#AllPowerToThePeople. Ciudad, energía, sostenibilidad, commons

Segunda entrega de la serie sobre ciudad y elecciones municipales: convergencia de Internet y redes distribuidas de producción de energías renovables, cooperativas de servicios públicos, +++

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Imagen 01: Diagrama de los 5 pilares de la Tercera Revolución Industrial según Jeremy Rifkin (2011). Haz click en la imagen para verla más grande.

#AllPowerToThePeople. Ciudad, energía, sostenibilidad y commons

José Pérez de Lama, 30.12.2014 / v 0.1

Well I think it’s fine, building jumbo planes.
Or taking a ride on a cosmic train.
Switch on summer from a slot machine.
Just get what you want to if you want, ‘cause you can get anything.

I know we’ve come a long way,
We’re changing day to day,
But tell me, where do the children play?

Cat Stevens, hacia 1970 [1] (http://youtu.be/NXxcMw5PTDg)

All Power to the People! Esta expresión es un clásico del final de las reuniones de militantes de izquierda en los EU – al menos de las que yo frecuentaba en Los Ángeles, California, en la onda de la alterglobalización hacia el año 2000. Obviamente en aquellos contextos significaba “Todo el poder para el pueblo” (o para la gente). Además de esa ambivalencia entre pueblo y gente (people), hay otra ambivalencia semántica entre power como poder y power como energía – como en energía eléctrica; ambivalencia que hace que hoy #PowerToThePeople sea un lema que se use también para defender la idea de la producción distribuida, p2p, de la energía –; distribuida como la producción distribuida de la información en Internet, frente a su producción centralizada por parte de grande empresas oligopolísticas a la que estamos acostumbrados desde hace décadas; – como habíamos estado acostumbrados al monopolio de la información por parte de la prensa y la tv, hasta finales del siglo 20. Producción distribuida con energías renovables, el sol que luce igual para todos, el viento, etc.

En mi opinión la mejor articulación técnica de este planteamiento es la que hacen Jeremy Rifkin y con algunas variaciones Vicente Guallart [2]. En ambos casos se plantea la convergencia del sistema socio-técnico de Internet y de las redes en general, con la generalización de la producción, o mejor expresado, captación de energías renovables, y con paradigmas quizás más añejos – pero no por ello menos relevantes – como los de la arquitectura bioclimática, la bioconstrucción, la permacultura y los estudios sobre ecosistemas y metabolismo natural. Según explica Rifkin en su libro de 2011, – aunque había venido desarrollándolo desde años antes [3] -, las sucesivas convergencias de nuevos sistemas de producción de energía con nuevos sistemas de comunicación y transporte son la que habían dado lugar a las sucesivas revoluciones industriales – y económicas -, la primera del carbón, el ferrocarril, el telégrafo y la prensa; la siguiente del petróleo, el automóvil y la televisión; y la actual la Tercera Revolución Industrial, TIR, según la nomenclatura rifkiniana, que se caracterizará por la convergencia de energías renovables e Internet. En la visión optimista de Rifkin, está en manos de la sociedad la posibilidad de construir esta Tercera Revolución Industrial de manera que de lugar a un nuevo ciclo económico que se fundamentaría en el desarrollo y la construcción de las nuevas infraestructuras, – apoyadas en nuevos modelos de educación, nuevas profesiones, una nueva empresarialidad, nuevos empleos, etc. que hagan posible esta gran transformación.

Según expone Rifkin en el libro donde desarrolla el asunto, la Unión Europea ya tomó numerosas iniciativas en este sentido.[4] Actualmente Alemania y Dinamarca, lideran esta nueva economía en Europa. En Alemania, en 2014 las renovables producían ya un 24% del total de la energía eléctrica consumida; y aún más interesante, de esta producción, más de un 50% era llevada a cabo por particulares, cooperativas y empresas locales.[5] Otra referencia de interés son las empresas de Elon Musk uno de los magnates netárquicos, netarcas, de Silicon Valley, que viene promoviendo tanto los coches eléctricos con Tesla Motors, como la autosuficiencia energética de la edificación con SolarCity, sobre la que comentaré un poco más adelante.[6] Éste sería el modelo a implementar, en nuestro caso en Sevilla ciudad o área metropolitana.

[ver imagen01]

Los cinco pilares de la Tercera Revolución Industrial

Expongo a continuación de manera muy sucinta el planteamiento de Rifkin, que es más sistemático y fácil de entender que otros. El autor propone un despliegue de cinco pilares, que deberían desarrollarse de manera sinérgica para poder generar un efecto de transformación radical:

(1) El primero de los pilares es el de la transición de un sistema energético basado en el petróleo a otro basado en las energías renovables – radiación solar, viento, biomasa, geotermia, hidráulica, etc. En general, en el modelo de Rifkin, todas estas energías se transforman en electricidad.

(2) El segundo pilar es la conversión de los edificios de consumidores en productores de energía, esto es, la transformación de los edificios en micro-plantas de producción de energía – producción local y distribuida. Con las tecnologías actuales y en nuestra región (Andalucía) un edificio medio de dos plantas, usando energía solar, es capaz de producir aproximadamente tres veces la energía que consume.[7]

(3) Incorporación en la edificación, o a escala local, de dispositivos de almacenamiento de energía para regular el carácter cíclico de la mayor parte de las energías renovables – especialmente el sol que sólo luce durante el día y no lo hace igual todos los días. La tecnología propuesta por Rifkin, quizás uno de los puntos menos evolucionados de su modelo, es la de células o pilas de hidrógeno (fuel cells), que tendría la virtud entre otras, de no producir contaminación. El subproducto de su funcionamiento es agua.[8]

(4) El cuarto pilar consiste en la implementación de una red que conecte entre sí a los diferentes productores de energía y permita el intercambio, p2p, entre puntos con excedentes y otros con necesidad de energía adicional, así como con las redes de producción centralizada. A esta red es a la que se viene llamando #InternetofEnergy. También se la viene denominando #SmartGrid, aunque esta denominación no necesariamente incorpora el concepto de producción p2p de la energía.

(5) Finalmente, estaría el último pilar consistente en la transición de la movilidad basada en el petróleo a una movilidad, – transporte público, coches, bicis –, eléctrica. Los vehículos se alimentarían de la energía [renovable] excedentaria producida en la edificación.

La mayor parte de las tecnologías necesarias para la implementación de esta nueva máquina de producción y distribución de la energía está ya disponible, – o podría estarlo próximamente. Se trata por tanto de una cuestión de voluntad social y política el que se llegue a producir esta transición, y especialmente la manera en que llegue a hacerse; – si se hace según el modelo [distribuido] de Internet 1.0 o según el modelo [centralizado] de la TV, por ponerlo de un modo muy esquemático.

Casi no es necesario afirmar que el diagrama propuesto por Rifkin, – que compila en realidad múltiples reflexiones y desarrollos tecno-científicos y socio-técnicos de diferente procedencia -, tendría la ventaja de resolver muchos de los actuales problemas de destrucción ambiental – contaminación y cambio climático, agotamiento de recursos vitales para nuestro actual sistema de vida… – que padecemos como ecosistema planetario. Pero entiendo que tiene otras muchas virtualidades.

Green Economy & Green New Deal

Una de ellas es que plantea la posibilidad de generar una nueva economía, lo que se viene denominando green economy, que según su planteamiento posibilitaría la recuperación económica de las actual crisis, y serviría de trampolín para una futura economía que podríamos llamar del post-trabajo.[9] En su planteamiento, esta transición del petróleo a las renovables, a la Tercera Revolución Industrial, podría darse en un plazo de 50 años, un tiempo similar al que tomaron las transiciones precedentes a la economía del carbón y la máquina de vapor, y posteriormente a la del petróleo y el automóvil. Otro aspecto a mi juicio positivo es que en la transición y el futuro imaginados por Rifkin hay lugar para la mayor parte de los agentes y grupos sociales que componen el mundo actual; lo que plantea será viable con una especie de Green New Deal, en que se redistribuya y re-equilibre el poder entre estados, empresas y ciudadanía o clase trabajadora.[10] Aunque sin duda esto será una cuestión polémica, es interesante en mi opinión que el asunto no se plantee como un zero-sum game, sino como un juego en el que todos los participantes puedan ganar; – aunque habrá sin duda perdedores, como serían los agentes con posiciones de poder muy dominantes en la actual economía del petróleo, que no fueran capaces de reciclarse a la green economy. Volveré sobre este asunto para hacer alguna matización. Finalmente, una cuestión de carácter subjetivo, pero que no me parece despreciable, sino al contrario, que me parece fundamental. El escenario que plantea Rifkin estimo que es uno de pasiones alegres, que llamaría Spinoza [11], – un escenario que puede producir ilusión colectiva – frente a los más habituales de la ecología tradicional que suelen promover actitudes de culpa, y pasiones más bien tristes

Otra virtud de la propuesta de Rifkin y propuestas relacionadas, ésta de orden más teórico, conceptual o abstracto, – aunque en mi opinión no por ello menos relevante -, tiene que ver con la composición de planteamientos de la ecología ambiental más tradicional, con otros aspectos que autores como Feĺix Guattari han descrito como ecología social y ecología mental. No me resulta fácil de explicar en pocas líneas esta cuestión. Pero entiendo que tiene que ver con una superación realista y saludable de la separación propia de la modernidad entre naturaleza y artificio, cuerpo y mente, mundo material y mundo mental. Algo que el mencionado Guattari denominaba ecosofía, y que definía como la adecuada, sabia – y por otra parte necesaria – articulación de los tres registros complementarios del mundo físico, natural y maquínico, del mundo social y del mundo mental o de la psique.[12]

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Imagen 02: Diagrama de los cinco pilares de la Tercera Revolución Industrial ampliados según Rifkin (2011) y J. Pérez de Lama, 2014. Haz click en la imagen para verla más grande.

Concreto un poco más, para plantear algún caveat, alguna precaución, al modelo rifkiniano y a otros como el de Guallart. Tanto Rifkin como Guallart plantean de manera, a mi juicio, ingenua, que son las corporaciones, el espíritu emprendedor de un capitalismo ilustrado o al menos renovado, el que liderará este cambio con sus innovaciones científicas y empresariales. Michel Bauwens, por ejemplo, según entiendo, también ha planteado en algún momento que será una nuevo sujeto social emergente, al que llama netarquía, el que podría pactar de algún modo con la mayoría de la población para llevar a cabo la transición a este nuevo modelo productivo (Bauwens, 2014). Uno no puede reprimir un cierto escepticismo respecto de esta forma de ver las cosas, y sólo confiaría en un cambio más auténticamente bottom-up, que fuera liderado por la multitud, o la ciudadanía, más parecido a lo que ha ocurrido en la última década en buena parte de Latinoamérica, o esperemos que pueda ocurrir en Europa con movimientos-partidos como Syriza o Podemos, y las alianzas que estas organizaciones sean capaces de articular en torno suya.

Bürgerenergie

En Alemania parece ser que es en buena parte la ciudadanía la que está produciendo la energía [Bürgerenergie!][13] cediendo sus excedentes a la red – en un marco jurídico similar al que teníamos en el Estado Español antes de que lo modificara Rajoy y su equipo petrolero… En una primera aproximación no me resulta claro el sistema de financiación para los particulares en este proceso de Energiewende [transición energética]. El ejemplo de SolarCity en California es mucho más claro. Como ya comenté previamente, esta es una empresa promovida por Elon Musk uno de los nuevos magnates de Internet que está derivando su actividad a las energías renovables. SolarCity financia las obras a los particulares de forma muy interesante. Al contratar con SolarCity los particulares hacen un lease o alquiler de una instalación solar fotovoltaica por la que pagan mensualmente, incluida la energía, una cantidad inferior a la que pagaban por su contrato convencional de energía. De esta cantidad, una parte es para SolarCity y otra, menor, para la empresa suministradora convencional, que cubre el back-up si llega a ser necesario. Al final del período de leasing existen diferentes opciones que incluyen quedarse en propiedad la instalación. Resulta interesante que uno de los principales socios de SolarCity es la propia Google.

Un sistema parecido es el que podría diseñarse e implementarse en nuestra ciudades. La aportación concreta que hago es la de proponer que el conjunto de acciones e infraestructuras se articulen en torno a entidades mixtas en las que participen empresas municipales, que podrían ser empresas municipales existentes que asuman nuevas funciones, cooperativas ciudadanas y una nueva o renovada banca pública. Esta asociación podría incorporar como socio tecnológico a empresas del sector o bien a instituciones públicas de investigación y desarrollo como las universidades. Una configuración en cualquier caso que evite que esta nueva forma de producción de energía vuelva a estar dominada y al servicio de las grandes corporaciones, y en su lugar se sitúe en un terreno relativamente nuevo entre lo público, – gestionado por el estado o las administraciones locales -, y lo común, – gestionado directamente por la ciudadanía.[14]

Convivencialidad y tecnologías

Un segundo caveat al planteamiento de Rifkin, – y similares -, tiene que ver con lo que Ivan Illich denominó la convivencialidad de las tecnologías.[15] Con este concepto Illich pretende explicar la necesidad de que las tecnologías sean sencillas, accesibles y abiertas a la gente; que favorezcan la autonomía personal y comunitaria, y no la dependencia respecto de expertos y tecnócratas y sistemas cada vez más alejados de la experiencia cotidiana de la gente normal. En este sentido, el movimiento que parte del software libre y de código abierto, y la propia red de Internet, en muchos o al menos en algunos aspectos, constituyen modelos relevantes. Esta cuestión de la convivencialidad, entre otras, nos invita a considerar la actual moda de las smart cities y los big data, como mínimo, con una cierta precaución, si no con reparos casi insalvables.[16]

La idea de convivencialidad de Illich forma parte de un paisaje conceptual más amplio que cuestiona entre otras muchos asuntos las ideas convencionales de eficacia y desarrollo. En este sentido, la posibilidad de que buena parte de los sistemas para la implementación de la Bürgerenergie sean desarrollados y fabricados localmente, con tecnologías y procesos derivados del movimiento Fab Lab es también una cuestión a considerar con detenimiento.[17]

Autosuficiencia conectada; ciudades DIDO

Este última puntada nos invita a introducir, aunque sólo sea para mencionarla de momento la cuestión de la autosuficiencia conectada propuesta por Guallart, entre otros. Guallart (2012) la resume con su propuesta de transformación del actual modelo de ciudades o regiones PITO (Products In Trash Out) a un nuevo modelo de ciudades y regiones que propone denominar DIDO (Data In Data Out). Integrando ideas y prácticas de las culturas digital y de la sostenibilidad y extendiendo algo el planteamiento de Rifkin, Guallart propone una ciudad en la que los ciclos materiales se resuelvan en su mayor parte localmente (alimentación, agua, energía, fabricación de bienes físicos…) y cuyos intercambios a escalas superiores sean predominantemente digitales. Aquí la referencia principal es el paradigma de la fabricación digital: un diseño digital se puede producir y distribuir globalmente, pero su producción material con los nuevos equipos tipo Fab Lab puede suceder localmente… Como un nuevo William Morris, Guallart se complace en presentar esta idea como una cierta vuelta al mundo medieval de la producción artesanal… Artesanos digitales.

Como ocurriera con la revolución industrial que trajo consigo toda una gama de nuevos materiales sin los cuales no habría sido posible, – del vidrio al acero, del hormigón a los plásticos -, los planteamientos contemporáneos de la producción digital y los ciclos metabólicos necesitarán de toda una nueva cultura de los materiales, – que en parte supondrá una vuelta a las etapas preindustriales, y en parte está aún por hacerse, entre la química ecológica, la nueva ciencia de los materiales y la biotecnología.[18]

Edificios como árboles, nuevos materiales y metabolismo urbano

Sirva esta cita algo larga de McDonough y Braungart (Cradle To Cradle, 2002) para dejar este tema planteado:

Consideremos el cerezo: miles de flores crean frutos para los pájaros, los humanos y otros animales, en orden a que un hueso pueda finalmente caer a tierra, echar raíces y crecer. Quien miraría el suelo lleno de flores y se quejaría “¡Qué ineficiente y qué gasto más inútil!” El cerezo genera copiosas flores y frutos sin agotar los recursos del medio ambiente. Una vez que caen al suelo, su materia se descompone en nutrientes que alimentan a los microorganismos, insectos, plantas, animales y suelo. A pesar de que el árbol produce más frutos de los que necesitaría para su propio desarrollo en un ecosistema, esta abundancia ha evolucionado (a través de millones de años de acierto y error, si lo expresamos en términos de negocio, I+D), para servir a ricos y variados propósitos. De hecho, la fecundidad del árbol alimenta a casi todo lo que lo rodea.

¿Cómo sería el mundo humano si lo hubiera producido un cerezo? [McDonough, Braungart, 2002: 72-73]

Un poco más adelante continúan:

Observemos el cerezo más de cerca. Mientras que crece, persigue su propia abundancia regenerativa. Pero este proceso no tiene un único propósito. De hecho, el crecimiento del árbol genera una serie de efectos positivos. Produce alimento para animales, insectos y microorganismos. Enriquece el ecosistema secuestrando carbono, produciendo oxígeno, limpiando el aire y el agua, y creando y estabilizando el suelo. Entre sus raíces y sus ramas y sobre sus hojas, da cobijo a una diversa variedad de flora y fauna, que depende de él y unos de otros para las funciones y flujos que hacen posible la vida. Y cuando el árbol muere, vuelve al suelo, soltando, al irse descomponiendo, minerales que alimentarán nuevos crecimientos saludables en el mismo lugar.

El árbol no es una entidad aislada separada de los sistemas que lo rodean: está inextricable y productivamente implicada en ellos. Ésta es una diferencia clave entre el crecimiento de los sistemas industriales y el crecimiento de la naturaleza. [McDonough, Braungart, 2002: 78-79]

Ecologías vs ecosistemas

Alguna vez Alfredo Rubio, maestro y amigo, me ha cuestionado el uso del término ecología en lugar del de ecosistema para definir ciertos entornos. Reflexionando sobre el asunto, bastantes años después, porque uno es lento, me di cuenta de que Guattari, por ejemplo – también Banham – lo usaban seguramente, no por imprecisión terminológica como había yo supuesto, sino por al menos dos razones concretas. La primera, siempre en mi opinión, por su oposición al concepto de sistema – al que Guattari opone el de máquina, o a menor escala, el de agenciamiento. Mientras que el sistema tiene aspiración de totalidad y perfección, la máquina es precaria y finita, y teniendo sin duda consistencia, tiene también líneas de fuga, porosidades, contradicciones… Por otro, la idea de ecología, subraya la relevancia del logos, de lo que Guattari, usando en parte a Bateson (2002), llama ecology of mind, o ecología mental. Ecología mental que me atrevo a plantear tendría que ver con la(s) máquinas deseante(s) que son parte de las máquinas socio-técnicas en el caso de que estemos pensando en este tipo de ecosistemas / ecologías.

Máquinas deseantes

Introduzco esta pequeña digresión para ir hacia la conclusión de este breve discurso: Es fundamental que todos estos modelos que tienden fácilmente a lo tecnocéntrico y al economicismo sean resituados de manera permanente en un contexto político (y deseante) democrático, popular (o multitudinario) y emancipador. Desafortunadamente hemos asistido, algunos con una cierta estupefacción, a la apropiación por parte del mundo capitalista-corporativo de la revolución de Internet que llegó prometiendo que nos haría libres… Uno diría que los sistemas tecnológicos no  pueden por sí mismos ser liberadores. Aunque, como diría Guattari, existan «ecologías de las buenas ideas», como podría ser la del software libre, que por sus propios principios tienden a preservar unos ciertos desarrollos, es necesario, imprescindible, tener siempre presente cuales son los objetivos, revisar de manera permanente y abierta que los beneficios sean distribuidos, que las diferentes máquinas que pongamos en funcionamiento contribuyan a multiplicar los espacios y las ocasiones de autonomía personal y comunitaria; en fin, que la economía, las tecnologías y las redes que creemos estén al servicio de la gente…

De nuevo, se me quedan muchas cuestiones en el borrador – asuntos como los cuidados, lo común, profundizar en las relaciones entre el buen conocer y el buen vivir, el modelo de la permacultura, las relaciones con la investigación, la innovación y las universidades… Pero lo voy a dejar de momento aquí.

Para acabar de una vez: Entre las diversas circunstancias extraordinarias del momento actual, está la de que nuestro desarrollo tecno-científico tiene el potencial, más que nunca, de resolver la mayor parte de nuestros problemas sociales y ecológicos… Y recordaré que no hace muchos años, a finales de la década de 1980 la Universidad de Sevilla, en torno a la figura de Jaime López de Asiaín (2001), fue una referencia global de vanguardia en estas cuestiones de la arquitectura, el urbanismo y el medio ambiente, tejidos con una perspectiva humanista que entonces denominábamos arquitectura y urbanismo bioclimáticos. Sería estupendo que pudiéramos retomar aquel impulso inicial, para convertirnos de nuevo en referencia global en este campo, ahora con una perspectiva más amplia y ambiciosa, que incluya lo digital, los nuevos materiales y las redes.

Pues eso, aunque quizás estemos ya cansados de las grandes palabras y de la retórica de las oportunidades irrepetibles, especialmente en este campo del medio ambiente y la sostenibilidad, sí que creo que hay algunos asuntos sencillos y medidas concretas que estamos en disposición de tomar, y si acaso canturreemos en voz bajita cuando pensemos en la ciudad y los avances técnicos, pero dime ¿dónde jugarán los niños?, “but tell me, where do the children plaaaaayyyy aaaaayyy? doodoo-doodoo doo-doo-do…”

#notas

[1] Una traducción rápida de estas primeras estrofas de la canción de Cat Stevens: Bueno, pienso que está bien, construir aviones jumbo / o hacer un viaje en un tren cósmico / a encender el verano en una máquina de monedas / tener lo que quieras si lo quieres, porque puedas tener lo que quieras. / Se que hemos llegado muy lejos / que estamos cambiando día a día / pero decidme, ¿donde juegan los niños?

[2] Para Rifkin mi principal referencia en este texto es: 2011, The Third Industrial Revolution… Para Guallart: 2012, La ciudad autosuficiente: Habitar en la sociedad de la información. Otras referencias relevantes para mí son William McDonough y Michael Braungart, que comentaré brevemente más adelante, Salvador Rueda o Jaime Lerner, cada cual con diferentes perspectivas (ver bibliografía al final del texto).

[3] Por ejemplo, en la Bienal de Venecia de 2008 Rifkin promovió la firma de una declaración por parte de algunos decenas de los más destacados arquitectos del momento en se planteaba un programa muy similar al que posteriormente desarrollaría en su libro de 2011. Jeremy Rifkin et ali, 2008, A Declaration: Revolutionizing Architecture to Address the Global Energy Crisis and Climate Change.

[4] El libro de Rifkin se abre con una declaración oficial de Hans Gert Pöttering, presidente del Parlamento Europeo en 2008 sobre la implicación de la Unión Europea con la TIR. Una declaración del Parlamento Europeo de mayo de 2007 manifiesta la misma disposición: Vitorio Prodi, et al, 2007, http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-%2f%2fEP%2f%2fNONSGML%2bWDECL%2bP6-DCL-2007-0016%2b0%2bDOC%2bPDF%2bV0%2f%2fEN. Las iniciativas se recogen parcialmente en el Horizonte 2020 de la Unión Europea especialmente en el ámbito de las energías renovables y la eficiencia energética, y en menor medida en el de la energy-Internet o smart grids: http://ec.europa.eu/europe2020/europe-2020-in-a-nutshell/targets/index_en.htm

[5] Véase: http://energytransition.de/2013/10/citizens-own-half-of-german-renewables/ y para información más general sobre la Transición Energética en Alemania puede verse: http://energytransition.de/

[6] Sobre Elon Musk puede verse: http://www.ted.com/talks/elon_musk_the_mind_behind_tesla_spacex_solarcity. Sobre el proyecto empresarial SolarCity: http://www.solarcity.com/. Agradezco a mi joven amigo Cassio Mendoza que me introdujera a las ideas y la trayectoria de EM. En el Estado Español, por supuesto, hay interesantes cooperativas energéticas entre las que destaca posiblemente Som Energia.

[7] Comunicación verbal del doctor Rafael Herrera, coordinador del equipo Solar Dectahlon 2015 de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, derivada de la experiencia Solar Decathlon 2013, Madrid.

[8] Sobre fuel cells véase por ejemplo: http://en.wikipedia.org/wiki/Fuel_cell [completar /…]

[9] El propio Rifkin ha publicado otros libros sobre el tema (The End of Work… 1997), y lo desarrolla con gran interés y verosimilitud en el libro que uso aquí de referencia. Aún no he leído el nuevo (The Zero Marginal Cost Society, 2014) que ha recibido críticas encontradas. Lo atractivo de la propuesta de Rifkin es que no sólo plantea que la economía verde pueda generar empleos para susituir lo de la era del fordismo-keynsesianismo basado ene l petróleo, sino que crearía las bases para lo que por ejemplo Murray Bookchin (1971) llamó la post-scarcity economy

[10] A este respecto, Michel Bauwens de la p2p Foundation con Vasilis Kostakis (2014) vienen proponiendo un interesante análisis sobre posibles evoluciones de la situación actual que denominan capitalismo cognitivo, hacia modelos de carácter más reticular, que aún siendo nuevos, podrán ir según su criterio desde modelos de control centralizado, parecidos a lo que representan actualmente Google o Facebook, a economías no capitalistas basadas en los commons, pasado por modelos intermedios. Bauwens especula con el posible papel renovador de lo que llama nuevos capitalistas netárquicos, que compara con el papel jugado por la burguesía en la primera revolución industrial.

[11] Puede verse sobre pasiones alegres, Maite Larrauri, 2002, La felicidad según Spinoza – uno de mis libros preferidos.

[12] Félix Guattari, 1989, Las tres ecologías.

[13] Bürgerenergie: energía ciudadana; aunque irónicamente ciudadano en alemán se parece mucho a burgués. Tanto en Rifkin (2011) como en diversos documentos del movimiento Energiewende alemán se subraya que aunque pueda sorprender a los que lo deconocen es el sector de las energías fósiles el que recibe de manera muy desproporcinada mayores subsidios públicos, tanto en los EU como en Europa. Por ejemplo, según Wikipedia, en 2011 los subsidios a escala global fueron de 550 billones de US$ para los combustibles fósiles por 88 billones para las energías renovables. http://en.wikipedia.org/wiki/Energy_subsidies [visitado 03.01.2015]

[14] Sobre esto que habría que desarrollar en mayor detalle por supuesto – pueden verse diferentes referencias. Sobre los commons y las infraestructuras, sugiero Hard y Negri, 2009, Commonwealth; sobre las interacciones y la co-gestión de público y común, sugiero, Bollier, 2014, Think Like a Commoner; David Harvey, 2012, Rebel Cities; y particularmente sobre el análisis de las infraestructiras y su descomposición en elementos discretos que pueden ser gestionados con una cierta autonomía, puede verse Stephen Graham y Simon Marvin, 2001, Splintering Urbanism.

[15] Ivan Illich, 1978, La convivencialidad, disponible en: http://www.ivanillich.org.mx/convivencial.pdf

[16] Sobre la prevención respecto de la actual moda de las smart cities me pareció de enorme interés la conferencia de Bruce Sterling en el simposio de Fab10 Barcelona, que puede verse aquí: https://www.youtube.com/watch?v=OYNaoMkY8qY

[17] Algunas ideas sobre este asunto pueden verse en Bauwens, 2014, y Rifkin, 2011 y 2014.

[18] Este campo de los nuevos materiales para los nuevos procesos de producción es muy difícil de acotar. Desde la perspectiva de la arquitectura, por ejemplo, me llama poderosamente la atención la vuelta a la actualidad de la madera, pero ahora como un material altamente tecnológico, desde una multiplicidad de aspectos. Sobre esto puede verse Morel (2008) y Menges (2012), y, entre muchos otros, también el trabajo en proceso del colaborador del Fab Lab de la Universidad de Sevilla Antonio Lara. Una introducción a su trabajo puede verse aquí: https://vimeo.com/114502999. Pendiente de ampliar considerablemente esta nota.

#bibliografía

Gregory Bateson, 2000 [edición original de 1972], Steps to an Ecology of Mind, The University of Chicago Press, Chicago & Londres

Michel Bauwens, Vasilis Kostakis, 2014, Network Society and Future Scenarios for a Collaborative Economy, disponible en: http://p2pfoundation.net/Network_Society_and_Future_Scenarios_for_a_Collaborative_Economy

David Bollier, 2014, Think Like a Commoner. A Short Introduction to the Life of the Commons. New society Publishers, Gabriola Island, Canada

Murray Bookchin, 2004 (edición original de 1971) Post-scarcity Anarchism, Verso, Londres

Stephen Graham, Simon Marvin, 2001, Splintering Urbanism. Networked Infrastructures, Technological mobilities and the urban condition, Routledge, Oxon & Nueva York

Vicente Guallart, 2012, La ciudad autosuficiente: Habitar en la sociedad de la información, RBA, Barcelona

Félix Guattari, 2000 (traducción de J. Pérez y U. Larraceleta; edición original en francés de 1989), Las tres ecologías, Pre-textos, Valencia

Félix Guattari, Gilles Deleuze, 1972, Balance-Sheet of “Desiring-Machines” [translation by Robert Hurley, epílogo a la segunda edición de Anti-Oedipe], en: Félix Guattari, 2009, Chaosophy. Texts and Interviews 1972-1977, Semiotext(e), Los Ángeles; pp: 90-123

Stephen Graham, Simon Marvin, 2001, Splintering Urbanism. Networked Infrastructures, Technological mobilities and the urban condition, Routledge, Oxon & Nueva York

Michael Hardt, Antonio Negri, 2009, Commonwealth, Belknap Harvard, Cambridge

David Harvey, 2012, Rebel Cities. From the Right to the City to the Urban Revolution, Verso, London New York

Ivan Illich, 1978, La convivencialidad, disponible en: http://www.ivanillich.org.mx/convivencial.pdf

Maite Larrauri, Max, 2003, La felicidad según Spinoza, Tándem Edicions, Valencia

Jaime Lerner, 2005, Acupuntura urbana, Iaac Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña, Barcelona

Jaime López de Asiaín, 2001, Arquitectura, ciudad, medio ambiente, Junta de Andalucía & Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, Sevilla

William McDonough, Michael Braungart, 2013, Upcycle. Beyond Sustainability – Designing for Abundance, North Point Press, Nueva York

William McDonough, Michael Braungart, 2002, Cradle to Cradle. Remaking the Way We Make Things, North Point Press, Nueva York

Achim Menges, Material resourcefulness. Activating material Information in Computational Design. En: AD Material Computation. Higher Integration in Computational Design, Num. 216. March/April 2012; pp: 34-42.

Philippe Morel, 2008, Research on the Biocapitalist Landscape. En: Wang I. (ed.), Verb Natures. Barcelona: Actar; pp: 224-245.

Constantin Petcou, Doina Petrescu, 2007, Acting space. Transversal notes, on-the-ground observations and questions for us all; manuscrito habitualmente disponible en: http://htca.us.es/blogs/perezdelama

Jeremy Rifkin, 2014, The Zero Marginal Cost Society. The Internet of Things, the Collaborative Commons, and the Eclipse of Capitalism, Palgrave MacMillan, New York

Jeremy Rifkin, 2011, The Third Industrial Revolution. How Lateral Power is Transforming Energy, The Economy, and The World, Palgrave MacMillan, New York

Jeremy Rifkin et ali, 2008, A Declaration: Revolutionizing Architecture to Address the Global Energy Crisis and Climate Change, Venice Biennale; habitualmente disponible en: http://htca.us.es/blogs/noticias/2009/02/05/manifiesto-de-venecia-2008-arquitectura-crisis-energetica-y-cambio-climatico/ [accessed 15.01.2012]

Salvador Rueda, 2007, Un nuevo urbanismo para abordar los retos de la sociedad actual, Neutra: revista del Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucia Occidental, ISSN 1138-1507, Nº. 15, 2007 , 30-37

10 comentarios en “#AllPowerToThePeople. Ciudad, energía, sostenibilidad, commons

  1. Cuanto me ha alegrado leer este post. Esto es algo que llevo pensando desde que empecé a acercarme al tema de las redes sociales, pero me para siempre mi falta de conocimientos técnicos sobre producción de energía…

    Pero mi pregunta ha sido siempre la misma… ¿cuánto necesitaría una población (pequeña) para ser autosificiente energéticamente?
    si conseguimos que todas las casas, habitadas o no, pudieran poner placas y generar energía, compartiéndola con los vecinos… ¿Sería viable? ¿hasta qué densidad de población? ¿qué tecnología sería adecuada?….

    … y siempre termino en lo mismo… ¿lo podría simular?… sabiendo que la respuesta es que sí… y teniendo cierto sentimiento de frustación al no hacerlo…

    En fin… Enhorabuena por el artículo (odio la palabra post para esto!)

    Gonzalo.

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    1. Gracias Gonzalo! Está interesante verse el barrio de Vauban en Freiburg (Alemania), en que se han aplicado algunas de estas cosas, al menos a nivel «manzanas» urbanas… http://en.wikipedia.org/wiki/Vauban,_Freiburg Y las actuales estadísticas en Alemania en general, donde parece que se están tomando esto en serio a mi me dan mucho ánimo.
      Otra alternativa de gran interés sería aplicarlo en la Universidad de Sevilla, por ejemplo, de manera gradual -en algunos de sus campus… Ahora hay algunas convocatoria de Horizonte 2020 muy apropiadas… Llevo unos meses intentando promover esta idea, aunque con poco éxito… Y al final se podŕia empezar por una escuela o un laboratorio… Bueno, vamos hablando, abrazo!!! jose pl 😉

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  2. Espectacular post, Jose. Realmente todo el esbozo de un programa para cambiar el mundo. Muchos temas y todos de un enorme interés. Es del todo necesario determinar las posibilidades de aplicar estas ideas a una ciudad como Sevilla con tantas posibilidades…tristemente muy desaprovechadas. Cualquiera de las cuestiones planteadas, en sí mismas, representan una revolución,…y desde luego si ha habido algún momento propicio para revoluciones es ahora. Tal vez, por los acontecimientos de los últimos tiempos, y a pesar de que entiendo que te refieres a un todo, igual yo centraría los esfuerzos, ahora mismo, en las cuestiones energéticas, porque representan beneficios (y necesidades urgentes) lo miremos por donde lo miremos.
    Por favor, sigue haciéndonos propuestas…

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