De Lafargue a Negri pasando por Keynes: Derecho a la pereza, tecnologías y fin del trabajo asalariado


Félix Valloton, ca. 1892, La pereza; fuente: http://elpobrecitohabladordelsigloxxi.blogspot.com.es

De Lafargue a Negri pasando por Keynes: Derecho a la pereza, tecnologías y fin del trabajo asalariado

José Pérez de Lama, ciudadano intrigado por la economía y el futuro

Aclaración previa: la ventaja de escribir un blog, al menos para mí, es la posibilidad de hacerlo con un cierto desenfado – si lo comparamos con una publicación «en papel». Pido entonces disculpas de antemano por si algún tema no está tratado con la seriedad o el detenimiento o el conocimiento que su importancia merezca. Espero que las posibles virtudes derivadas de la espontaneidad puedan compensar la falta de una mayor reflexión y gravedad. Consideremos esto en cualquier caso como unas notas de trabajo y en proceso.

Lafargue y Keynes: 15 horas de trabajo semanal

Hace poco me quedé un par de días en la Residencia de Estudiantes. Mitómano que es uno, – de ciertos mitos sólo, eso sí -, andaba entusiasta guasapeando historietas a los colegas: Que si la Institución Libre de Enseñanza, que si Einstein, que si Buñuel, que si laboratorios, que si premios Nobel…

Entre otras batallitas guasapeé a los colegas que el bueno de John Maynard Keynes, – el que planteaba, entre otras cosas, abrir zanjas por la mañana y cerrarlas por la noche para crear demanda efectiva [1] – había estado en la Residencia dando una conferencia en 1930 [2]. Uno de mis interlocutores habituales, y colaborador de este blog, el doctor Patiño Rodríguez, me contestó, “Sí, sí, cuando predijo que en 2014 sólo trabajaríamos 15 horas a la semana”, y yo con la guasa-p, aproveché para meterme con los primos madrileños contestando “Eso es que la conferencia sería en inglés, y los madriditas no se enteraron bien, y lo que dijo Keynes en realidad fue que íbamos a trabajar 15 horas… al día – unos pocos; y el resto, al paro».

Bromas aparte, esta mañana, mientras debatía conmigo mismo si levantarme de la cama, o si pasarme el fin de semana en plan Marcel Proust – al fin y al cabo Proust fue mucho más productivo desde la cama que la mayor parte de los oficinistas kafkianos de su tiempo –; – pues eso, mientras me dejaba embargar por la duda, y seguía sin levantarme, – eché mano a un panfleto de Paul Lafargue, uno de los yernos rebeldes de Marx. El panfleto andaba por el suelo de mi cuarto desde hacía unos meses; – El derecho a la pereza –, regalo de una buena amiga, por cierto [3]. Leídos un par de capítulos y tomadas unas notas, – mentales -,  me encuentro con que Lafargue, como Keynes, 40 años antes también había defendido la jornada laboral de tres horas diarias.  Animado por la coincidencia, – y el tono bizarro de Lafargue -, finalmente me decidí a pasar de la cama a la-silla-frente-al-ordenador para intentar hilvanar unas líneas sobre la crisis del trabajo asalariado, o a lo mejor del empleo – que no querría que me llamara la atención mi catedrática eco-feminista preferida, como lo hizo hace unas semanas, por no usar apropiadamente estos términos -; sobre la crisis, en fin, del trabajo/empleo en el mundo actual, posfordista, del capitalismo del deseo, del capitalismo biopolítico [4].

Recuperar el pleno empleo, ¿un objetivo imposible?

Este debate sobre el empleo se ha animado, de momento modestamente entre ciertas vanguardias político-intelectuales – jeje-jaja –, a raíz del documento económico publicado el pasado día 27 por Podemos, del que son autores los profesores Juan Torres (por cierto compañero de la Universidad de Sevilla, y amigo del equipo editor de este blog) y Vicenc Navarro [5]. No se si con acierto o sin el, algunos comentaristas están poniendo la etiqueta de neo-keynesianismo a la posición planteada por el tándem Navarro-Torres, que establecen como uno de los puntos principales de su programa el objetivo del pleno empleo (asalariado). Concretamente, en la página 45 del documento se lee:

«Alcanzar el pleno empleo debe ser objetivo prioritario del gobierno de Podemos tanto a través del estímulo al sector privado como mediante la creación de empleo por parte del Estado, cuando lo anterior no sea suficiente, corrigiendo el enorme déficit de infraestructura social del país a través de la expansión de los servicios públicos del Estado de Bienestar, hoy claramente subfinanciados en España.»

En otros entornos las políticas económicas propuestas de los profesores Torres y Navarro se están calificando como socialdemócratas, que es el término que usan los autores en el propio documento [6].

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Izq. a dcha.: Laura Marx, Paul Lafargue, John M. Keynes, Antonio Negri & Michael Hardt.

Mecanización, automatización, botización… Objeciones a la hipótesis del pleno empleo

La primera objeción, desde mi punto de vista, es la razón que posiblemente animaba a Lafargue y Keynes, y a muchos otros optimistas de las ciencias y las tecnologías, y de la condición humana. Esta objeción se argumenta hoy con hechos concretos:  “gracias” a la mecanización, la automatización, la robotización y más recientemente la digitalización, el trabajo que antes hacían 100 personas hoy lo pueden hacer, y lo hacen, una o dos [7]. Si fuéramos gente civilizada, – fraternal y sororal – esto sería motivo más que suficiente para que una vez organizado el trabajo para cubrir las necesidades de una sociedad, las necesidades básicas y las menos básicas, nos distribuyéramos entre tod@s las tareas de forma razonable, para que todos y todas tuviéramos más tiempo libre para dedicarnos a la cultura, las ciencias, las artes, el amor, el cuidado de uno mismo y de l@s que nos rodean, la familia, la naturaleza, el juego, etc.

Desafortunadamente, la realidad desde el origen de la revolución industrial en Inglaterra [8] es más bien otra. El ahorro de horas de trabajo humano logrado con las máquinas se traduce fundamentalmente en aumentar los beneficios del capital y en reducir los puestos de trabajo – y de camino el peso de la clase trabajadora en los equilibrios de poder.

Lo cierto en cualquier caso es que cada vez hay menos empleo – y menos trabajo asalariado a desempeñar directamente por humanos; cada vez, más y más máquinas ocupan el lugar de las personas. Primero fue en las tareas mecánicas, y actualmente, en todo tipo de tareas, desde la banca a la educación pasando por todo tipo de servicios. Esta circunstancia unida a la deslocalización de buena parte de la producción en países con mano de obra mucho más barata que el nuestro, y a la creciente financiarización de la economía capitalista [8bis], hacen que la viabilidad de la creación masiva de puestos de trabajo asalariado en nuestra región en un marco de libre mercado, sea para muchos una quimera.

El escenario hipotetizado por Keynes en 1930 se ha verificado sólo a medias; la mecanización ha reducido efectivamente la necesidad del trabajo humano en los procesos de producción en proporciones extraordinarias; pero el tiempo de trabajo liberado hasta el momento sólo se ha traducido en más beneficios para el capital, pero no en una mejora distribuida de la calidad de vida, ni en una redistribución general de las rentas derivadas de la producción [9]. A todos nos sonará que podríamos estar ante una recuperación de la economía que no supone la reducción del paro (jobless recovery). Ejemplos como los de la comunidad autónoma andaluza en la que con un desempleo juvenil superior al 60% el sistema sigue funcionando [10], parece una clara muestra de que la creciente abstracción el capital cada vez necesita menos de los trabajadores, al menos de los trabajadores de ciertos territorios como el nuestro.

Recuperar el pleno empleo, ¿un objetivo deseable? Otras formas de acceso a los ingresos y de creación de demanda

Ante este posible escenario de final de la centralidad del empleo asalariado como forma de acceso a los ingresos, y a través de éstos de activación del ciclo producción-consumo [11], y teniendo que cuenta que el mencionado documento se plantea como una propuesta para el debate colectivo, a mi personalmente me gustaría ver estudios sobre maneras alternativas de acceso a los ingresos, por ejemplo a través de la Renta Básica, y de activación del ciclo producción-consumo, por ejemplo a través de la moneda local o la producción distribuida, por adelantar algunos ejemplos.

Entiendo que el documento no cierra la posibilidad de abordar estas cuestiones, que se mencionan en diversas ocasiones, aunque en mi opinión de manera demasiado marginal [12]. Algunos creemos, sin embargo, que se ha producido un cambio cualitativo en nuestras sociedades y nuestras economías, y que los modelos que fueron eficientes a lo largo del siglo 20, generando un cierta  redistribución de la riqueza producida socialmente, ya no lo van a ser en la nueva sociedad red. Un proyecto económico de cambio, aunque tenga que ser diseñado bajo la larga sombra del Chile de Allende, debería hacer posible un mínimo de experimentación económica y social, que fuese abriendo las puertas de la nuevo. Estos días leía a Javier Burón Cuadrado (Twitter), decir que pensaba que una organización económica que el vería de interés sería aquella que fuese un tercio de gestión pública, un tercio de economía de mercado y un tercio de economía social. A mí también me parecería eso, a priori, un buen escenario para el medio plazo.

En esta línea, entonces, algunos de los temas que me gustaría que fueran estudiados y considerados seriamente por una formación política a la que fuese a votar serían los siguientes. De momento me limito ahora a enumerarlos y poner algunas referencias. A ver si más adelante es posible irlos desarrollando:

Renta Básica Universal o de Ciudadanía, afortunadamente ya muy presente en los debates [13]. Esta medida habría que – integrar con otras acciones tendentes al

re-equilibrio entre economía global y local; y al desenganche de la economía financiera global [Felber, 2014; nota 14]; como puedan ser

la implementación de monedas sociales y locales complementarias [15]

en relación con mercados sociales locales [puede verse, el Mercado social Madrid, nota 16],

o el apoyo a un tercer ámbito económico, alternativo o complementario al mercado y al ámbito de los público, como es el de la economía de los commons o procomunes [véanse Bollier, Barnes, Negri y Hardt, Benkler, Linebaugh… nota 17], como también,

la nacionalización, localización o commonalización de servicios estratégicos como la energía, el agua, las comunicaciones; soberanía alimentaria o la vivienda [véanse, por ejemplo, guifinet, vivienda y servicios públicos varios en Marinaleda, Sevilla; nota 18],

especialmente la gestión y producción local, distribuida y social de energías (renovables) y de otros recursos básicos [véanse, por ejemplo, Rifkin, Solar City, Som Energia, nota 19], o

el énfasis en las tecnologías y el conocimiento libres y peer-2-peer; – que por citar un dato, según algunas estimaciones, constituyen actualmente un sexto de la economía de Estados Unidos [20].

#notasyreferencias

[1] Información que me facilita el Dr. Patiño Rodríguez.

[2] J.M. Keynes en la Residencia de Estudiantes: http://edaddeplata.org/edaddeplata/Actividades/actos/acto.jsp?acto=5592

[3] P. Lafargue, 2013 [edición original en francés de 1880], El derecho a la pereza, Maia Ediciones, Madrid

[4] Veáse sobre esto, por ejemplo, M. Hardt, A. Negri, 2009, Commonwealth, Belknap Harvard, Cambridge

[5] Vicenc Navarro, Juan Torres, 2014, Un proyecto económico para la gente, disponible en: https://web-podemos.s3.amazonaws.com/wordpress/wp-content/uploads/2014/11/DocumentoEconomicoNavarroTorres.pdf

[6] Entre las primeras críticas, considero que constructivas, hechas desde esta posición que menciono, han destacado para mí las de Isidro López, del Observatorio Metropolitano de Madrid [ http://lasarmasdebrixton.wordpress.com/2014/11/29/notas-sobre-el-documento-economico-de-vicenc-navarro-y-juan-torres-lopez/ ], – una segunda contribución de Isidro López con Emmanuel Rodríguez [ http://blogs.publico.es/contraparte/2014/12/02/un-proyecto-economico-pero-para-que-sociedad/ ] -, la de Antón Fernández de Rota [ http://zoepolitik.com/?p=379 ] o la recogida en primera instancia por el periódico Diagonal [núm. 4 al 17 de diciembre de 2014, pp. 8-9]. También se han hecho críticas de interés, a mi juicio, desde posiciones ecologistas, como la de Florent Marcellesi, de Equo, que ha sido contestada por el profesor Navarro [ http://www.vnavarro.org/?p=10413 ]

[7] Ya a mediados de los años 80 Félix Guattari ofrecía el dato de que «En la fábrica Fiat, por ejemplo, la mano de obra asalariada pasó de 140.000 a 60.000 obreros en una docena de años, mientras que la productividad aumentaba el 75%. F. Guattari, 2000, Las tres ecologías, Pre-textos, Valencia, p. 9. O más recientemente Jeremy Rifkin, 2011, The Third Industrial Revolution. How Lateral Power is Transforming Energy, The Economy, and The World, Palgrave MacMillan, New York, pp. 261-262, explica que «en el período entre 1995 y 2002, más de 31 millones de puestos de trabajo industriales desaparecieron en las 20 economías mayores del mundo, mientras que la productividad aumentó en un 4.3% y la producción global mundial creció un 30% […] La industria del acero es un buen ejemplo de esta tendencia. En el periodo entre 1982 y 2002, la producción de acero en los Estados Unidos aumentó de 75 millones de toneladas a 102 millones de toneladas, mientras que el número de trabajadores del acero se redujo de 289.000 a 74.000.» Si bien estos datos se refieren al sector industrial Rifkin extiende esta situación al resto de sectores productivos. Para una demostración de últimso avances en este campo puede verse el vídeo de las instalaciones robotizadas de Amazon que se ha difundido estos días que se comenta en esta URL: http://www.designboom.com/technology/amazon-kiva-robots-generation-fulfillment-12-02-2014/

[8] Entre las múltiples fuentes para leer sobre los conflictos en la introducción de las máquinas a principios del siglo 19 en Inglaterra una de mis preferidas es la obra de Peter Linebaugh, por ejemplo, -., 2012, Ned Ludd & Queen Maud, PM Press, Oakland

[8bis] Sobre la repercusiones de la financiarización de la economía en territorios como el nuestro puede verse, por ejemplo, el último libro de David Harvey, 2014, Seventeem Contradictions of Capital and the End of Capitalism, Profile Books, Londres.

[9] Una primera aproximación a esto puede verse en David Harvey, 2009 [edic. original 2005], A Brief History of Neoliberalism, Oxford University Press, Oxford – Nueva York; p. 25.

[10] http://www.datosmacro.com/paro-epa/espana-comunidades-autonomas/andalucia

[11] La segunda línea de actuación que se plantea en el documento de Torres y Navarro se enuncia como «Generar demanda efectiva e ingresos para poder crear empleo
suficiente y decente»; pp. 12, 45-56.

[12] Salvo error, la ocasión en que se menciona de forma más explícita las prácticas de economía social o alternativa es en la página 47: «Fomento de formas de consumo alternativas que promuevan también nuevos tipos de actividades empresariales encaminadas a promover el reciclaje, la reparación y reutilización, la oferta de bienes y servicios compartidos y de procedencia local, la eficiencia energética en el hogar, el transporte colectivo y, en general, orientadas a valor de otro modo lo útil y lo inútil.»

[13] Para una primera aproximación pueden verse los siguientes vídeos en los que se proponen dos alternativas diferentes de financiación: D. Häni, E. Schimdt, 2013, Grundenikommen. Kulturimpuls, https://www.youtube.com/watch?v=XAsJRiFSXyk; D. Raventós, 2010, Renta Básica de Ciudadanía, https://www.youtube.com/watch?v=7KqYYlCGcxE – así como el reciente debate del programa La Tuerka, con Daniel Raventós, Isabel Franco, Eduardo Garzón, Pablo Iglesias y otros, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=9pD4dceiAws

[14] Hace poco pude asistir a la presentación del nuevo libro de Christian Felber [2014, Dinero. De fin a medio, Deusto, Barcelona) promotor de la Economía del Bien Común, donde hizo una interesante introducción sobre la necesidad de modificación del dinero. No siendo experto en este campo entiendo que hay muchas o al menos diferentes propuestas sobre el tema.

[15] Sobre moneda local puede verse Gwendolyn Hallsmith, Bernard Lietaer, 2011, Creating Wealth: Growking Local Economies with Local Currencies, New Society Publishers, Gabriola Island – Canada

[16] Sobre el Mercado Social de Madrid puede verse:  http://www.konsumoresponsable.coop/mercado-social-madrid y http://www.konsumoresponsable.coop/mercado-social/herramientas-de-mercado

[17] La principal bibliografía reciente sobre los commons incluye, entre otros títulos: Yochai Benkler, 2006, The Wealth of Networks. How Social Production Transforms Markets and Freedoms, Yale University Press, New Haven & Nueva York; Peter Barnes, 2006, Capitalism 3.0. A Guide to Reclaiming the Commons, Berrett-Kohler Publishers, San Francisco;  Peter Linebaugh, 2008, The Magna Carta Manifesto, University of California Press, Berkeley; M. Hardt, A. Negri, 2009, Commonwealth, Belknap Harvard, Cambridge; David Bollier; 2014, Think Like a Commoner. A Short Introduction to the Life of the Commons. New society Publishers, Gabriola Island, Canada.

[18] Sobre guifiniet, véase http://guifi.net/es; sobre Marinaleda puede verse: http://www.marinaleda.com/viviendas.htm

[19] Una de las principales referencias la constituye el concepto de Tercera Revolución Industrial desarrollado por Jeremy Rifkin, que presenta en su libro de 2011, The Third Industrial Revolution. How Lateral Power is Transforming Energy, The Economy, and The World, Palgrave MacMillan, New York, publicado también en castellano. Solar City es una empresa californiana promovida por el magnate Elon Musk (PayPal, Tesla) para la reconversión energética de las viviendas y edificios en general en plantas de producción energética renovable y distribuida: http://www.solarcity.com/company/about . Solar City está participada por Google. Som Energia es una cooperativa de ámbito nacional español con planteamiento similares a los de Solar City: https://www.somenergia.coop/es/

[20] Según Michel Bauwens, director de la P2P Fundation la economía basada en el conocimiento libre y compartido supone acutualmente un sexto del total de la economía de los Estados Unidos [http://blog.p2pfoundation.net/how-to-craft-a-collaborative-economy-for-the-99/2014/10/22]. La fuente citada por Bauwens es un informe de 2010 de la Computer & Communications Industry Association (CCIA) según puede verse aquí:  http://www.wired.com/images_blogs/threatlevel/2010/04/fairuseeconomy.pdf

11 comentarios en “De Lafargue a Negri pasando por Keynes: Derecho a la pereza, tecnologías y fin del trabajo asalariado

  1. Hace un tiempo apareció un artículo de Graeber sobre idea, hoy utópica y naif, de que la tecnología iba a reducir drásticamente las horas de trabajo.

    Obviemante esa idea sólo es posible imaginarla, aunque sea de forma ingenua o equivocada, si aceptamos que el empleo sólo es una cuestión de economía. El empleo es, al contrarrio, un arma para el gobierno de las poblaciones, que diría aquel.

    En este presente de hiperdesarrollo tecnológico, se trabaja cada vez más. La realidad laboral es el paro, el trabajo sin horarios y el free labor (trabajar gratis voluntariamente). La tecnología no sólo no ha puesto remedio a esto sino que, parece, que lo está haciendo posible.

    El artículo de Graeber se titula «On flying cars and the declining rate of profit». Accesible desde el navegador habitual. No quise poner el enlace por la cosa del spam.

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  2. Gracias @Menoccchio _ muy preciso comentario… «el empleo como arma de gobierno de la poblaciones». Tengo pendiente leer más a Graeber – como dice mi amigo Antón FR, creo que con todo el respeto y cariño, «Give the anarchist a cigarrette»… Como se puede ver echando una ojeada al blog ando leyendo El Capital, y en los capítulos sobre las máquinas, y ahora el de la acumulación primitiva, en que habla del ejército de reserva de trabajadores se desarrollan estas cuestiones muy bien… Sorprendentemente bien… no deja de maravillarme que todas estas cosas estuvieran ya prefiguradas en 1867…

    Por esta razón y otras estoy enamorado de la idea de la RBU o RBC… la renta básica… Y con la renta básica me sigue atrayendo la quimera – con los ingenuos de Saint Simon, Ilich o Guattari… con Negri – de unas máquinas y una ciencia al servicio de la multitud… a la vez que un cierto devenir maquínico de la multitud…

    Saludos!

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    1. Renta Básica: hacer la vida posible más allá del salario sería la gran revolución. Entendidiendo salario en un sentido amplio: el dinero a final de mes, el modo de gobernanza, los que hoy viven sin salario, todos los derechos sociales que están vinculados al salario (prácticamente hasta la ciudadanía, porque sin contraro-salario no puedes vivir donde quieres), etc.
      En la línea que mencionas del Fragmento… ¿sería volver a liberar el trabajo vivo? Me gustaría pensar que sería como des-objetivizar el general intellect, liberarlo de la máquina.

      Apuntas bien la idea de que una Renta Básica estaría mucho más difícil ese ejército de reserva porque la gente tendría las condiciones materiales para resistir a la acumulación primitiva.

      Gran blog. Seguid escribiendo ¡¡ 🙂

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      1. Gracias! _ De momento sólo voy con el capítulo de El Capital que dedica a las máquinas – igual luego me paso al «fragmento» de los Grundrisse para contrastar… Saludos!

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