El libro tercero de las Meditaciones de Marco Aurelio __ (notas para una máquina estoica)

Imagen: Etienne Du Perac, La Colonna di Marco Aurelio e il Tempio di Adriano, 1557. Fuente: http://romarcheomania.blogspot.com

Notas para una Máquina estoica [*]

Introducción y notas de José Pérez de Lama

Transcribo el libro tercero de las famosas Meditaciones de Marco Aurelio – el emperador romano del siglo II que también fue filósofo (estoico) ____ aunque esto de ser filósofo entonces tenía matices diferentes de los que hoy le atribuimos: era más un estilo de vida de acuerdo con la razón, la moderación y un cierta idea de ser parte de la sociedad y del mundo – y no tanto ser licenciado en Filosofía, ni siquiera dedicarse a escribir y a crear un sistema filosófico más o menos propio.

La referencia exacta del texto que reproduzco – salvo alguna pequeña modificación – es: Marco Aurelio, 2014 , traducción de Antonio Guzmán Guerra, Meditaciones (o soliloquios), Alianza Editorial, Madrid.

Sobre el título, según la Wikipedia en inglés: el original, de cuando «(re)aparece» el manuscrito, en griego medieval, era: Τὰ εἰς ἑαυτόν, romanizado: Ta eis heauton, literalmente «things to one’s self» o «cosas para uno mismo.» Se identifica fácilmente el auton, o avton, como en el prefijo nuestras actuales palabras automático y automóvil… 🙂

Según se suele interpretar, las Meditaciones son una serie de «libros» o cuadernos escritos por Marco Aurelio en los que anotaba reflexiones que usaba como ejercicios de meditación. En la tradición estoica estos ejercicios ayudaban a saber cómo comportarse; eran como un entrenamiento para estar preparado para cuando se presentaran las ocasiones reales – eso cuenta Maite Larrauri; eso cuenta también Foucault, quien sitúa estas cuestiones en un marco que llama tecnologías del yo; __ un concepto que me gusta bastante: éstas serían el conjunto de técnicas, propias de cada época, mediante las que se produce/producía quienes somos, a nosotrxs mismos en tanto que sujetos. ___ (Aunque sea algo «lateral», esta aproximación que plantea las subjetividades como producción se contrapone a la de los que insisten en  «el ADN» de un grupo o una formación social, que sugiere identidades que no son una creación más o menos nueva sino que están ya de alguna manera en un código pre-existente,- expresión tan de moda últimamente, que se ha convertido en lugar común y frase hecha bastante filistea a la que tengo mucha manía).

La educación, por supuesto, sería el concepto más amplio e institucionalizado relacionado con las tecnologías de la producción de subjetividad, pero hoy en día tenemos claro que hay muchas otras instancias de producción de subjetividad, como puedan ser los medios de comunicación, etcétera – eso es todo un mundo en sí mismo, claro.

Foucault, por supuesto, trata de hilar mucho más fino en ese campo. Y durante una época estudia esta cuestión de los ejercicios en el mundo estoico. Hypomnémata, o pequeñas notas o recordatorios o preceptos, llama Foucault a las breves reflexiones con las que se van componiendo los ejercicios – bueno, así se llamaban originalmente. Otros autores lo llama dogmata (plural de dogma, pero que originalmente significaba preceptos, ideas, creencias).

Los hypomnémata no serían pensamientos filosóficos en el sentido convencional de argumentaciones racionales, sino más bien recordatorios o notas. En las Meditaciones Marco Aurelio no justifica o argumenta las ideas acerca de la conducta que se propone a sí mismo, o lo hace muy poco. Pero el tipo de comportamiento que propone es lo que Larrauri nos explica, como decía antes, que se entendía en su tiempo por una vida filosófica: una vida conducida por la razón y que busca una cierta serenidad y armonía con el mundo. Y, en efecto, del conjunto de las notas y libros se deduce una cierta filosofía de la vida y del mundo.

La cosa se parece mucho, sin duda, a los hoy muy denostados libros de auto-ayuda. También a los catecismos. Es de suponer que la diferencia radica en el tipo de vida que propone. Y en la manera en que se propone…

Por otra parte, la ética que se expone en las Meditaciones, siendo su autor nada y más y nada menos que emperador de Roma, y en una etapa bastante gloriosa, no puede sino tener sus limitaciones a la hora de ser asumida por personas más normales y de hoy en día. Me ha hecho pensar en las ideas sobre educación de Montaigne, otro personaje que escribe desde una posición de significativo privilegio. Montaigne piensa en educar hombres libres, autónomos, orgullosos… que no se van a quejar ni a doblar ante las circunstancias. En principio, parece más fácil ser estoico y también más apropiado proponérselo si estás en una posición más bien privilegiada. Este modelo de autonomía también contrasta con nuestras preocupación e interés actual por la interdependencia.

En el caso de Marco Aurelio, una temática importante es la de adaptarse a la naturaleza que se entiende como buena, justa, etc., prácticamente como equivalente a la divinidad. Hoy, quizás, en los tiempos del Antropoceno, los ecosistemas en desequilibrio y el cambio climático la naturaleza quizás ya no sea una referencia tan segura.

Aún así, me interesan cosas del estoicismo según nos lo presentan MA:

__ la mayor autonomía respecto de las opiniones y los sucesos del mundo – respecto de las opiniones, el vocerío de las RRSS y los medios de comunicación; también de lo que en la tradición freudiana se llamaría el super-ego… las expectativas de la familia, la academia, la sociedad… el éxito, la fama.

__ la idea de la virtud (la verdad, la justicia, la bondad…) como objetivo y como recompensa en sí misma…

__ el proyecto de una vida más racional, más filosófica… de nuevo, no tanto como medio, sino como recompensa en sí misma…

__ una mayor conformidad con el mundo tal como es – sin que esto signifique renunciar a tratar de cambiarlo…

__ la serenidad, el no temer nada y no esperar nada… frente al dominio de la velocidad, la competición…

__ vivir el presente, sin preocuparse por el pasado, ni tampoco en exceso por el futuro…

__ la propia idea de las meditaciones en este sentido de ejercicio.

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Sobre el proyecto de Máquina estoica

Lo que llamaba Máquina estoica en el título, es un proyecto algo vago – lo haré o no, ya veremos – de un dispositivo digital que permita darle algunos parámetros y que te ofrezca con una cierta aleatoriedad algún hypomnema para empezar el día; ____ a la manera que se usaba el I Ching, o a la manera que los renacentistas que usaban  la Eneida… La idea es también deudora de una máquina digital para componer poemas de un colega al que tengo mucho cariño y admiración, Eugenio Tisselli. (Por supuesto, una vez que se me ocurrió el nombre me di cuenta el nombre máquina estoica ya existe en Internet – quizás sólo en inglés… pero es muy difícil que algo así no exista – y seguro que será algo diferente…)

Una de las dificultades, al menos para mí, de la lectura de las Meditaciones es el cierto desorden de los libros, y del contenido de los propios libros; bastante repetitivo, de los que no es fácil sacar unas conclusiones así demasiado claras tras una lectura – o varias lecturas – así sin más.

Para poder utilizar – ¿fea palabra? – algunas de estas notas en mi propio libro de ejercicios, empecé por poner algunas etiquetas que me ayuden a ordenarlas… En primera instancia, un poco pedantemente las llamé ars vivendi, ars senecesendi y ars moriendi – artes de vivir, envejecer y morir… Luego a la del arte de vivir le fui añadiendo varias sub-etiquetas: self (uno mismo), otros y mundo; y finalmente, a cada entrada le he puesto varias etiquetas de tercer orden más descriptivas. Tendré que ir viendo como usar estas etiquetas en la máquina

En fin, sigue la transcripción. La traducción como decía es la de Alianza – revisada recientemente, aunque la nota introductoria no me pareció demasiado entusiasta, tal vez ¿más cínica que estoica? ___  En lo que sigue he añadido en cursiva antes de cada nota, que van ordenadas con números romanos según la edición de Alianza, las etiquetas arriba mencionadas, clasificando y describiendo someramente el contenido inmediatamente a continuación.

¿Por qué el libro tercero? Pues porque tras un par de lecturas es uno de mis preferidos.

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Marco Aurelio. Meditaciones. Libro III

Ars vivendi: sobre la vida efímera, ars senescendi

III.1. DEBEMOS PENSAR QUE LA VIDA NO SÓLO SE NOS VA CONSUMIENDO DÍA A DÍA y que la parte que nos queda es cada vez más breve, sin también que, aunque lleguemos a vivir mucho tiempo, no es probable que conservemos siempre la misma claridad de mente a la hora de afrontar las diversas situaciones y de comprender las cosas divinas y humanas. Pues cuando nuestras facultades comienzan a debilitarse, no dejamos de respirar, ni de alimentarnos, ni de imaginar, ni de desear, ni de nada; pero antes se extingue la capacidad de vivir por nuestros propios medios, de calcular con precisión cuántos son nuestros deberes, de analizar qué son las apariencias de las cosas, de meditar sobre si uno debe ya abandonar la vida y cuanto requiere un entendimiento que ha estado activo toda la vida. De modo que hemos de darnos prisa, no sólo porque cada vez estamos más cerca de la muerte, sino porque antes de que nos alcance, se nos limita nuestra capacidad de entender y de relacionarnos con las cosas.

*

Ars vivendi: sobre la imperfección, sobre la belleza de los procesos naturales; ars senescendi: sobre la belleza de la vejez

III.2. TAMBIÉN DEBEMOS ESTAR PRECAVIDOS ANTE LOS CAMBIOS que suelen acompañar a las obras de la naturaleza que poseen cierto encanto y seducción. Por ejemplo, al cocerse el pan se producen grietas, y esos surcos que se le abren parece que no son del gusto del panadero, y sin embargo dan al pan un aspecto muy agradable y más apetitoso. También los higos estallan cuando maduran; y en las aceitunas que quedan maduras en los olivos, ese estadio previo a la putrefacción les confiere una belleza particular. De manera similar ocurre con las espigas de trigo cuando se inclinan, con la melena del león, con la espuma que brota de las fauces del jabalí y con otras muchas cosas que, aunque no parezcan hermosas si las consideras aisladamente, cobran un aspecto bello y resultan atractivas porque son consecuencia de un proceso natural. De modo que a quien tenga sensibilidad y sepa comprender las cosas que suceden en el universo, dejarán de parecerle desagradables estos fenómenos que resultan como consecuencia de un proceso natural. Ni siquiera las fauces reales de una fiera le parecerán menos gratas que las imágenes que de ellas reproducen un pintor o un escultor. De igual modo, en una anciana o en un viejo sólo verá la madurez; y en los jóvenes sólo verá un tierno encanto, si los mira con ojos libres de lascivia. Hay muchas otras cosas que no atraerán a todo el mundo, sino sólo a quien esté profundamente familiarizado con las obras de la naturaleza.

*

Ars moriendi: sobre lo inevitable de la muerte; sobre el apego a la vida; vanitas

III.3. EL MISMO HIPÓCRATES, DESPUÉS DE HABER CURADO A MUCHOS ENFERMOS, enfermó y murió. También a los caldeos, que habían vaticinado la muerte de muchos hombres, los alcanzó el destino. De igual manera encontraron la muerte Alejandro Magno, Pompeyo y Julio César, que tantas veces habían arrasado hasta los cimientos ciudades enteras y habían aniquilado por miles infantes y jinetes en diversas batallas. El propio Heráclito que había llevado a cabo una investigación sobre la deflagración del universo, murió aquejado de hidropesía y cubierto de excrementos.[ver nota de A. Guzmán] A Demócrito lo mataron los piojos, como a Sócrates, si bien de otra variante. Y así, ¿qué se deduce de todo esto? Subiste al barco, navegaste, volviste al puerto; desembarca, pues, ahora. Si llegas a otra vida, verás que tampoco está vacía de dioses; si has ido a parar a un lugar donde no hay sensaciones, no conocerás placeres ni dolores, ni te verás sometido a esta envoltura corporal que es muy inferior. Pues de un lado está la razón y nuestro genio interior; del otro, tierra y sangre mezclada con polvo.

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Ars vivendi: sobre nuestra relación con el mundo y los otros; sobre la autonomía personal; sobre el objeto de nuestro pensamiento, sobre la virtud personal – un hombre al que situaríamos entre los mejores; sobre todas las criaturas racionales del mundo que están emparentadas; sobre las opiniones de los otros a (no) tener en consideración

Comentario [05/2019]: estos hipmnemata son muy interesantes; la redacción, no obstante, es entrecortada… como si fueran efectivamente unas notas poco hiladas, o hiladas de forma poco racional o lógica… En consecuencia en modificado un poco la puntuación y la organización en párrafos.

III.4. NO MALGASTES LO QUE TE QUEDA DE VIDA EN CONJETURAR SOBRE LOS DEMÁS, a no ser que tengas como objetivo el bien común; pues si te dedicas a imaginar qué hace la gente, por qué, qué dice, qué trama y cosas parecidas, dejarás de observar tu propia conciencia interior.

Es conveniente, pues, que en la secuencia de tus ideas evites dar cabida a lo que es fruto del azar y superfluo, y rechazar sobre todo lo que es inútil y perjudicial.

Deberás admitir como tuyas sólo aquellas ideas, sobre las que si alguien te preguntara, “¿En qué estás pensando ahora mismo?”, pudieras contestarle de inmediato y con toda franqueza: “en tal cosa”. [… parecería que falta aquí algo a pesar de la pretendida expresión de conexión del traductor]

De este modo quedaría de manifiesto que eres una persona sencilla, benévola, un ser sociable, a quien no le atraen los placeres, ni se deja cautivar por ideas placenteras; en suma, una criatura que no conoce la codicia, la envidia, que no es recelosa ni esclava de ese tipo de pasiones que provocan rubor sólo de pensarlas. [como se ve, sería mucho deducir las virtudes o la forma de ser recién descritas de la premisa que antecedía su exposición; o quizás simplemente haya algún problema de traducción en la primera parte; en realidad conecta mejor con los dos primeros párrafos que con el tercero…]

Porque un hombre de esas cualidades, a quien situaríamos entre los mejores, se convierte en un auténtico sacerdote y servidor de los dioses, [elogio que hoy nos resulta peculiar] al servicio también de la divinidad que habita en su interior. Todo ello lo inmuniza contra los placeres, lo hace invulnerable al dolor, [evito el leismo en la traducción] ajeno a las insolencias, insensible a la maldad, campeón en los mejores combates – para no ser derrotado por ninguna pasión -, impregnado por completo del sentido de la justicia y ansioso por adherirse plenamente a los acontecimientos que el destino le ha asignado.

Por otra parte, rara vez toma en consideración (a no ser que se trate de una situación de extrema necesidad y con vistas al bien común) lo que piensa, dice o hace otra persona. Sólo pone [el sujeto de esta alocución continuaría siendo ese hombre “a quien situaríamos entre los mejores”; igual debería probar a cambiarlo; o ver alguna otra traducción] en práctica lo que le corresponde y piensa de continuo en lo suyo, porque son cosas que ha sido tejidas por lo comunitario. Así, cumple con sus obligaciones porque piensa que es lo mejor. Porque el destino que a cada uno se nos asigna nos involucra al común destino en el que estamos implicados.

Tiene [sigue el mismo sujeto, aunque quede algo raro] muy presente también que todas las criaturas racionales están emparentadas, y que es propio de la naturaleza humana preocuparse de todos los hombres.

Piensa que no hay que tener en consideración de cualquiera, sino sólo la de quienes viven conforme a la naturaleza. Y en cuanto a quienes no viven así, se plantea quiénes y cómo son, en casa y fuera de ella, de día y de noche, así como quiénes son sus amistades. En conclusión, no da crédito al elogio que hagan [de] ese tipo de personas que no siquiera están satisfechas consigo mismas. [ni las oraciones conectivas no son demasiado finas, ni el final de esta frase tiene demasiado sentido; eliminaría el de que he puesto en cursiva y entre corchetes…]

*

Ars vivendi: sobre la autonomía personal; sobre la serenidad; sobre la austeridad y la rectitud

III.5 NO ACTÚES CONTRA TU VOLUNTAD, ni al margen de lo que conviene al común, sin haberlo sometido previamente a examen, ni siquiera por rebeldía.

Que la afectación al hablar ni adorne la expresión de tu pensamiento; no seas gárrulo no acometas simultáneamente muchas tareas.

Aún más: que el dios que habita en tu interior sea el que te gobierne a ti, que eres un hombre maduro, social, romano, un dirigente político que voluntariamente se ha ofrecido como soldado dispuesto a abandonar esta vida a toque de corneta, sin necesidad de mayores juramentos ni testigos.

Mantente siempre sereno y sin necesidad de pedir ayuda externa, no requieras la tranquilidad de espíritu que dan los demás. Hay que mantenerse, pues, recto, y que nadie tenga que enderezarte.

*

Ars vivendi; sobre el qué hacer; sobre la autonomía personal y sobre el actuar según la razón; sobre la parte racional; sobre la parte animal (las pasiones)

Comentario: Revisar el libro de Larrauri en que propone una clasificación tripartita del humano: razón, alma y cuerpo… o algo así… Para Larrauri la vida que propone MA es una regida por la razón; lo que sería según otra lecturas la ética aristotélica: las mejores acciones son aquellas que están conducidas por la razón; o aquellas en que ejercemos la razón antes que otras facultades…

III.6 SI EN LA VIDA DE UN HOMBRE ENCUENTRAS ALGO MEJOR que la justicia, la verdad, la prudencia o la valentía, es decir: algo que sea superior a la virtud de un alma autosuficiente, que obra de acuerdo con la razón; si encuentras algo mejor – digo -, dedícate a ello con toda tu alma y disfruta del mejor de los hallazgos.

Pero si no aparece a tus ojos nada mejor que el genio que habita en tu interior, que es quien ordena tus propios deseos, que examina las ideas y que, como decía Sócrates, huye de las sensaciones; que se somete a la voluntad de los dioses y siente un gran amor por los hombres; si comparado con este genio todo lo demás te parece pequeño y rastrero, aléjate; pues en caso contrario, una vez que seas arrastrado y seducido, no podrás entregarte a este bien que te pertenece en lo más íntimo.

Porque no te será lícito permutar ese bien razonable y cívico por ningún otro espurio, como por ejemplo, los elogios que brinda la muchedumbre, los cargos públicos o el disfrute de los placeres. Y es que todas estas cosas, aunque de momento parezca que está de acuerdo con nuestra naturaleza, de pronto nos tiranizan y nos desvían. De modo que – te aconsejo – elige sencilla y libremente lo mejor y persevera en ello.
“Lo mejor es lo que me conviene,” dirás.
Si lo es para ti, en cuanto que eres un ser dotado de razón, adelante! Pero si lo es para tu parte animal, admítelo y mantén humildemente tu opción, para no errar en el juicio.

*

Ars vivendi (self y otros): sobre la vida según la razón; sobre no buscar nada ni huir de nada

Comentario: Este “hypomnema” – seguro que estoy usando mal el término, es de mis preferidos. Aunque en realidad, no me parecen filosóficos, en el sentido de argumentaciones que tratan de explicar los por qué, sino que son más exhortaciones – que, a pesar de reconocerse como tales, convencen y animan… [???]

III.7 NO CONSIDERES BENEFICIOSO NADA QUE UN DÍA TE OBLIGUE a transgredir lo pactado, a renunciar al pudor, a odiar a alguien, a sospechar, a despreciar, a convertirte en un falso, o a desear algo que precise de muros o de tupido velo. [En cambio,] quien prefiere seguir su inteligencia, su propio genio interior y los impulsos de su propia virtud no actúa como lo hace un actor de teatro: ni solloza, ni tiene necesidad de estar solo ni de estar acompañado por una muchedumbre. Y lo que aún es mejor: vivirá sin buscar nada y sin huir de nada. No le importa en absoluto si será largo el tiempo en que su alma seguirá unida a su cuerpo o si será breve; pues si ha de partir pronto, le resultará fácil salir; como si tuviera que cumplir con dignidad y decencia cualquier otra obligación. Sólo se preocupa de que su inteligencia nunca se sitúe al margen de lo que es una vida racional y cívica.

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Ars vivendi: sobre vivir sin amargura ni cuentas pendientes; sobre vivir racionalmente al día

III.8 EN EL PENSAMIENTO DE UNA PERSONA QUE HA SABIDO DISCIPLINARSE y purificarse no encontrarás purulencia, ni úlcera ni gangrena. No le sorprenderá el destino antes de haber completado su vida, cosa que ocurre con el actor de tragedias que ha de retirarse antes de que la obra haya concluido. Es más, no hay servilismo, ni afectación, ni dependencia, ni disociación, ni hay rendición de cuentas pendientes, ni escondrijos.

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Ars vivendi (self, mundo): sobre la vida racional, sobre la conformidad con el mundo

III.9 VENERA TU FACULTAD INTELECTIVA. En ella radica todo: de este modo nunca brotará en tu conciencia ninguna opinión contraria a la naturaleza, ni a una vida racional. Será ella la que evite que te precipites, la que te procure familiaridad con los hombres y conformidad con los dioses.

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Ars vivendi (self, otros): sobre vivir el presente; sobre la fama efímera

III.10 RECHAZA, PUES, TODO LO DEMÁS, Y QUÉDATE SÓLO CON UNOS CUANTOS CONSEJOS. Recuerda también que cada uno vive sólo el presente, un instante fugaz: el resto o ya se ha vivido o es incierto. Nuestra vida es insignificante, e insignificante también el cubículo en el que vivimos. Breve es también la más longeva fama, que recordarán sólo unos pocos personajillos, que a su vez irán pronto al encuentro de la muerte; ni siquiera se conocen a sí mismos, ni tampoco al que ya murió hace tiempo.

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Ars vivendi (self, otros, mundo): sobre la representaciones: límites y y perfil; sobre la vida racional; sobre el conocimiento del mundo para actuar amistosa, respetuosa y prudentemente

III.11 A LAS RECOMENDACIONES YA DICHAS, AÑADE LA SIGUIENTE: establece siempre los límites y el perfil de cualquier imagen que se te represente, de modo que puedas mirarla en su esencia, desnuda, en su conjunto y en sus partes, y designarla por su propio nombre y por los nombres de las partes de que se compone y en las que se ha de disolver. Pues no hay nada que pueda agrandar tanto el ánimo como comprobar y verificar con método cada una de las cosas que en la vida nos acontecen; y examinarlas permanentemente, para ver en qué universo encajan y qué beneficio le aportan: cuál es su valor respecto al conjunto del universo y cuál respecto al ser humano, que es el ciudadano de la más excelsa de las ciudades, en relación con la cual las demás ciudades son edificios.

¿Qué es exactamente este objeto que produce ante mí una determinada imagen? ¿De qué elementos se compone y cuánto tiempo debe durar, verosímilmente? ¿Qué virtud necesito poner en práctica ante dicho objeto? ¿La mansedumbre, la valentía, la sinceridad, la fidelidad, la sencillez, la autosuficiencia?

Por eso conviene decir a veces: procede de dios; en cambio, hay otros que se deben al desencadenamiento de una serie de sucesos a partir de una coincidencia fortuita; otros se deben a un conciudadano, a un pariente, a un compañero que desgraciadamente ignora qué le corresponde por naturaleza.

Yo en cambio, que no lo ignoro, trato con las personas de conformidad con lo que exige la ley natural de la comunidad, es decir, amistosa y respetuosamente; y me mantengo en una distancia prudente en los asuntos que así lo merecen.

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Ars vivendi (self), ars senescendi: sobre la virtud, sobre el qué hacer; sobre el no esperar ni temer nada

Comentario: poca teleología… o ninguna… El conformismo… ??? __ (de un emperador… 🙂 ) ___ ésta y la anterior son de las recomendaciones – dogmata – que más me gustan…

III.12 TÚ VIDA SERÁ FELIZ si cumples tu cometido presente con rectitud y según la razón, con decisión, con buena voluntad y con serenidad. Si conservas íntegro tu genio interior, como si tuvieras ya que entregarlo y a ello añades la circunstancia de no esperar ni temer nada, sino mostrarte conforme con tu cometido presente según la propia naturaleza, con auténtica verdad en todo lo que digas. Así nadie será capaz de impedírtelo.

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Ars vivendi (self): sobre las meditaciones como preparación; sobre la relación entre los asuntos divinos y humanos

III.13 AL IGUAL QUE LOS MÉDICOS siempre tienen a mano los aparatos e instrumentos que necesitan ante la eventualidad de una intervención inesperada, debes tú tener siempre preparados los principios necesarios para conocer los asuntos divinos y los humanos; y no olvides que hasta en sus más mínimos detalles ambos planos están firmemente unidos: pues no conducirás a feliz término ningún asunto humano si no lo relacionas con la divinidad y viceversa.

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Ars vivendi (self): sobre no esperar a que pasen ciertas cosas antes de actuar o de ser

III.14 NO LE DES MÁS VUELTAS: no vas a leer el borrador de tus Memorias, ni a consultar las hazañas de los antiguos griegos y romanos, ni la selección de libros que dejaste para cuando fueras mayor. Encamínate, pues, directamente al fin que te propones, y de deja de lado las vacuas esperanzas; acude en auxilio de tu mismo mientras puedas, si es que te importa verdaderamente lo tuyo.

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Ars vivendi (self, otros): sobre la subjetividad y parcialidad de los juicios; sobre lo que no se percibe con la vista sino con la razón

III.15 LA MAYORÍA DE LA GENTE IGNORA qué significan exactamente estas palabras: robar, sembrar, negociar, tener tranquilidad del alma, saber lo que hay que hacer; son acciones todas ellas que no se perciben con la vista, sino con otra clase de mirada.

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Ars vivendi (self, otros): sobre el cuerpo, el alma y la inteligencia; sobre seguir al “genio interior,” sobre la desconfianza de otras personas

Comentario: Aquí, la explicación de Larrauri (que quizás use otros términos??). ¿Cuáles son en griego? … phisis, soma? psique, nous (nomos, daimón, hegemonikon)?? … Otra de mis más preferidos hypomnemata… por la parte de la fidelidad al genio interior; que me recuerda al cuerpo rebelde de D-G…

III.16 CUERPO, ALMA, INTELIGENCIA; del cuerpo proceden las sensaciones; del alma, los impulsos; de la inteligencia, las opiniones. Propio es de los animales formarse una impresión a través de los sentidos, y dejarse arrastrar por los impulsos, como un muñeco. Es lo que conduce a las bestias, [a los débiles,] a Fálaris, a Nerón. Por otra parte está siempre el mantener [a] la inteligencia como guía de lo que parecen ser nuestros deberes; […] también actúan de aquella manera quienes no creen en los dioses, los que traicionan a la patria y quienes obran a su antojo tan pronto cierran la puerta.

Por tanto, si todo lo anteriormente dicho se refiere a esa clase de seres, queda como propio del hombre mejor [el] amar y buscar lo que el destino le ha urdido y deparado. No hay que confundir jamás ni perturbar con mil imágenes al genio que habita en el interior de su pecho; por el contrario debe mantenerse favorable a él, rindiéndole homenaje como a un dios, sin pronunciar jamás una palabra que falte a la verdad, no hace nada que atente contra la justicia. Y si las demás personas desconfían de él, porque lleva una vida modesta, sencilla y feliz, que no se moleste con nadie, ni se desvíe de su camino; pues es el camino que lleva hasta el final, adonde llegará íntegro, tranquilo, libre y armónicamente sometido a su propio destino.

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#referencias

Marco Aurelio, 2014 traducción de Antonio Guzmán Guerra, Meditaciones (o soliloquios), Alianza Editorial, Madrid

Michel Foucault, 1990, introducción de Miguel Morey, Tecnologías del yo y otros textos afines, Paidós, Barcelona

____, La hermenáutica del sujeto. Cursos College de France (1982), Akal, Madrid

____, Hypomnémata: una práctica de sí, en: http://filosofiauda.blogspot.com/2018/04/hypomnemata-una-practica-de-si.html

Maita Larrauri & Max, 2009, El ejercicio según Marco Aurelio, Tándem ediciones, Valencia

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