Imagen: Marta Ponferrada Espejo, 2017, esquema de las características de una ciudad feminista, de La ciudad eco-feminista. Espacios públicos y privados para una sociedad más sostenible e inclusiva, Trabajo Fin de Grado, Escuela Técnica Superior de Arquitectura Universidad de Sevilla, p. 15.
Serie elecciones 2019: ciudad eco-feminista y ciudad productiva-distributiva
José Pérez de Lama / versión beta
Tercera o cuarta entrega de mis modestas aportaciones al debate pre-electoral. Esta plantea algunas cuestiones sobre ciudad y urbanismo, en torno a las dos etiquetas que aparecen en el título, ciudad eco-feminista y ciudad productiva-distributiva.
Hace ya unos meses asistí a una reunión convocada por mi amigo Fernando Pavón para intercambiar ideas sobre los programas electorales para las elecciones municipales que entonces aún no tenían fecha.
La ciudad que queremos / la ciudad que a lo mejor podemos
Como había participado ya en sucesivos grupos de este tipo, cada cuatro años…, y de la última vez, muy poco se había avanzado en las políticas reales, la primera idea que propuse es partir de enfrentar la ciudad que queremos – eslogan que ya habíamos usado en Sevilla en… 1999… y que luego incluso una alcaldesa del PP usó como propio en una campaña ante nuestra (relativa) sorpresa -, con la ciudad que – a lo mejor podamos; esto es, la ciudad que queremos en diálogo con la ciudad que a lo mejor podríamos… “La lista de los reyes magos” a grandes rasgos ya la teníamos de hace cuatro años… pero contando con la experiencia de estos cuatro años con grupos del cambio en los gobiernos municipales, igual era bueno, plantear estos dos escenarios más o menos confrontados entre sí.
Aparece entonces otra idea, que podría expresarse con la noción de estrategias: dando por supuesto que la ciudad que queremos fuera un/el horizonte deseable, qué objetivos, políticas y medidas se pueden realistamente plantear – quizás incluso con diversos escenarios de mayorías/minorías, etc. – para que, sin caer en la fantasía o la delusion que se diría en inglés, pensar en la ciudad que podemos, pero que apunte hacia la que supuestamente queremos, con mayor pragmatismo y eficacia que las acciones más o menos oportunistas y las reacción contra las medidas de los gobiernos de turno que suelen caracterizar – con demasiada frecuencia – a las oposiciones políticas y a los movimientos sociales urbanos.
Ciudad eco-feminista
Sin duda, padecemos un exceso de eslóganes, memes y etiquetas, y proponer o insistir en algunas resulta un poco… ¿patético? Aún así, en aquella reunión propuse las dos mencionadas.
La primera, ciudad eco-feminista, – que justo por aquellos días también había sido propuesta por Equo -, me parecía que sintetizaba dos grandes, o muchas grandes necesidades/deseos/anhelos de buena parte de la sociedad. Una de mis estudiantes más destacadas, Marta Ponferrada, había hecho un TFG sobre el asunto meses antes en el que presentaba una excelente síntesis (el trabajo se basa en buena medida en el de Yayo Herrero y el Col.lectiu Punt 6).
El asunto, creo que bastante conocido, al menos entre gente a la que le preocupan estas cosas, plantea como resulta bastante evidente la composición o convergencia de dos grandes temáticas y su materialización en la ciudad: la ecológica y la feminista.
Tal vez, y eso proponía en aquella ocasión, ambas se pueden representar en la ciudad en torno a la figura de los cuidados, entendida en un sentido amplio, y sin olvidar sus múltiples aspectos problemáticos (véase por ejemplo, Bellacasa, 2017).
La definición de cuidados recogida por Bellacasa considero que es una excelente presentación del asunto (post en este mismo blog, Pérez de Lama, 2017a):
“Los cuidados incluyen todo aquello que hacemos para mantener, dar continuidad y reparar nuestro mundo de manera que podamos vivir tan bien como sea posible. Este mundo incluye nuestros cuerpos, nuestros yo-es (selves) y nuestro entorno, todo lo cual tratamos de entrelazar en una red compleja que sostiene la vida.”
Pocos días después del 8M, lo que pueda significar una ciudad feminista y la necesidad de transformaciones en la ciudad para hacerla más igualitaria no nos resultarán nada extraño. Muy sintéticamente, diría que desde el punto de vista urbanístico, se trataría de modificar la ciudad para que sirva adecuadamente a lo que en la jerga marxista se llama reproducción social – familias, crianza de los niños, entornos domésticos y vida cotidiana, educación, salud, mayores, dependencia… Desde perspectivas feministas se viene usando el término sostenibilidad de la vida; y quizás tendríamos que añadir algo de goce a esta sostenibilidad… Más concretamente, tendría que ver con una urbanismo de la proximidad – equipamientos, espacio público de calidad, modelos de movilidad, accesibilidad y concepto de vivienda, etc. Un desarrollo algo más complejo puede verse en posts anteriores como el dedicado a Dolores Hayden y las feministas materiales como Melusina Fay Pierce (Pérez de Lama, 2017b). En cualquier caso la bibliografía sobre el asunto comienza a ser abundante y tremendamente interesante.
Un texto reciente de la profesora Shannon Mattern, Maintenance and Care (Mantenimientos y cuidados, 2018), me parece que hace muy interesantes aportaciones sobre el tema cuidados y ciudad. Propone allí cuatro grandes áreas para trabajar el asunto, como son, 1) las reparaciones urbanas (de las infraestructuras entre otras cosas); 2) los espacios del trabajo y los cuidados (la vivienda ante todo); 3) los objetos (reciclaje, convivencialidad, obsolescencia…) y…. 4) el código y los datos (las infraestructuras y redes digitales que comienzan a ser de importancia para la producción y la reproducción de la vida urbana…).
Aquí encajarían con naturalidad el mantenimiento y cuidado del arbolado de la ciudad – Fabio, ay dolor… – o la cuestión de la bioclimatización de los colegios… (un post más en este blog, Pérez de Lama, 2017c).
Esta idea de poner los cuidados en el centro hace que la aproximación feminista conecte sin fisuras con la ecológica o medioambiental. Desde hace años repito una pregunta que me planteó un día en clase mi colega y amigo Antonio Sáseta cuando le daba la brasa con esto: ¿Qué pasaría si en lugar de un Plan General de Ordenación Urbana tuviéramos un Plan General de Cuidados Urbanos? ¡Pues eso!
Seguramente nos interesaríamos mucho por la calidad y salud medioambiental de nuestras ciudades, que es parte de la del planeta, que como todos sabemos es muy de preocupar – seguramente mucho. A estos efectos puede estudiarse una extensa bibliografía, que viene al menos de los primeros 70 del siglo pasado… Y más concretamente, los programas municipales de Equo – en Sevilla impulsados incansablemente por mi también compañero universitario Esteban de Manuel, entre muchos otros.
Lo interesante de estos últimos años, sin embargo, es el más profundo entrelazamiento que se viene teorizando – incluso en lugares como la UE o el Congreso de los EU – entre medio ambiente y economía, que últimamente – en realidad al menos desde 2008 – aparece en el debate público con la etiqueta de Green New Deal.
La idea, tal como la formulaba hace unos años, por ejemplo, Jeremy Rifkin (también en el blog, Pérez de Lama, 2015), es que las etapas sucesivas de prosperidad conocidas como la primera y segunda revolución industrial estuvieron caracterizadas por la construcción/transformación masiva de las grandes infraestructuras de energía y comunicación, y que actualmente tenemos la posibilidad – unida a la urgencia de la ¿posible catástrofe climática? – de hacer de nuevo algo parecido componiendo una nuevo territorio con redes de energías renovables y de comunicación digital. Los números, dentro de planteamientos más o menos keynesianos, parecen ser muy verosímiles (Rifkin, Pettifor, Varoufakis… y ahora el think tank de economistas que apoyan a AOC…), y en el caso de España y de Andalucía y Sevilla, realmente representan una de las pocas alternativas socio-económicas y ambientales que tenemos para no seguir en el actual estado de mediocridad económica, si no de crisis. El desafío, por utilizar este término siempre dudoso, es sin embargo doble: por un lado el de la transición energética-infraestructural, pero además, hacerla de modo que está contribuya a una mayor equidad y cohesión social.
Otra cuestión complementaria es la de pensar la ciudad (y el territorio) desde la perspectiva de su metabolismo, los flujos de materia, energía, información-conocimiento, vida… que la atraviesan, – que entran, circulan y salen -, y que en este fluir la constituyen. También los flujos de capital y trabajo…
Ciudad productiva-distributiva
Esta segunda sí que creo que es más novedosa, al menos en su formulación. La idea de ciudad productiva es bastante conocida. Me gusta mucho cómo la viene usando desde hace años, por ejemplo, Vicente Guallart en Barcelona, planteando a los arquitectos, no sólo pensar la ciudad como lugar de consumo – herencia creo del primer Castells: vivienda, espacio público, equipamientos, etc. con una producción que se daba por supuesto y que ocurría en algún lugar pero que funcionaba con sus propias dinámicas –, sino incorporar la dimensión productiva como una prioridad en sus planteamientos: desde los distritos tecnológicos, – pasando por la fabricación digital -, a la agricultura urbana, a la concepción de la infraestructuras (Andrés Jaque, por ejemplo), a los modelos de ciudad densa en los que producción, distribución y consumo se entrelazan aprovechando la proximidad… Desde una perspectiva más política el asunto conecta con el concepto de metrópolis-fábrica de los postoperaístas… Y en realidad éste era o es también el planteamiento neoliberal, que se nombraba técnicamente como supply side economics, si no me equivoco, y en la ciudad, por promover y atraer las inversiones para el establecimiento de industrias, parques tecnológicos, grandes proyectos urbanos, y cosas así.
Para comprender mejor este planteamiento ayuda pensar la ciudad como un enorme dispositivo o máquina para acelerar la circulación de capital; y desde la perspectiva capitalista, para extraer plusvalor de esta circulación. Los ejemplos de las nuevas plataformas digitales globales (movilidad, turismo…) muestras claramente este proyecto de circulación de capital y extracción de plusvalías, en este caso hacia lugares remotos y abstractos – por eso algunos lo califican de extractivismo o plantacionismo…
Se trataría entonces de promover, estimular, etc. procesos de circulación de capital que en lugar de estar orientados al extractivismo lo estuvieran a la distribución a nivel local del valor producido. O a analizar los acoplamientos con los procesos de circulación de capital global, altamente financiarizado, para modularlos desde esta perspectiva… La prueba del peine y la madre del cordero, vamos…
Éste sería un tema aún más complicado… Y no se mucho más que enunciarlo. Cosas como empresas municipales, economía cooperativa, todo lo relacionado con el New Green Deal y por ejemplo la autoproducción comunitaria de energía, o las políticas de vivienda pública y cooperativa, así como el desplazamiento de la balanza hacia los cuidados urbanos frente a los megaproyectos, podrían servir a estos fines. Los esquemas de agricultura y consumo de “Km cero”… Típicamente también se discute el uso de monedas locales-complementarias y de la banca pública en este proceloso territorio. En ciertos casos, estudiados por ejemplo por Soja para la región de Los Ángeles, las alianzas entre instituciones y capital local también son relevantes. Harvey expone también un modelo de gestión de grandes proyectos en el que se tratan de incorporar sistemas de distribución de beneficios, vía espacio público, vivienda social, equipamientos, empleo, intervención en los procesos de decisión… Algo de eso suele haber casi siempre, pero seguramente podría profundizarse más en el asunto. El desarrollo de plataformas digitales producidas y gestionadas localmente, en federación con otras ciudades o con participación local… Las alianzas entre universidades y sistema productivo… Todas estas cosas tienen que ver más, seguramente, con la economía o la organización institucional que con el urbanismo en su sentido más estricto; pero a la vez todas o casi todas tienen una expresión territorial, y ambas cuestiones se refuerzan mutuamente. También plantea la necesidad de pensar el urbanismo más allá de los aspectos más tradicionales de la ordenación espacial y de los usos del suelo, etc.
Por concluir, recordar un proyecto que hice con mis estudiantes, y que serviría como un modelo relativamente sencillo para «empezar.» Hace ya un par de años hicimos un estudio para transformar el sistema de abastecimiento energético del campus de Reina Mercedes de la Universidad de Sevilla y pasar a hacerlo en su mayor parte con energías renovables autoproducidas por la propia universidad o en colaboración con alguna cooperativa de las que están funcionando muy bien en el sector (otro post, Pérez de Lama, 2017d). En grandes números el sistema era rentable a corto plazo, contribuyendo además a generar know how específico y nuevas alianzas con empresas locales, además de tener el potencial de constituirse en un ejemplo, por ejemplo, para toda la red de centros educativos de Andalucía. También habría convertido a la Universidad de Sevilla en un modelo global al nivel de otras instituciones que empiezan a hacer esto: por ejemplo… ¡Google! Por supuesto presentaba dificultades sin resolver, pero para eso la Universidad está llena de expertos y científicos… Lo presentamos aquí y allí, y no fue del todo mal recibido. Hablamos de los objetivos 2020 y los ODS de las Naciones Unidas para apoyarlo… También argumentamos que Sevilla había tenido – justo aquel año era la crisis – una de las principales empresas globales en este ámbito, como era Abengoa… Pero la cosa finalmente quedó en nada. Ni siquiera, si no me equivoco, se incluyó mención alguna en el Plan Estratégico de la US que se diseñaba por aquellas fechas. Igual éste pudiera ser el momento de acometerlo de nuevo con una alianza más amplia y compleja. Y si no con esto, pues con los colegios. Como dicen por ahí, sin riesgo no hay paraíso…
#referencias
Nota previa: No se ha recogido en este post casi ninguna referencia bibliográfica. Pueden encontrarse referencias mucho más amplias en los documentos que se relacionan a continuación.
Shannon Mattern, 2018, Maintenance and Care, en: https://placesjournal.org/article/maintenance-and-care/
Marta Ponferrada Espejo, 2017, La ciudad eco-feminista. Espacios públicos y privados para una sociedad más sostenible e inclusiva, Trabajo Fin de Grado, Escuela Técnica Superior de Arquitectura Universidad de Sevilla. No disponible online actualmente; podría enviarse a las personas interesadas.
María Puig de la Bellacasa, 2017, Matters of Care. Speculative Ethics in More Than Human Worlds, University of Minnesota Press, Minneapolis
Otros posts en este blog:
Notas sobre el Green New Deal; Pérez de Lama, 2015, #AllPowerToThePeople. Ciudad, energía, sostenibilidad, commons, en: https://arquitecturacontable.wordpress.com/2015/01/04/allpowertothepeople-ciudad-energia-sostenibilidad-commons/
Sobre cuidados y M. P. Bellacasa; Pérez de Lama, 2017a, Matters of care – asuntos de cuidados, de cariños, de sostenibilidad de la vida… Sobre el libro de María Puig de la Bellacasa, en:
https://arquitecturacontable.wordpress.com/2017/07/08/matters-of-care-asuntos-de-cuidados-de-carinos-de-sostenibilidad-de-la-vida-sobre-el-libro-de-maria-puig-de-la-bellacasa/
Sobre D. Hayden & M. Fay Pierce; Pérez de Lama, 2017b, Dolores Hayden: feministas materiales; tomar el poder sobre la reproducción social: casa, barrio, ciudad, en:
https://arquitecturacontable.wordpress.com/2017/10/14/dolores-hayden-feministas-materiales/
Sobre bioclimatización de los colegios sevillanos, Pérez de Lama, 2017c, Sobre aire acondicionado, calor en las aulas y cambio climático, en: https://arquitecturacontable.wordpress.com/2017/06/15/sobre-aire-acondicionado-calor-en-las-aulas-y-cambio-climatico/
Estudio de energías renovables para la Universidad de Sevilla; Pérez de Lama, 2017d, Ciencia ficción: transición energética en la Universidad de Sevilla, sostenibilidad, ahorro económico y nuevo modelo productivo
https://arquitecturacontable.wordpress.com/2017/03/14/ciencia-ficcion-transicion-energetica-en-la-universidad-de-sevilla-sostenibilidad-ahorro-economico-y-nuevo-modelo-productivo/