Reflexiones macroeconómicas de un aficionado, al hilo de El Capital de Marx. Misterio del crecimiento sin fin, plusvalías, demanda agregada, circulación del capital y ¿vuelta a la producción local? Como amateur total de la economía, o seguramente de la economía política, lo que aquí planteo son más bien preguntas a mis amigos economistas…
Man Ray, 1920, Dancer-Danger. Félix Guattari usa como ejemplo esta obra de Man Ray para ilustrar su teorías de las «máquinas» (con lo que se refiere a lo que otros llamarían estructuras o sistemas) – «heterogenéticas», precarias, siempre al borde de la destrucción…
José Pérez de Lama
Capital constante y capital variable
Según Marx, (El Capital, capítulo 8: Capital constante y capital variable) el valor de un producto (mercancía) es igual al valor de los medios de producción empleados (capital constante «c») + el valor de los salarios (capital variable «v») + las plusvalías («s») generadas en el proceso, el beneficio.
El capital constante, «c», es el capital invertido por el capitalista en los medios de producción: materias primas, medios auxiliares, maquinaria, edificios (partes proporcionales), etc. [1] El capital constante, «c», según el modelo de Marx es recuperado por el capitalista cuando vende el producto, momento que Marx denomina «realización» de la mercancía. El capital podrá volverlo a emplear para seguir produciendo.
Los salarios, «v», según el modelo de Marx (teoría del valor-trabajo) serían equivalentes al valor necesario para reproducir la fuerza de trabajo, esto es al valor de los bienes y servicios que consumen los trabajadores para su reproducción (individual y social). No puede haber ahorro en este supuesto; y se debe observar que sencillamente el valor de v nunca podrá alcanzar (consumir) la totalidad del sumatorio de «c + v + s». Los salarios, «v», son siempre inferiores al valor de las mercancías.
El plusvalor o plusvalía, «s», es el beneficio que obtiene el capitalista cuando se vende el producto. Aunque según el modelo de Marx todo el valor es generado por el trabajo vivo, esto es, por la fuerza de trabajo, – el capital constante tan sólo reproduce su valor en el proceso, la plusvalía corresponde al capitalista, tras haber comprado en el mercado la mercancía «fuerza de trabajo», y haber aprovechado su «valor de uso». La clave para Marx es que valor de cambio (valor) y valor de uso de la fuerza de trabajo no son iguales en el proceso de producción capitalista, y esta diferencia es la que genera el plusvalor.
El plusvalor es lo que da lugar a la acumulación de capital por parte de los capitalistas. El ideal para el capitalista es volver a invertirlo ampliando el proceso de producción y generando así más capital. Esta es la condición del capitalismo que hace que sea inseparable del crecimiento.
Parte de este plusvalor, no obstante es gastado en consumo.
Si consideramos que C + V + S sea el valor total de las mercancías producidas en un sistema, se intuye que para que éstas sean realizadas, esto es, consumidas, hacen falta otros agentes además de trabajadores y capitalistas, ya que la suma de V y de una parte de S que los capitalistas puedan gastar no pueden alcanzar el precio total de las mercancías.
Diagramas capital constante / capital variable / plusvalía según K. Marx, El Capital, y diferentes ratios que analizan sus relaciones
La realización del valor del las mercancías, consumo, demanda agregada
¿Quién entonces compra las mercancías para que los capitalistas puedan recuperar el capital invertido («C»), pagar los salarios (capital variable, «V») y realizar la plusvalía («S»)? (El Capital, Capítulo 10: La jornada de trabajo, y Capítulo 12: El concepto de la plusvalía relativa).
Como ya se ha mencionado, en primer lugar los trabajadores gastan sus salarios y consumen una parte de los productos. Por lo general consumirán productos más bien económicos; por ejemplo, no compararán Lamborghinis.
Además de los trabajadores implicados en el proceso de producción final, hay otros trabajadores que han participado en la producción de los propios medios de producción (máquinas, edificios, materias primas, medios auxiliares…) que también gastan sus salarios. El valor de estos salarios, no obstante, es necesariamente reducido comparado con el valor final total de las mercancías a la venta – el valor de los medios de producción, del que estos salarios son una fracción tiene que ser necesariamente inferior al valor de las mercancías para que haya beneficios. (Ver diagrama nota 1).
Podemos pensar que una parte de las plusvalías van a impuestos, y que ésta se convierte en consumo vía gasto público – entre otros, el gasto de los trabajadores públicos (salarios) para su propia reproducción. Esta parte, los impuestos que se convierten en gasto público, lógicamente sólo es una fracción de «S». [3]
Otra parte más de las plusvalías la usarán los capitalistas en gastos necesarios para su propia reproducción individual y social, así como en otros gastos, que se tienden llamar «lujosos» (gastos por encima de las necesidades básicas de los trabajadores, por ejemplo, el Lamborghini).
En los momentos fundacionales de la economía política a principios del siglo XIX, Malthus enfatizaba la necesidad de una clase ocioso y rica para que la circulación de capital pudiera efectivamente suceder. [2] Todavía en tiempos de Marx se seguía estimando que la mayor parte de lo producido era consumido por la burguesía y las clases altas rentistas o ricas por razones ajenas a los procesos de producción industrial-capitalista, y era ésta la que completaba el feedback (consumo) para hacer posible la circulación del capital.
Finalmente, otra parte de las plusvalías puede «realizarse» en las exportaciones, – tiene que haber un mercado al que «interesen» los productos, por razones de calidad, precio, etc.
Entre todos estos agentes e instancias, – salarios, gasto público, gasto de partes de las plusvalías y exportaciones, más otro adicional que veremos a continuación – deberá poder consumirse el total de la producción para que el ciclo de producción-acumulación capitalista puede producirse de manera continua.
La mayor parte del plusvalor, no obstante se convierte en acumulación de capital. Si esto sucediese no habría propiamente capitalismo. El capitalista no se gasta o guarda este capital en un cajón o debajo de la cama, sino que intenta reinvertirlo ampliando la producción, para aumentar así los beneficios en el siguiente ciclo. Según subrayan Marx y Harvey, el capitalismo es ante todo un proceso, que aspira a funcionar constantemente y cada vez a mayor velocidad, para multiplicar la acumulación. Pero para que un sistema así funcione, resulta evidente que el mercado, el número y/o la capacidad adquisitiva de los compradores, deberá crecer en paralelo al crecimiento de la producción.
Crisis de sobreacumulación
Si no hay mercado para absorber los nuevos bienes y servicios de la producción ampliada se genera una «crisis de sobreproducción»; y como otra cara de esta situación una «crisis de sobreacumulación»: hay demasiado capital pero no hay alternativas para invertirlo provechosamente para los capitalistas en ampliar la producción porque no hay quien venda / compre esta mayor cantidad de productos… Es parte de la crisis actual.
Eso llevaría – en este planteamiento – a que la producción se estancaría en un cierto límite, pero no necesariamente a que hubiera regresión, paro creciente, etc. Los capitalistas seguirían acumulando ganancias, pero no tendrían como reinvertirlas.
Este supuesto se daría en una economía cerrada a las importaciones y en la que la única opción del capital fuera reinvertirse en el sistema o mercado local que considerábamos de partida.
La siguiente alternativa es el crédito – lo que ha ocurrido durante la última burbuja inmobiliaria y durante las décadas precedentes [Harvey, Krugmann, referencias pendientes]: la banca concede créditos a los trabajadores para que puedan comprar más cosas – coches, casas, teléfonos móviles, vacaciones…- para que así el sistema pueda continuar creciendo. (También que cada vez haya más trabajadores-asalariados.) El equilibrio, o la sostenibilidad más bien, de este sistema radicaría en que los receptores de los créditos, los trabajadores en su conjunto, puedan ir ganando más, o por lo menos manteniendo su nivel de ingresos, gracias al crecimiento del sistema, – para que puedan ir pagando los créditos… El crecimiento apoyado en el crédito tiene apariencia de ser un equilibrio delicado… Parte de esto es lo que no ha sucedido a mucha gente, particulares – no han podido hacer frente al pago de los créditos. Aunque los créditos también han sido en su mayor parte a las empresas, por ejemplo inmobiliarias, que confiaban en última instancia en la venta de sus productos en el mercado.
Uno imagina sin demasiado esfuerzo que la deuda pública también está relacionada con la misma dinámica. Sin saber mucho, parece milagroso que se haya sostenido durante tanto tiempo.
El esquema hasta aquí suponía un sistema cerrado, que sólo tenía «exportaciones». Se intuye que tendría posibilidades de funcionar con una cierta estabilidad e incluso un cierto nivel de control…
Importaciones y capital externo y ciclos de producción-consumo. Uneven geographical development
Sin embargo, un sistema abierto en el cual el mercado local recibe tanto productos externos como capital externo, como el de la actual economía global, se hace más complejo de visualizar, y de navegar, cuanto menos de controlar o modular…
Ser una especie de surfer de este sistema, un financiero de un fondo de inversiones global o algo así debe ser comparable a conducir un fórmula 1 o haber liderado un ejército en la revolución blochevique… [4]
Volviendo a nuestro pequeño modelo, para empezar, los salarios y plusvalías derivados de la venta local de los productos importados (producidos en otro sitio) salen fuera del sistema (por ejemplo a China o a Alemania). Especialmente los salarios, pero también el consumo «lujoso» que corresponderían a estas ventas, se substraen del mercado local. Los capitalistas están en otro lado. La venta de los productos importados compite, además, con la «realización» de la producción local en los mismos ámbitos. Las importaciones sí suponen una cierta contribución económica al sistema local a través de la distribución (puestos de trabajos en ventas e impuestos).
En el caso de los distribuidores online tipo Amazon, con estructuras locales mínimas, y cuyos impuestos son abonados en su mayor parte o casi en su totalidad en «Luxemburgo», este efecto de «extracción de valor» de la economía local es mucho mayor.
Es fácil ver que el carácter de ciclo (espiral) en relativo equilibrio se hace más difícil de mantener si parte de los inputs y sobre todo el feedback (recursos para el consumo) que deben retroalimentar el sistema son desviados hacia fuera de la circulación local de manera significativa y continuada.
El efecto del capital externo invertido en actividades productivas es más difícil de dilucidar. En principio, los salarios cuando se trata de producción local permanecen en el sistema y son una contribución positiva. Sin embargo el «consumo lujoso» que podría asociarse a las plusvalías no se produce localmente. En este sentido es una versión moderada de las importaciones. Se intuye, sin embargo, como sugiere el ejemplo de la burbuja inmobiliaria, que el capital extranjero tiene un carácter oportunista, que tiende a competir con y a debilitar, cuando no a destruir la producción local. Como explica Harvey, el capitalismo se basa en lo que denomina «uneven geographical development» (desarrollo geográfico desigual): en la era de la globalización de manera acentuada, el capital se desplaza permanentemente allí donde encuentra mayores oportunidades de beneficio, por ejemplo, para producir allí donde las condiciones locales permiten hacerlo más barato. La inestabilidad, las crisis, las devaluaciones locales, la explotación de procesos de «acumulación primitiva» no son tanto accidentes que aprovecha el capitalismo como productos de éste. ¿Quizás el decrecimiento va de eso? Voy a tenerme que poner a estudiar economía en serio… Aunque sea para comprender el mundo…
¿Necesidad de construir una economía local no capitalista?
Siguen aquí unas conclusiones personales y muy superficiales. Con este panorama tan sucintamente descrita, y recordando una conversación, hace ya casi 15 años, con el pensador y activista oaxaqueño Gustavo Esteva, uno preguntaría a los expertos si no sería razonable intentar construir una economía local de una cierta estabilidad – de subsistencia decía Esteva para Chiapas – en la línea de las políticas de sustitución de las importaciones de los países latinoamericanos de los años 60, el uso de la moneda local, la renta básica, los mercados sociales, cooperativas… -, protegiéndola de, y haciéndola compatibile con otra parte de la economía que participe a su vez de la economía global – pero en la que las importaciones y la incorporación del capital global se haga siempre intentando asegurar un balance razonablemente equilibrado entre riesgos y beneficios, al menos en el medio y largo plazo.
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[1] El valor de los medios de producción empleados (máquinas, materias primas, medios auxiliares, etc.) puede describirse igual que el de la mercancía principal. El valor de las materias primas incorporados en una mercancía sería c’ + v’ + s’. El valor que aporta a una mercancía una máquina que se incorpora a su proceso de producción, que se irá amortizando en su uso a lo largo de su vida útil, sería c»+ v»+ s». Por simplificar el argumento no incluyo este asunto en el desarrollo principal, aunque resulta interesante ver como es el proceso, que se explica en el diagrama a continuación:
Una pequeña simulación numérica que complementa el diagrama superior
Valor total mercancías para consumo = c + v + s
Que podría distribuirse por ejemplo así,
c = 36; v = 36; s = 36; valor total de la mercancía = 108
A su vez, el valor de los medios de producción; capital fijo podría redistribuirse así
c = (c’+ v’+ s’) + (c» + v» + s»)
Cuya sub-distribución por ejemplo podría ser
c1 = 18 = c’ + v’ + s’; con c’ = 6; v’ = 6; s’ = 6
c2 = 18 = c» + v» + s»; con c» = 6; v»= 6; s» = 6
Lo que nos daría un total para los salarios de
v_total = v + v’ + v» = 36 + 6 + 6 = 48
Y para las plusvalías de
s_total = s + s’ + s» = 36 + 6 + 6 = 48
Se observa que la suma de salarios y plusvalías, 96 (en el supuesto no verosímil de que la totalidad de éstas se dedicaran al consumo) no alcanza el valor total de las mercancías 108.
[2] De los impuestos saldría también la hipotética renta básica o una renta suplementaria para los trabajadores que también engrosaría el consumo o «realización».
[3] En relación con el consmumo lujoso, el célebre libro, The Theory of the Leisure Class, del economista norteamericano Thorsten Veblen reflexiona sobre las relaciones entre la función económica, social y subjetiva de lo que llamaba consumo conspícuo que para él caracterizaba a la clase capitalista.
[4] En la novela The Dervish House (2010), que leí recientemente, su autor Ian MacDonald evoca de manera muy sugerente un personaje así… Una nota literaria cyberpunk…
Me explica mi colega Patiño que la forma canónica de describir / cuantificar actualmente la demanda agregada es:
consumo +
inversiones +
gastos en bienes y servicios +
exportación
Creo que no contradice demasiado lo que escribí…
Seguimos!
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Un pequeño apunte…exportaciones netas o diferencia entre las exportaciones y las importaciones. Te recomiendo el primer capítulo del capital (en este caso del siglo XXI) porque la nueva estrella del rock de la economía mundial (que me da la impresión de que su reinado va a durar mucho) explica de manera muy precisa, a la vez que didáctica, todos estos conceptos…
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Muchas gracias por el trabajo espectacular que estás haciendo. Intentar hacernos asequibles a los profanos la obra de Marx es un trabajo grandioso y me encanta.
Alguna reflexión, más general sobre la cuestión, que específica del post. Lo que destaca en la obra de Marx es la la cantidad de temas sobre los que fija su atención que son claves para entender el mundo actual. Independientemente de que su teoría del valor tenga muchos agujeros, es evidente que la que consideramos como buena también los tiene. El concepto de lucha de clases es, por más que los que ganan esta lucha quieran obviarla, una cuestión sin que se pueda entender el mundo actual. La explotación de las personas, cómo el proceso capitalista consigue deshumanizar a las personas y transformarlas en rayitas en unos ejes cartesianos es una obra de arte del capitalismo que ha conseguido que interioricemos esa superestructura ideológica y que todo lo que no sea eso, sea algo irracional. Y desde luego no han nada más irracional que tratar como máquinas a personas que tienen sus vidas, sus hijos y sus familias y que aman…y todo para adquirir más propiedades o un coche nuevo o…o dinero en sí mismo.
Las relaciones entre el capital y el trabajo y la productividad, sabes que son de mucho interés para mí y es preciso explicarlo bien a las actuales generaciones, porque es evidente que la plusvalía es únicamente posible cuando los trabajadores no son conscientes, exactamente de cuál es el valor de lo que están produciendo…
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Hola David, gracias por los comentarios!
Esto otro enlace que me pasaste, de Michal Kalecki, el economista polaco – que desarrolló, según dicen, algunas de las principales ideas de Keynes antes que el propio Keynes -, plantea algunas cosas parecidas a lo que yo intento balbucear. Lo dejo aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Micha%C5%82_Kalecki
Saludos!! j***
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