diferencias de su propuesta con la Teoría Monetaria Moderna (MMT por sus siglas en inglés; pp. 139-147). Me atrevo a avanzar, que trata de subrayar que su propuesta no es la de que los gobiernos «impriman billetes», sino que considera que la producción de dinero para que sea eficaz tiene que ser algo más compleja, estar en proporción a la capacidad de la economía, y más concretamente, que se creará siempre contra un colateral, a cambio del pago de unos intereses y mediante un contrato que supone «la promesa de pagar»; un dinero que siempre supondrá una deuda, dice (p. 141). Expone Pettifor más argumentos, pero entiendo que será algo que tendrían mejor que discutir y explicarme los especialistas. [3]
Otro punto diferente es la importancia que da Pettifor a los ahorros de cara a la posible financiación del GND. Aunque con los mecanismos de creación de dinero bancario Pettifor señala que sería suficiente, no deja de explicar que los gobiernos también podrían movilizar los ahorros que gestionan agentes como fondos de pensiones, fondos de gestión, aseguradoras, fondos soberanos y otros, sustrayéndolos de las inversiones con frecuencia depredadoras o especulativas, para apoyar en su lugar proyectos de interés público. Entre otros datos de referencia, cita que el volumen total de activos financieros de todas las corporaciones financieras se estimaba en 2017 en 328 billones de dólares (siendo la estimación del Producto Global, por tener una referencia de comparación, de 86.6 billones para el año 2019).
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Un proyecto eminentemente asequible…
Aunque hay un apartado que se titula Presupuestando un Green New Deal Global (pp. 149-155), la autora no llega a ofrecer números concretos, – nos dice que no lo ve lo más oportuno. En su lugar nos propone diferentes comparaciones, con inversiones en infraestructuras actualmente en proceso, con los posibles costes de la inacción, con estimaciones de imposición a grandes emisores de CO2… para llegar a la conclusión de que «[n]uestro sistema monetario y las vastas cantidades de ahorros globales hacen que la financiación de la transformación de la economía para dejar atrás las energías fósiles sea eminentemente asequible». El verdadero desafío será que todo esto se lleve a cabo con equidad, continúa la autora. «Comparado con esto último, y dadas las herramientas monetarias y fiscales de que dispone una ministra de finanzas, el diseño financiero será mucho más fácil» (p. 155).
¿Será posible hacerlo en el poco tiempo del que aún disponemos?
Para cerrar; en las páginas finales del libro — nos cuenta la autora cómo en otras ocasiones nuestra civilización ha sido capaz de acometer en muy poco tiempo extraordinarios proyectos de transformación material, espacial, infraestructural. Uno, a pesar de ser más o menos del gremio, suele olvidarlo. En tiempos recientes, y creo que no lo menciona Pettifor, tendríamos el ejemplo de los sucesivos despliegues de las redes de telefonía móvil: imaginemos, por ejemplo y porque lo hicimos en algún momento, que nos hubiésemos planteado construir una red, incluyendo satélites (GPS, Galileo, etc), para dar cobertura de telefonía sin hilos a la casi totalidad del mundo… Aunque pudiera haber parecido una quimera, lo cierto es que se hizo en muy pocos años… Antes fue el ferrocarril a mediados del XIX. Cita varios casos más Pettifor; uno que me llamó la atención fue el de la reforestación masiva en EEUU durante el New Deal — que me hizo pensar en recuperar los bosques en Esp y la historia de la ardilla que la podía cruzar de punta a punta… Otro caso por citar uno de Esp, fue el despliegue del sistema autopistas en la década de 1980 que renovó completamente el transporte rodado en nuestro país (en el que participó mi padre, por cierto, con bastante responsabilidad). Pettifor llama a estos casos transiciones rápidas y explica que hay antecedentes muy importantes, que nos hacen pensar que ahora también sería posible hacerlo para las grandes transformaciones que necesitamos para detener el cambio climático. «Si nos pusiéramos de verdad manos a la obra». Eso sí que haría falta.
Y así, estas transiciones rápidas las asocia al coraje y el liderazgo político – y tal vez en menor medida a la movilización social. Tal vez podríamos dudar sobre esto del liderazgo. Esta de Pettifor, es también la opinión de mi padre, por cierto, ya que lo mencioné antes: que las personas son fundamentales, más que los sistemas, las estructuras o las burocracias… Tendría que ser un liderazgo con una forma de pensar bastante diferente de la habitual y de dimensión europea; — sólo se me ocurre eso. El que suscribe esta reseña es más del trabajo colaborativo y de equipos. Aunque quizás cada vez tenga menos razones para seguir apegado a esa convicción, — más allá de equipos pequeños en los que exista gran afinidad… __ Yo lo veo difícil sea como sea… No técnicamente, que ahí lo veo apasionante; tampoco económicamente, ahí creo lo que explica Pettifor; sino social y políticamente. Pero leyendo libros como éste se anima uno bastante.
Gracias a la autora, entonces, por todo el trabajo de tantos años que ha contribuido significativamente a que lo que fuera una elucubración de expertos y activistas hace menos de 15 años, sea hoy objeto de debate público bastante extendido. Y gracias también por este su último libro-panfleto — como decía, en el mejor sentido del término.
Salud a tod*s.
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[1] Nota para revisar; quizás eliminar, porque se quedó descontextualizada tras una última revisión: Pettifor plantea aquí la importancia del liderazgo político y la movilización social, sobre la que volvemos casi al final… La imagen de la «movilización» la usa Isabelle Stengers en el contexto de la ciencia moderna y neoliberal con un sentido parecido, pero a la vez diferente, casi opuesto del que se propondría aquí; haciendo así lo que me parece una crítica de enorme interés de las prácticas científicas actuales (2019, Otra ciencia es posible. Manifiesto por una desaceleración de las ciencias). Quizás tengamos la ocasión de comentarlo más adelante por este blog.
[2] Esta historia de William Gibson de su novela Peripheral que recogimos hace algún tiempo en este blog ilustra en mi opinión un escenario mucho más realista, y quizás incluso más horrosa, que el de la extinción total de los humanos sobre el planeta: Imaginando el futuro tras la catástrofe climática – William Gibson en “Peripheral”.
[3] Pendiente y con mucho interés de leer el libro de Stephanie Kelton, The Deficit Myth. Modern Monetary Theory and the Birth of the People’s Economy, que salió hace pocas semanas, en el que promete explicar la MMT de manera accesible.
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#referencias
Hernando Calla, (2012), La Convivencialidad de Iván Illich. ¿Una teoría general de las herramientas? Recuperado de https://www.ivanillich.org.mx/5convivencial.pdf. [Accedido 03/03/2020]
DiEM25, 2017, DiEM25’s European New Deal. Recuperado de https://diem25.org/wp-content/uploads/2017/02/170212_DiEM25_END_Summary_EN.pdf | accedido 13/03/2020
Tomás Díez, 2016, Fab City White Paper. Locally productive, globally connectedself-sufficient cities. Recuperado de https://fab.city/uploads/whitepaper.pdf | accedido 15/03/2020
Más País-Equo, 2019, Un acuerdo verde para EspañaAdelanto de programa electoral 2019. Recuperado de http://partidoequo.es/wp-content/uploads/2019/10/Programa-verde-Mas-Pais-2.pdf | accedido 13/02/2020
Ocasio-Cortez, A. (2019). House Resolution 109, Recognizing the Duty of the Federal Government to Create a Green New Deal [serie de páginas web incluso documento PDF descargable]. Recuperado de https://ocasio-cortez.house.gov/gnd. [accedido 18/02/2020]
Ann Pettifor, 2017, The Production of Money. How to Break the Power of Banks, Verso, Londres
Una reseña sobre el libro en este mismo blog (2018): “Sí, nos podemos permitir todo lo que seamos capaces de hacer” – sobre la economía del dinero-bancario según Pettifor & Keynes.
[Ann Pettifor con] The Green New Deal Group, 2008, A Green New Deal. Joined-up policies to solve the triple crunch of the credit crisis, climate change and high oil prices, New Economics Foundation, Londres; accesible en: https://neweconomics.org/uploads/files/8f737ea195fe56db2f_xbm6ihwb1.pdf – visitado 14/03/2020
Jeremy Rifkin, 2019, The Green New Deal. Why the Fossil Fuel Civilization Will Colapse by 2028, and the Bold Economic Plan to Save Life on Earth, MacMillan
____, 2014, The Zero Marginal Cost Society. The Internet of Things, the Collaborative Commons, and the Eclipse of Capitalism, Palgrave MacMillan, New York
____, 2011, The Third Industrial Revolution. How Lateral Power is Transforming Energy, The Economy, and The World, Palgrave MacMillan, New York
Una post que explica cosas de la propuesta de Rifkin, que publicamos para las elecciones de 2015 cuando el asunto no era tan popular en nuestro «bendito país»: #AllPowerToThePeople. Ciudad, energía, sostenibilidad, commons.
Bernie Sanders, 2019, The Green New Deal. Recuperado de: https://berniesanders.com/issues/green-new-deal/ | accedido 13/03/2020. Nota: No se en qué grado este plan coincide o se diferencia del de Alexanria Ocasio-Cortez. Este estudio comparativo tendrá que quedar para más adelante.
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