La Universidad Pública insostenible

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Santo Domingo y los albigenses de Pedro Berruguete (1493 - 1499), óleo sobre tabla. Museo del Prado. Imagen procedente de https://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/obra/santo-domingo-y-los-albigenses/

David Patiño Rodríguez

El Gobierno de España por boca de su Secretaria de Estado de Universidades, Srª. Gomendio, no deja de repetir, cada vez que puede, que la Universidad Pública es insostenible. Afirmación que también acaba de suscribir la candidata a la Comunidad de Madrid por el mismo partido que sustenta al Gobierno, la Srª Cifuentes, en lo que parece que será un mantra que no va a cesar de repetirse. En este caso, el término mantra parece especialmente adecuado, porque la afirmación se realiza sin ir acompañada de datos que la sostenga.

En realidad, tal sentencia culmina una serie de clichés que se han venido repitiendo a lo largo de la legislatura y que ahora vemos que tenían como objetivo preparar el terreno para que la gente interiorizara el mensaje que nos quieren transmitir. Sería imposible referirnos a las innumerables columnas de opinión, más o menos informadas, que se han venido recogiendo en la prensa afecta, pero sí que nos gustaría recordar que el Ministro Wert afirmó que en España había 79 universidades frente a las supuestas 10 que había en California. La realidad es que únicamente en la ciudad de Los Ángeles hay 20 y en el Estado hay muchas más de 79. No obstante, el principal mito en torno a la universidad en España es la supuesta hiperinflación de estudiantes que sufrimos. Con datos que aparecen en la propia web del Ministerio y para 2013 es fácil ver que a pesar de esta supuesta abundancia de titulados, poseer estudios superiores constituye una inversión bastante buena para los jóvenes. Los titulados universitarios de 25 a 34 años, tanto hombres como mujeres, tienen mayores tasas de actividad, mayores tasas de empleo (más de 10 puntos porcentuales que los que tienen estudios de secundaria), menores tasas de paro (8.4 puntos porcentuales menos) y unos salarios que son de media un 13% superiores (un 22% por encima de la media en el caso de los hombres jóvenes y un 7% en el caso de las mujeres jóvenes). Me he limitado a los jóvenes porque parece que nos intentan hacer creer que los estudios universitarios están agotados y no valen para nada [1].

Aparte de estas cifras, ya de por sí reveladoras, la universidad pública aporta un factor fundamental para el desarrollo de las naciones, que no es otro que la crítica. La crítica es consustancial a la democracia y constituye un factor fundamental de progreso, a pesar de que el gobierno de este país ha demostrado sobradamente que en lugar de fomentarla, la reprime como las peores dictaduras. Los sectores críticos de la sociedad ponen de relieve las cosas que no funcionan bien y aportan propuestas para mejorarlas. Al margen del parlamento, las dos actividades que en una democracia están llamadas a realizarla son la prensa y las universidades. Todos conocemos las consecuencias que la concentración en los medios de comunicación y el férreo control que los gobiernos del PP han hecho de las televisiones públicas ha provocado en el sector de la prensa. En el caso de la universidad pública no ha sido posible el control. La autonomía en su funcionamiento, su número y descentralización, las ha protegido de las tradicionales injerencias del poder y si bien, el franquismo se enquistó en muchos sectores universitarios, el buen hacer de los investigadores y docentes lo ha superado y ha conseguido que los guardianes de las esencias del régimen se fueran quedando olvidados en sus despachos (los cuales seguro que son todos enormes). Los resultados de estos docentes e investigadores son bastante meritorios y muy por encima de una financiación que por alumno es un 27% inferior a la de Alemania, un 61.4% menor a la de Dinamarca, un 36.6% inferior a la de Finlandia, un 58% inferior a la de Suecia o un 103% inferior a la norteamericana, esa que tanto le gusta al Sr. Wert., tan solo por indicar algunos ejemplos, cifras que consideran las diferencias en el coste de la vida de esos países y el nuestro y que de nuevo, aporta el ministerio que dirige [2].

El resultado de todo este buen hacer ha sido una de las banderas de la modernidad y que más orgullo ha provocado a los españoles. Estoy seguro de que extender los estudios universitarios a amplias capas de la clase media, constituye uno de los logros de nuestro país que cualquiera citaríamos si nos preguntaran. El resultado ha sido una universidad moderna, aceptablemente productiva y que constituye una de las pocas fuentes de crítica de las políticas del gobierno. Porque además, la universidad no realiza únicamente crítica de modo directo, la población con estudios universitarios también es mucho más democrática y mucho más exigente con sus derechos. El resultado de toda esa mentalidad, el resultado de esas masas de efectivos de las clases medias y medias-bajas con elevados niveles formativos no podría ser otro que movimientos como el 15M, de base profundamente universitaria. Y cuando esa masa de población formada percibió que la protesta no cambiaba nada, generó la actual bestia negra de la España como dios quiere y manda. Si a eso le unimos que el Rector de la Universidad más importante es, nada más y nada menos, que el hijo de Carrillo, el resultado no podía ser otro que la fuerte ofensiva que está sufriendo la universidad en los últimos años. Hemos visto con pocos datos que sin lugar a dudas, sobran universitarios pero sobre todo, sobran universidades…públicas y libres. El gobierno no quiere menos universidades, quiere otras universidades. Quiere universidades que sean propiedad de gente respetable. El modelo del Gobierno de la Universidad es el de los medios de comunicación, al menos en los ámbitos de las ciencias sociales, que es el que les interesa de verdad porque es el que crea opinión. Quieren universidades que publiquen informes de coyuntura, como dios manda, que muestren la fortaleza de la recuperación económica o que, si cambian las mayorías parlamentarias, demuestren “científicamente” lo desastroso que es el gobierno de turno. Y por supuesto, con la raíz cristiana que hay en el resto de niveles de educativos, pero que en el universitario se había resistido. Y desde luego, no quieren una universidad a la que puedan acceder los hijos de los obreros como ha sucedido a lo largo de estas décadas. El cambio en las bases que determinan las becas es una perfecta muestra del modelo de universidad al que aspiramos. Los estudiantes adinerados pueden ser estudiantes del montón pero a los pobres no les queda más remedio que ser estudiantes brillantes. Los pobres tienen que aprender a hacer oficios de pobres y que no piensen mucho, no sea que creen partidos políticos con expectativas de gobernar. Como instrumento para conseguirlo hemos establecido tasas que a pesar de lo que dice machaconamente la Srª. Gomendio, se encuentran entre las más caras de Europa. Echo de menos que el Sr. Wert nos informara de que en 11 países europeos los estudiantes no pagan tasa alguna. Entre estos países está Austria, Alemania, Finlandia o Suecia, pero también Turquía, Escocia, Chipre o Estonia [3].

Por tanto, la hoja de ruta está clara, y consiste en exportar el modelo de Lucía Figar a la Universidad: promover las universidades privadas, principalmente las de propiedad católica. Al mismo tiempo estrangulamos financieramente a las universidades públicas. Especialmente a su personal en formación que tiene que nutrir, como mano de obra barata, de doctores a las nuevas universidades privadas. Y con la excusa de alcanzar la productividad que ya hemos alcanzado, eliminamos la funcionarización del profesorado. Un profesorado precario es ideal para que no diga cosas contrarias a la moral y el respeto. El modelo además, genera un doble dividendo, pues al sustituir subvenciones por tasas favorecemos a los bancos. La universidad es la perla del sistema educativo, no hace falta más que ver la ofensiva comercial que lleva realizando la principal entidad financiera del país en los últimos años. Únicamente pretende tomar posiciones en el mercado de los préstamos para estudiar en la universidad que sin duda, esperan que sea uno de sus principales mercados. Con lo que cerramos el círculo.

Estas reflexiones son totalmente compatibles con la consciencia de la necesidad de reformar la Universidad Pública española, en especial para acabar con los ramalazos antidemocráticos que aún persisten, acabar con la precariedad inasumible de buena parte de su personal y alcanzar niveles de financiación similares a los países de nuestro entorno. Pero se han escrito con la intención de que se tengan en cuanta cuando nos digan que la universidad pública, una de las perlas de nuestro estado del bienestar, no es sostenible. O cuando nos digan que únicamente están terminando con los privilegios corporativos de un estamento favorecido… imposible terminar sin decirlo, con más vacaciones que nadie

[1] Los datos de la educación en España. Curso 2012-2013 (Edición 2015), http://www.mecd.gob.es/servicios-al-ciudadano-mecd/estadisticas/educacion/indicadores-publicaciones-sintesis/cifras-educacion-espana/2015.html

[2] Idem

[3] Sacristán, V.; Herranz, A. y Mir, J. (2014), «El cost d’estudiar a Europa», Observatori del sistema universitari, http://www.observatoriuniversitari.org/blog/2014/06/19/el-cost-destudiar-a-europa/

2 comentarios en “La Universidad Pública insostenible

  1. Muy bueno profesor Patiño!!

    Igual algunos enlaces con las referencias a los datos que citas para darle más solidez aún a los argumentos! A mí me gusta este artículo sobre cómo destruir la universidad (estadounidense) en cinco sencillos pasos – relativamente coloquial, pero es que se ve muy claramente los pasos que se quieren dar aquí también, por parte de nuestros actuales gobernantes… https://junctrebellion.wordpress.com/2012/08/12/how-the-american-university-was-killed-in-five-easy-steps/

    Por supuesto también está muy bien el del año pasado o de hace dos años de Chomsky… Bueno y seguro que tantos y tantos otros: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6738

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  2. Otros dos buenos, me parece, artículos recientes incidiendo en cuestiones tratadas arriba.

    El título «Del intelectual al burócrata ilustrado» de uno de ellos me parece muy sugerente – con todos los respetos, desde luego, para los compañeros que intentan mantenerse a flote o «buscarse» la vida en las nuevas prácticas universitarias:
    http://www.sidesout.com/la-muerte-del-intelectual-y-el-auge-del-burocrata-ilustrado-2/

    http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-04-08/la-cuantofrenia-una-definicion-de-la-estupidez-que-impera-en-la-universidad_749102/

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